Desde 2012 no teníamos una Sherco 300 4T de enduro, un período demasiado largo y en el que muchos lectores nos decíais que solo analizábamos enduros naranjas o similares. No nos pongáis en aprieto por algo que no está en nuestra mano, pues si la marca no envía unidades de pruebas, nada podemos hacer. Y eso es lo que ha pasado con Sherco por lo que tenemos que viajar en el tiempo para recordar las sensaciones pasadas y compararlas con las presentes. Cierto es que el bloque motor y el chasis mantienen una estructura similar, siete años después, pero ciertamente ambas muy actualizados.
No haré una vista a todo lo renovado en este periodo, repasamos únicamente, los cambios de los modelos 2020 frente a los de 2019. El motor se ve a la vista que la culata junto a las tapas del embrague y encendido, tienen un nuevo color manganeso. Cambios estéticos aparte, llega otro eje del selector con el que la marca dice que el desplazamiento mejora un 60% más su precisión. Además, se ha aligerado el conjunto de piñones del sistema de lubricación (piñón y eje), lo que implica menor inercia, favoreciendo una mejor subida de vueltas. Otros piñones, los del arranque también se han aligerado y con todas esas piezas se ha rebajado 400 gramos el peso del propulsor. Para la parte ciclo se han modificado las bieletas, con otro montaje que implica mejor sellado y con diseño que baja con la fricción que mejora el confort.
La suspensión Kayaba y el escape Akrapovic distinguen a la version Factory de la Racing
Para refrescar ideas entre los no habituales de la marca, no olvidéis que se comercializan dos variantes de la SEF 300, la Racing (9.699 €) y el acabado Factory ( 900 €), tope de gama. Incluye conjunto de escape completo Akrapovic, protectores del chasis en azul, cubrecárter envolvente AXP, batería Shido de litio, puños Dominio bicolor, llantas azules Excel y discos de freno Galfer Wave. Desde el año pasado, las Factory montan suspensión Kayaba: horquilla de doble cartucho y barras de 48 mm. y amortiguador KYB con el del pistón de 50 mm, con un reglaje nuevo en las 2020 para ganar estabilidad, aplomo/seguridad en velocidades rápidas y mayor absorción en las compresiones fuertes tras saltos/impactos grandes. Las Factory se distinguen por un diseño gráfico con pinceladas de color gris junto al azul y el amarillo flúor, inyectado en el plástico con el sistema Inmold de Polisport.
Reaviva
La prueba de la Sherco, tras tanto tiempo sin subirnos a una, podría ser un «déjà vu» por aquello de sentir que ya lo hemos vivido previamente, aunque en este caso no tanto. Ha cambiado mucho, para bien esta SEF 300, tanto en matices menos importantes, como pueda ser su presencia física, como en otro de calado como la respuesta del motor. Por ejemplo, ya no tiene el cortacorrientes incorporado con el botón de arranque, ahora es un clásico pulsador en el lado izquierdo, evitando así poderlo accionar de forma involuntaria, algo que muchos sustos os ha dado a más de uno.
La posición de conducción resulta agradable, casi perfecta, si bien el manillar Oxia nos queda plano y bajo, cansándonos un poco los antebrazos al pilotar de pie (mido 1,83 m.). Sensacional sujeción de la funda del asiento Selle de la Valle que lleva esta versión Factory, a cambio de ser más agresiva con la piel del culo.
El arranque no es lo mejor de la mecánica 300, pero una vez en marcha me ha dejado encantando, al menos la de esta unidad, por la fortaleza mostrada, su rotundidad y la completa curva de potencia con la que nos ha agasajado en la prueba. No hay punto débil donde pillarla, y ofrece plenitud de empuje desde cero hasta el corte de encendido. En la última 300 probada, podría decir «erase una vez» por el tiempo pasado, aún tenía aquel defecto de la tendencia a calarse a pocas vueltas, sobre todo al dar gas rápido tras un paso lento para acometer el siguiente obstáculo. Resultaba molesto y, sobre todo, nos dejaba vendidos en muchas ocasiones, según dónde y cómo estuviésemos colocados, con riesgo a caernos al desequilibrarnos. Eso ya no pasa, y sale perfecto de bajo régimen para enganchar bien con el medio, con elasticidad, poder de recuperación y progresividad. Y luego aguanta bien el ir a punta de gas, permitiendo trialear de forma cómoda, con sorprendente efectividad y sin titubeo alguno. Incluso sin mucho abuso del embrague, guiando solo con el gas.
La elasticidad del motor 300 4T me ha gustado y sorprendido, lo mismo que su celeridad para subir de vueltas y coronar con una larga estirada. Arriba corre y bien, sobre todo con la curva 1 más potente, en terreno de crono, por ejemplo sobre los ahora tan abundantes rastrojos que hay tras la siega estival, aún sin labrar, empuja soberbia, sale de los peraltes/curvas con redondez y firmeza, y enlaza, incluso sin cambiar de marcha al siguiente giro. En pistas, sendas, senderos, veredas, caminos… este motor me ha convencido, y hemos usado también la curva 2, cuando empezamos a cansarnos para tener un primer golpe de gas algo menos directo. Es decir en todo terreno y uso me ha dejado contento el propulsor galo, incluso con ganas de montar más. Sigue siendo una buena cilindrada esta de 300 4T, tiene su buen gusto y sus cualidades, como moto de enduro de travesías, pues está claro que no lo es como moto de raids o de uso aventurero. Sin olvidar, por supuesto, el bien que le hace el sistema de escape Akrapovic que lleva esta Factory, que reporta claramente un rendimiento pleno y baja el peso de la moto.
El funcionamiento del embrague ha mejorado con respecto a otros años
La convicción que enseña el motor, el mostrarse tan lleno y contundente, nos lleva a un estado mental de explosividad, con ganas de correr y de ir a fuego, con el machete entre los dientes. Sabiendo que tenemos un aliado para ello, fiel, que no nos va a fallar, ni rehusar, ante nuestras demandas. Tiene mucha capacidad de tracción, metes segunda, gas fijo y pasa lo que sea, retiene poco y es súper cañero arriba.
El embrague es otro elemento que ha mejorado en estos años, aunque sigue siendo prominente en el lado derecho –los cárteres son los mismos- su tacto ha ganado en solidez y continuidad, incluso ante mucha exigencia. El cambio, que recordaba con un selector de tacto blando y a veces impreciso, ahora, con las modificaciones introducidas, se siente más sólido y efectivo al meter marchas. Aunque, a veces, seguimos haciendo cambios sin querer, pues con mi bota del 46 al rozar la palanca, he subido de marcha.
¡Oh là là!
Esta expresión tan francesa, me viene bien para empezar a hablar de la parte ciclo, con exclamación positiva de expresión de «madre mía» lo bien que va la SEF. El bastidor es aplomado y muy estable, sin renunciar en demasía a la agilidad, en zonas rápidas, pasa por encima de todo sin moverse. La nobleza rezuma por todos lados y la confianza en el tren delantero es la que nos deja aprovechar sin contemplaciones el sensacional rendimiento del motor. El comportamiento del chasis buen podría ser el factor que os decante por una Sherco pues deja ir muy deprisa, a veces sin tener sensación de riesgo o de perder la trazada. Híper relajados, jamás confiados al hacer enduro pues eso nos lleva a sustos, hemos ido sobre la SEF en las zonas de velocidad, pensando qué fácil lo hace.
Cierto que de vez en cuando aún aparece la tendencia a morrear del tren delantero, pero con la suspensión Kayaba que lleva la Factory está muy mitigada esa querencia que, imagino, sí tiene la versión estándar. Quizás haya que trabajar en darle equilibrio al pisar entre los dos ejes, pero curvea muy bien, inicia de forma óptima las trayectorias, no parece sacarte de ellas y zigzaguea bien en las zonas ratoneras. El radio de giro es bueno y su guiado en pasos complicados se hace, fácil. Resulta cierto que, una vez más, en la báscula las cifras de peso no son las mejores de la clase – 110 kilos, vacía, verificado- pero en marcha los sigue enmascarando bien. Aunque con el paso del tiempo y las horas de monta esa diferencia de peso sobre otras motos más livianas puede que el cuerpo la sienta sin darnos cuenta.
Podemos ir muy rápido con seguridad y confianza en la suspensión
¡Oh mon Dieu! con la suspensión Kayaba, pues me la esperaba como en otras motos probadas, muy firme y sólida en lo rápido, sobre todo la horquilla, pero menos efectiva y seca en lo lento, sobre todo en lo roto y con mucha piedra, especialmente suelta. Pero no, es sensible ante lo malo, aunque debo decir que tampoco con una sensibilidad extrema como, por ejemplo, tiene la horquilla WP. Pero encuentro un conjunto que de primeras me presenta una base de óptima, dura y firme, por supuesto, pero que también puede ser amable en las zonas más técnicas de vuestros recorridos.
Cierto es que, como la moto nos invita a ir deprisa, podemos ir muy rápido con seguridad y confianza en la suspensión al no hundirse mucho en las frenadas o no descolocarnos al pasar enroscados en el gas por lo roto. Por cierto, al caer el manillar encima de los tornillos de regulación superiores, qué poco accesibles quedan y cuan incómodo es meter el destornillador para girarlos. Algo que va a pasar independientemente de si tenemos las bridas colocadas en la posición más avanzado o en la más atrasada en las tijas. Nuestros reglajes, por si os sirven, han sido unánimes de 9 clicks, desde abierto, tanto en la horquilla como en el amortiguador, en compresión y extensión.
¡Oh là lâ!, de nuevo exclamación para hablar de los frenos pues por fin Sherco ya no tiene la frenada con poco mordiente del pasado y ahora hay potencia de sobras y absoluta rotundidad en la retención. Gracias también a los discos Galfer Wave que lleva de serie la Factory y que son garantía de frenar. Está claro que con buen instrumental es más fácil hacer las cosas, sobre todo más seguro en el caso de la frenada.
La SEF tiene muy buena dotación de serie la Factory, no le falta de nada (protectores, cubrecárter, doble curva con selector de serie,…) aunque eso se paga está claro y su precio lo refleja. A mejorar, el ajuste de algunos plásticos, al menos en esta unidad, ciertos adhesivos –en unos ponen para denominar al modelo FSE y en otros SEF- y el acceso a la batería –sigue bajo el filtro del aire dentro del air box y sacarla no resulta fácil-.
Ficha técnica de la Sherco SEF 300 Factory
Valoración
Lo mejor:
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Motor pleno
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Chasis estable
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Suspensión rotunda
Mejorable:
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Manillar bajo y plano
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Acceso a la batería
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Ajuste de los plásticos