Cobra CX 65

Cobra pasa por ser actualmente el único fabricante norteamericano de motos de cross. Se dedican exclusivamente al diseño de modelos infantiles y ahora llega a España.

Marcos Abelenda

Cobra CX 65
Cobra CX 65

Los orígenes de la marca Cobra se remontan a principios de la década de los noventa. Por aquel entonces, el norteamericano Bud Maimone era propietario de una ferretería y un apasionado del «off road», cuyo hijo pequeño Brent competía habitualmente en motocross dentro de la categoría de 50. Maimone se encontró entonces con que casi todas las motos infantiles estaban pensadas para un uso más bien recreacional, y que, para hacerlas aptas para competición, era obligado realizar numerosas, costosas y profundas modificaciones. Así, Maimone fundó Cobra Moto en 1993, con el objetivo de fabricar una moto infantil de 50 con la que poder competir tal cual saliera de la tienda. Esto no tardó mucho en conseguirse, pues ya en 1994, una Cobra CX 50 se proclamaba ganadora en el prestigioso certamen Loretta Lynn´s en su primera aparición. Desde entonces, y siempre en categorías infantiles, la marca ha cosechado más de trescientos títulos nacionales en Estados Unidos. Casi nada…

TECNOLOGÍA AMERICANA

El éxito tan prematuro de Cobra seguramente se deba, por una parte, al pleno control que la propia marca ejerce sobre la producción de sus máquinas, fabricadas actualmente en Michigan –se trasladaron allí desde Ohio después de que Sean Hilbert comprara la compañía a Maimone en 2003-. Ellos mismos se encargan de idear, diseñar y confeccionar prácticamente todos los componentes de las motos, desde el motor, hasta el chasis, las suspensiones, los frenos, la carrocería, las tijas, el manillar, las llantas, etc. Además, también está el hecho de que desde el principio se han concentrado exclusivamente en fabricar motos infantiles, sin embarcarse en otros proyectos más complejos que pudieran dispersar sus esfuerzos. Tanto es así que, aunque en su momento también vendían quads infantiles y en un futuro se plantean fabricar una moto de 85, su oferta actual se reduce a tres modelos, dos de 50 y una 65.

Ésta última hizo su aparición en el mercado norteamericano en 2007, y desde entonces no ha habido ni un solo año en el que no haya recibido notables mejoras. A nivel mecánico, el cambio más importante se producía en 2012 al estrenar un nuevo motor que se erige como el más moderno de su categoría, pues cuenta con válvula de escape electrónica; cárteres muy ligeros y refrigerados por agua; cilindro con lumbreras mecanizadas; radiador de gran capacidad y muy robusto; embrague de accionamiento hidráulico; caja de cambios de seis velocidades; y «airbox» de gran capacidad. Al año siguiente, también se le sumaría la incorporación de un conjunto de escape Pro Circuit, mientras que el modelo 2014, presente en estas páginas, también llega con mejoras en el cilindro y el encendido.

En el apartado ciclo, la CX 65 equipa un chasis perimetral en acero, con tubos de sección oval, cuya estructura se ha mantenido sin cambios desde su estreno, aunque sí ha ido recibiendo mejoras en cuanto rigidez y flexibilidad. Lo más curioso es que, como dijimos antes, todo el sistema de frenos, el de suspensiones, las ruedas, las tijas o las estriberas, están confeccionados por Cobra, bajo la firma Card (Cobra Advanced Racing Department). Las suspensiones cuentan con una horquilla muy evolucionada, con barras de 37 milímetros de diámetro –por los 35 mm. de la de la KTM; y los 33 de la de la Kawasaki-, tratamiento antifricción y un sistema hidráulico propio denominado «Smart Leg». Éste consiste en que, en la pata izquierda, se aloja un cartucho abierto convencional con las válvulas de compresión y rebote –ambas, ajustables-. Mientras, en la pata derecha va una válvula de compresión para alta velocidad, así como un mecanismo que actúa sobre ella en función del hundimiento de la horquilla y que también permite regular el tope de recorrido. Igualmente, el amortiguador trasero ofrece reglajes de extensión y compresión en alta y baja velocidad. Pero la CX 65 también destaca por un potente equipo de frenos, con pinza delantera de dos pistones, y discos de 205 mm –delante- y 165 mm –detrás-, así como por su llamativo basculante, fabricado en aluminio y con procesos de unión propios de la industria aeronáutica.

DE CARRERAS

Mantenemos una primera toma de contacto con la CX 65 gracias al estrenado distribuidor de Cobra en nuestro país, la tienda Olme Racing, afincada en Alcobendas, Madrid. Conviene puntualizar que la moto de pruebas era de estricta serie, salvo por el protector del piñón de salida –que en Estados Unidos no llevan- y el kit de adhesivos Pro Circuit, que se trata de un extra opcional, entre otros muchos, con el que podemos encargar la moto –algo recomendable, pues de serie la decoración es casi inexistente-.

Esto último, junto a una carrocería de estética quizá no muy moderna, y cuyo depósito resulta un poco ancho, es en realidad la única pega que sacamos a la 65 «yanqui», que por lo demás nos ha sorprendido muy gratamente. Brilla sobre todo el rendimiento del propulsor, con una respuesta muy fina y alegre, y rotundamente potente. Nos ha parecido increíble lo bien que sale este motor de la zona baja de vueltas y muerta de empuje, casi como una 85, con apenas un «pellizco» a la maneta de embrague, incluso al lidiar con el peso de un piloto adulto. La CX entra sin remolonear demasiado en la zona buena y a partir de ahí hace gala de una empuje genial, carente de bajones, con mucha progresividad y capacidad para subir de vueltas. El trabajo de puesta a punto de la válvula de escape resulta encomiable. Su acelerador de corto recorrido enfatiza más si cabe su vitalidad, redundando en una elevada sensación de potencia que quizá resulte excesiva para niños que empiezan, pero que agradecerán sin duda los alevines ya experimentados. Así nos lo comentaban nuestros colaboradores «mini»  de esta ocasión, Rafael Manrique y Mario Moreno, de 11 y 8 años, respectivamente. «Para mí es la 65 que más corre de todas las que he probado», nos decía el pequeño Mario.

Mucha suavidad transmite el embrague al accionarlo, con un recorrido corto ideal para chavales menudos, y con posibilidad de ajuste en la maneta para otros más crecidos. Menos nos ha gustado el funcionamiento del cambio, de recorridos cortos y con buen diseño la palanca, pero de tacto duro e impreciso. El escalonamiento entre marchas está bien calibrado, aunque nos parece que una relación final un poco más corta le encajaría bien a la Cobra.

El bastidor de la CX termina de confirmarnos que estamos a una moto muy orientada a las carreras. La estadounidense se muestra realmente rígida, posibilitando una conducción muy precisa, eficaz y segura. «Sobre todo, yo lo que noto en esta moto es que obedece muy bien al piloto, y siempre hace lo que yo quiero», nos decía Manrique, Campeón de Madrid y sexto en el Nacional de 65 en 2013. Nosotros mismos nos aventuramos a toda velocidad por las rectas sorprendiéndonos de su fabulosa estabilidad. Algo en lo que mucho tienen que ver las suspensiones, que sujetan muy bien la moto incluso en baches grandes y aterrizajes fuertes, con unos tarados bastante duros para tratarse de una moto infantil. También los frenos muestran un poder de retención muy considerable, pese a que delante el tacto podría ser más progresivo.

Colaboran: RAFAEL MANRIQUE, MARIO MORENO Y CIRCUITO DE SAN MARTÍN DE LA VEGA.

CONCLUSIÓN

Queda claro que la «Cobrita» no es una moto de juguete, sino una moto pura de carreras, como lo demuestra su comportamiento, marcado por su potente motor y un bastidor muy rígido y preciso. Esto, sumado a sus excelentes suspensiones y frenos, la sitúa con la 65 de serie mejor equipada del momento.