Comparativa MX 450 2013: Honda y Yamaha.

Comparativa entre dos motos de cross de 450: Honda CRF 450 R y Yamaha YZ 450 F. Mecánica convencional, frente a motor «girado»; respuesta dócil, contra rendimiento exuberante; horquilla de aire, o muelle de acero…

M.A.L. Fotos: Juan Sanz. Colabora: Circuito MX Madrid-Valdemorillo

Comparativa MX 450 2013: Honda y Yamaha.
Comparativa MX 450 2013: Honda y Yamaha.

Honda y Yamaha son por antonomasia los dos mayores fabricantes japoneses de motos, como así lo indican su tradición, historia, número de seguidores y, sobre todo, cifras de venta a nivel mundial. Dualismo de rivalidad eterna que se traslada también al motocross, siendo desde siempre las YZ y las CR referencia entre las de su especie por su avanzada tecnología. Diseños innovadores en ambos casos, que todos admiran y de los que pocos dudan, incluso cuando sus máximos estandartes en el «off road», las cross de 450, resultan tan diferentes entre sí como el día y la noche. ¿Os habíais dado cuenta?

La actual YZ 450 F se ha ganado merecidamente la fama de ser una de las MX1 con más carácter del mercado, gracias un propulsor tremendamente poderoso y listo para competir según sale de la caja. Una exuberancia que se mantiene prácticamente invariable desde su lanzamiento en 2010, cuando estrenaba esa inédita disposición mecánica, con el cilindro inclinado hacia atrás y la culata «girada». Desde entonces, tan sólo ha ido acogiendo reajustes en las suspensiones y la inyección, éstos en busca de un tacto de gas más progresivo en bajos, así como la obligada actualización decorativa de cada temporada, que se presenta como la única novedad en el modelo 2013.

Por su parte, Honda acaba de presentar su renovada CRF 450 R 2013, en la que apuesta por ofrecer una respuesta fácil y aprovechable para la mayoría de usuarios. Como ya sabréis, se ha estrenado un nuevo bastidor, de mayor equilibrio dinámico, con mejor reparto de pesos y el centro de gravedad más próximo al suelo. También se estrena basculante, subchasis y carrocería, así como la conocida horquilla «de aire» de Kayaba. Más conservador se muestra el gigante nipón en la evolución del propulsor, que sencillamente adopta mejoras en algunos componentes internos, pero manteniendo inalterada su arquitectura original.

He ahí otro signo de la antítesis que surge al analizar las CRF e YZ 450 F. Pues si bien Honda parece centrar sus mayores esfuerzos en idear mejoras para la parte ciclo de su MX1, Yamaha apuesta por marcar diferencias con su particular mecánica. Así pues, las azul y la roja divergen claramente en su esencia y configuración, pero sobre todo en su talante y argumentos para calar entre los usuarios, ante los que, curiosamente, sí coinciden ambas en despertar sentimientos extremos y encontrados desde el primer instante. O las aman, o las detestan.

Si ahora os desvelamos que en el taoísmo el Ying se atribuye a la condición femenina y el Yang, a lo masculino, seguro que vosotros mismos reconocéis a cuál corresponde la Honda y a cuál la Yamaha. ¿O no? Ahora, ya sólo nos queda contestar la otra cuestión, ¿qué es mejor en una 450 de cross, la docilidad aprovechable de la CRF, o el ímpetu exuberante de la YZF? En esta ocasión, para dar con la respuesta, hemos querido obtener la mayor variedad de opiniones posible, compartiendo voz y voto con un amplio espectro de usuarios. Así pues, buscando a mucha gente haciendo motocross un miércoles por la mañana en Madrid, nada mejor que cargar las dos motos en la «furgo» y dirigirnos al circuito de Valdemorillo.

¡Eureka! ¡Más de treinta aficionados montando! Y entre ellos, encontramos a Jonathan Barragán, su hermano Jesús, José Antonio de Portugal, Rafael Cordero y Gabriela Seisdedos. Un buen quinteto con el que obtendremos la opinión de un piloto mundialista, uno del Nacional, dos «amateur» y hasta la de una piloto joven y de poca corpulencia, que se sube por primera vez a una 450. Las consignas son sencillas; tandas cortas y seguidas, con tiempo suficiente para «palpar» las diferencias de nuestras invitadas, pero no excesivo para que la costumbre no enmascare defectos. Por supuesto, al final tomamos buena cuenta de las impresiones de cada piloto y sus puntuaciones sobre varios apartados de cada montura.

Nosotros también tenemos nuestro turno de prueba en esta comparativa. ¡Faltaría más! Nos subimos con muchas ganas a la Yamaha, por ser la primera vez que disponemos del modelo de 2013. Rápidamente nos reencontramos con un manillar algo bajo pero de buenas formas, así como con la excesiva anchura de la parte delantera de la carrocería, que una vez más nos causa cierta incomodidad inicial. Quizá sea sólo por eso que la posición de conducción de la YZF nos guste menos que la de su rival, ya que tanto el accionamiento los mandos, como el esbelto chasis, y el diseño de asiento y estriberas nos parecen totalmente acertados en la moto blanca. Por su parte, la CRF ofrece un puesto de conducción cómodo desde el primer instante, con un manillar alto y una ergonomía en general más lograda, aunque con un asiento de mullido blando y un tacto de embrague que es todo lo contrario, muy duro. Y si acomodarse en la moto roja nos parece más fácil que en la blanca, lo mismo se puede decir a la hora de arrancarla, pues el motor Honda cobra vida incluso dando mal la patada, mientras que la Yamaha se ha mostrado menos indulgente –caso raro de esta unidad, pues en otros años la YZF arrancaba también genial-.

La dualidad Yin/Yang de nuestras invitadas cobra su máxima expresión en la respuesta de sus motores que, insistimos, se parecen tanto como el día y la noche. A bajo régimen, la CRF campa a sus anchas, con una respuesta lleno, efectiva, limpia y cristalina. Mucha potencia arroja la Honda desde pocas vueltas, pero sobre todo buena potencia, de la que controlamos al milímetro con el gas, que no compromete el agarre de la rueda trasera, y que sí nos hace avanzar con eficacia y celeridad hacia adelante, con la única precaución de escoger la marcha adecuada para no salir continuamente «en caballito». La roja extiende su dominio también a medio régimen, con un empuje muy vigoroso, pero que decididamente se desinfla antes de lo que nos gustaría. Momento en el que la Yamaha le comenta a la Honda; «cuando tú vuelves, yo voy». Porque un año más la YZ F ha vuelto a exhibir una fogosidad inigualable, transmitiéndonos unas sensaciones que sólo la «cuatro y medio» de los diapasones nos hace vivir. Los pelos de punta se nos ponen cuando este motor sube de vueltas, haciendo gala de un empuje brutal, una estirada fulgurante y que parece infinita, acompañada en todo momento por su característico bramido de admisión. ¡Guau! Motor excitante donde los haya, que no obstante, sigue sin convencernos del todo su comportamiento a bajo régimen, demasiado reactivo a nuestros gestos con el gas, y que puede redundar en una conducción un poco estresante o cansada. Eso sí, en tandas cortas como las de esta comparativa, con el físico de los pilotos fresco, la YZ F no tiene rival –con permiso de la KTM 450, otra bruta de cuidado…-.

La montura blanca brilla también por el intachable funcionamiento del cambio y el embrague, ambos de accionamiento exquisito, que la CRF sólo iguala en el caso de la transmisión, pues su embrague resulta claramente más duro.

Las grandes diferencias entre las dos japonesas se reducen notablemente al comparar el hacer de sus respectivas partes ciclo, pues en ambos casos encontramos bastidores equilibrados, dotados de buenas suspensiones y frenos de gran nivel. La nueva Honda ha vuelto a engatusarnos por el excelente manejo de su bastidor, ágil como ninguno y con un brillante aplomo en el tren delantero. Lo disfrutamos especialmente en el circuito de Valdemorillo, con gran variedad de curvas, con roderas largas, ángulos muy cerrados, peraltes de apoyo rápido, curvas planas contraperaltadas… En todas ellas, la CRF facilita siempre la tarea al piloto, dejándose guiar mansa, con ligereza y sin reacciones nerviosas. Claro que la Yamaha tampoco le va mucho a la zaga a la montura roja en cuanto a manejabilidad, sobre todo, al ir entrando en sintonía con ella a medida que pasan las vueltas. En primera instancia, la «i zeta» nos confunde por la corpulencia de su carrocería y su posición de conducción, que nos lleva a suponerle cierto sobrepeso y torpeza de movimientos. Llegamos a la curva con semejante «depósito» entre nuestras piernas, que creemos que a la primera de cambio la moto tenderá a seguir recta o caérsenos hacia el interior. Pero nada de eso. La Yamaha obedece muy bien a lo que ordenamos con el manillar y flota como por arte de magia cuando la inclinamos en los giros o la metemos en las roderas, y aunque quizá no resulta tan grácil como la CRF, sí aporta a cambio una mayor sensación de seguridad a alta velocidad.

Ello es en parte gracias a la magnífica puesta a punto de las suspensiones de la YZ F, que corroboran los buenos recuerdos que de ellas guardamos de los dos últimos años. Los tarados quizá resulten «un pelo» blandos para uso en competición, pero sin duda, tanto el amortiguador como especialmente la horquilla, nos han gustado mucho por su exquisita respuesta hidráulica, capaz de hacernos ignorar cualquier bache del circuito. Las suspensiones de la Honda también trabajan de manera intachable, equilibradas entre ambos ejes, aunque sin el refinado comportamiento de la Yamaha. Eso sí, los tarados de las CRF resultan más firmes que los de su rival, y con ella resulta más complicado hacer tope en los saltos. Por su parte, en el apartado de frenos, se produce un empate técnico entre nuestras invitadas, pues aunque el freno delantero de la YZ F posee mejor mordiente, la CRF lo contrarresta con un tacto en la bomba realmente preciso y dosificable.

* Nuevo bastidor con centro de gravedad más bajo. Aumenta el peso, pero más la manejabilidad.

* Propulsor actualizado con mejoras en la culata, el pistón, la distribución, el embrague, el cambio y la inyección.

* Como churros. Gran acogida por parte de los usuarios, pues el stock inicial previsto por Honda para nuestro país se agotaba en pocos meses.

Lo más
* Agilidad asombrosa.
* Respuesta en bajos y medios.
* Conjunto fácil.

Lo menos
* Estirada motor.
* Sonido insulso.
* Acceso estárter.

Soluciones exclusivas en la moto roja, como el doble silenciador o las válvulas neumáticas en la horquilla para modificar la dureza. Se accede al filtro de aire retirando el asiento y la tapa superior del «airbox».

* Decoración atractiva y muy lograda. Son nuevos los adhesivos, así como el color blanco del guardabarros trasero de la YZ F en versión azul. 
* Suspensiones Kayaba, de muelles convencionales; tarados cómodos y «setting» hidráulico brillantemente ajustado.
* Motor sin apenas cambios desde su lanzamiento en 2010, con leves retoques en la inyección.

Lo más
* Propulsor excitante.
* Bastidor equilibrado.
* Suspensiones exquisitas.

Lo menos
* Anchura depósito.
* Precio muy alto.
* Sin novedades.

La YZ F también muestra una configuración única con detalles llamativos, como el estárter situado tras los radiadores, la botella del amortiguador en horizontal para dejar sitio al colector; o el filtro de aire debajo del depósito de gasolina.

Jonathan Barragán
Experiencia: piloto del Mundial.
Moto actual: KTM 450 SXF

- «Me ha sorprendido bastante la Yamaha, sobre todo por la gran potencia de su motor. El chasis lo veo muy estable y las suspensiones, aunque algo blandas, trabajan muy bien. La Honda ya la conocía, y me sigue pareciendo muy manejable y apropiada para el usuario «amateur».

José Antonio De Portugal
Experiencia: practicante habitual.
Moto actual: Honda CRF 450 R '12

- «La verdad es que me han gustado mucho las dos motos. Primero he cogido la Yamaha y me ha impresionado cómo corre el motor. En bajos parece que tarda un poco en reaccionar, pero luego sale disparada. La Honda también me ha gustado mucho, me parece más fácil de llevar y cansa menos».

Gabriela Seisdedos
Experiencia: Nacional MX2, Sub18 y Mundial Femenino.
Moto actual: Kawasaki KX 250 F

- «¡Buff! Cómo corren estas “cuatro y medio”, en especial la Yamaha, que además aporta una gran seguridad en recta por lo estable que es. Sin embargo, a mí la Honda me va un poco mejor, porque me resulta más pequeña y puedo manejarla con más facilidad».

Rafael «Rendu» Cordero
Experiencia: cinco años inactivo.
Moto actual: sin moto.

- «Me ha encantado la YZ F. Qué poderío, qué motor, qué energía transmite. Ya a la vista parece una moto casi del futuro, y en la pista siempre incita a apretar más fuerte, y aun así te sobra moto por todos lados. La CRF es más dócil y exige menos al piloto, pero en general me motiva menos por su sonido y también por su estética».

Jesús Barragán
Experiencia: piloto del Nacional, Campeón de Madrid en 2010.
Moto actual: KTM 350 SXF.

- «En general, las dos son muy buenas motos, aunque responden de forma diferente la una de la otra. El motor de la CRF posee muy buenos bajos y medios, mientras que el de la Yamaha estira más arriba. En cuanto a frenos y suspensiones las veo muy igualadas».

Marcos Abelenda

  • Yamaha YZ 450 F

Comparativa democrática en la que la mayoría manda, y de los cinco invitados, cuatro han otorgado la mayor puntuación a la YZ F. Justo, pues la Yamaha ha demostrado ser una máquina muy, pero muy completa, por motor, chasis, suspensiones y frenos.

  • Honda CRF 450 R

El bastidor de la roja ha acaparado muy buenos comentarios, pero no así el rendimiento de su motor, que se siente bastante «tapado» y eso le hace perder puntos en un enfrentamiento de estas características. Eso sí, con los mil euros menos que el precio de su rival, da para comprarse un buen escape y algo más…