Gama Kawasaki motocross 2014

La familia Kawasaki KX de motocross está de enhorabuena, ya que en 2014 celebrará su 40º aniversario. Entran las verdes en la edad de la madurez, pero sin crisis alguna para ellas

Texto: Abelenda. Fotos: Kawasaki/Gary Freeman

Gama Kawasaki motocross 2014
Gama Kawasaki motocross 2014

Pasado, presente y futuro coincidieron en la presentación de la gama Kawasaki 2014 de motocross, que tenía lugar este pasado mes en la localidad alemana de Mainz, en Frankfurt. En realidad el pasado fue más bien figurativo porque la KX 250 de 1974, por la cual la saga cumple ahora cuarenta años, estaba  representada sólo por su fotografía. Sí acudían en cuerpo y alma las KXF 450 y 250 de 2014, en el papel de presente, al estar ya disponibles en las tiendas desde hace unas semanas. Mientras, la mayor sorpresa nos la daba la KX 85, asombrosamente renovada tras muchos años sin cambios, y que representa el futuro ya que no estará a la venta hasta mediados de agosto. Pero veamos qué ofrecen nuevo cada una de ellas.

A la mayor de la familia verde le toca esta vez hacer acopio de madurez y asumir que pasa por el típico año sin novedades que los fabricantes acostumbran a tener. Pero, ¡ojo!, que el descanso en el desarrollo de la KXF 450 parece justo viendo que llevaba ya varios años saltándoselo, pues su evolución ha sido constante y seguida durante las últimas tres temporadas: pistón, cigüeñal y bieletas nuevas en 2011; bastidor rediseñado, motor mejorado y estreno de «launch control» en 2012; y adopción de horquilla neumática en 2013. Por este motivo la MX1 verde presenta como novedades en la versión 2014 un reajuste de «settings» en la horquilla delantera, así como unos adhesivos con distintos gráficos. Lo bueno es que también se mantiene sin cambios su precio de venta, situado en 8.200 euros.

La «cuatro y medio» es la primera con la que nos toca salir a la pista alemana de Bauschhem, muy revirada y ratonera, en la que la Kawasaki grande nos hace sentir como en casa ya en la segunda curva, gracias su cómodo y familiar puesto de mandos. La respuesta del motor también nos resulta conocida, y nos agrada porque a bajo régimen reacciona con absoluta progresividad, menos súbita y agresiva que otras «cuatro y medio», mientras que en medios hace gala de una vigorosa caballería que además estira arriba con maestría. Pero lo bueno de la «Kawa» es que podemos variar su respuesta con los tres conectores para el cambio de curva de potencia, de los cuales el blanco -para terreno blando- ha vuelto a ser nuestro preferido -tacto más directo en bajos-. El bastidor sigue combinando una estabilidad inmejorable con un comportamiento en curva noble, aunque un poco «remolón» en el momento de iniciar el giro. Las suspensiones también ofrecen un fantástico rendimiento, sobre todo la horquilla, muy cómoda y sensible ante los baches -quizá un poco más que el año pasado-, y a prueba de bombas ante aterrizajes más fuertes. Por su parte, los frenos funcionan también satisfactoriamente, aunque delante no vendría mal algo más de potencia.

Pero si actualmente hay una niña bonita en la familia KXF, esa debe ser sin duda la 250. Su propulsor con doble inyector estrenado en 2012, junto al chasis y las suspensiones mejorados la temporada pasada, forman un conjunto que ha cosechado muy buenas críticas esta temporada, abalada por su aumentada presencia en las carreras de MX2 y Sub18; y apoyada por un competitivo precio que se mantiene en 7.700 euros para el modelo 2014. Éste, además, sí recibe algunos mimos de los técnicos japoneses, como la incorporación del sistema «launch control» o un difusor de aceite más grande en el cilindro para optimizar la lubricación del pistón. También se ha buscado mejorar el accionamiento de la caja de cambios, por lo que los piñones tienen ahora cuatro tetones de encastre -antes tres-, mientras que el tambor del selector cuenta con canales menos profundos para las guías de las horquillas. También se ha revisado la puesta a punto de las suspensiones, buscando mayor firmeza inicial en la horquilla y una respuesta más progresiva en el amortiguador, según nos comentaban los técnicos de Showa en Alemania. Además, se han cambiado los anclajes del motor -mayor rigidez en el tren delantero- y se emplean unos nuevos puños de manillar.

Sobre la pista, la pequeña KXF ha vuelto a engatusarnos por su logrado equilibrio, resultando una 250 fantástica para los que compiten en MX2, pero también muy apropiada para aficionados que quieren una montura con buenas prestaciones pero sin la exigencia de una «cuatro y medio». Nos parece una gran opción para ambos casos gracias a su motor, porque responde sensacionalmente en bajos, con una empuje muy sano que no exige el abuso constante del embrague, lo cual se combina con un rendimiento de medio régimen en delante de lo mejorcito de la categoría, con mucha potencia y capacidad para subir de vueltas. También nos parece clara la mejora del cambio en su accionamiento, notablemente más suave tanto al subir como al bajar marchas, y hasta para encontrar el punto muerto. Además, aunque parezca mentira por tratarse de una 250, el «launch control» resulta verdaderamente efectivo en la práctica, y es una gozada notar cómo en las salidas la pequeña Kawa avanza segura hacia delante sin apenas coletazos de la rueda trasera. El chasis acompaña con un comportamiento muy estable y seguro, resultando la KXF 250 claramente más ágil en curvas que su hermana mayor, y eso que los nuevos reglajes de suspensión dejan la zaga de la moto un poco más hundida que antes. Pese a ello, tanto la horquilla como el amortiguador trabajan de manera fina, precisa y sólida ante baches y saltos, de la misma manera que los frenos que, al menos de nuevos, cumplen bien con su misión.

La tarde anterior a nuestro viaje hacia Alemania, saltaba la noticia de la renovación de la KX 85. A la sorpresa inicial de saber que, diez años después, la pequeña verde incorporaba novedades, le siguió un segundo sobresalto al verla ya en vivo al llegar a Mainz. Fue más bien un «¡toma ya!», sobre todo, al comprobar el cambio radical de su apariencia -de casi retro ha pasado a rotundamente moderna-. Pero además de estrenar depósito, carrocería y asiento, se ha dado un buen repaso a otros aspectos, como el de las suspensiones. La revisada horquilla incorpora unas nuevas válvulas hidráulicas con mecanismo de láminas, de mayor eficacia, así como unas punteras más cortas; mientras que el amortiguador estrena un muelle más ligero y un pistón de mayor calidad. También son nuevos los discos de freno lobulados y el manillar, más ancho, alto y con hasta seis posiciones posibles -incluyendo alzas de 5 y 10 milímetros-. 
Igualmente el apartado motriz recibe un buen lavado de cara, con mejoras en el pistón -un solo segmento-, la culata -reajuste de «squish»-, el cilindro -baño interior de nikasil, lumbrera de escape más grande y «transfers» rediseñados- y la carburación. También se ha trabajado en el cigüeñal, con inserciones de resina entre los contrapesos para optimizar la «precompresión» de la mezcla; así como en la válvula de escape KIPS, ahora con dos pétalos independientes que aseguran el sellado de la pieza y favorecen el aumento de prestaciones. Con ello, Kawasaki anuncia una mejora en potencia de casi un veinte por cien, lo cual no pudimos corroborar en la presentación, al no haber unidades para la prensa. Pero como ya comentamos, la nueva 85 estará en las tiendas a partir de mediados de agosto, en versiones de rueda grande y rueda pequeña -4.850 y 4.450 euros, respectivamente-.

Las «Kawa» de motocross del próximo curso inspiran sobre todo confianza. La KXF 450 es la misma que ya conocemos, estable y noble como pocas, con un motor bien potente pero no indomable. Pero nuestra favorita sigue siendo la 250, que nos parece una de las MX2 más completas y divertidas del mercado, y desde luego lista para hacer frente a las dos fuertes rivales que pronto le llegarán. ¡Qué interesante va estar la clase pequeña este año!