Gas Gas TXT Pro 250

Prueba a fondo de la nueva Gas Gas TXT Pro 250. Tras siete intensos años de vida, la TXT se ha convertido, por méritos propios, en la piedra angular de este segmento. Tan sólo las estrictas leyes medioambientales y la proliferación de mecánicas de válvulas han conseguido eclipsar su creciente protagonismo.

Texto: David Quer / Fotos: Paloma Soria

Gas Gas TXT Pro 250
Gas Gas TXT Pro 250

Atípicamente, un título mundial no avala el buen hacer de los ingenieros gerundenses en esta gama 2008. Sin embargo, la dinámica de trabajo sigue atendiendo a los mismos cánones. Conscientes de que las rigurosas normativas medioambientales continúan cavando el lecho de muerte para los cilindros agujereados, el objetivo es trabajar al máximo sobre la parte ciclo, que presumiblemente será común al de la esperadísima versión de válvulas. En consecuencia, los cambios que encontramos en su termodinámica, son escuetos y poco trascendentes.

Pinceladas
Sigue trabajándose en el sistema de escape con un doble objetivo: aligerar peso y mejorar el comportamiento en la gama baja de revoluciones. Así, el colector cuenta con una curva más acentuada en el primer tercio de su recorrido. También se ha modificado el escape intermedio, que ahora se ancla directamente al silencioso formando una pieza única. Aunque la rebaja de peso es sustancial, el contrapunto de esta modificación es que imposibilita la manipulación o sustitución de los componentes por separado. Siguiendo con el compromiso de mejorar el comportamiento a baja velocidad, en Gas Gas han decidido montar un radiador con mayor capacidad, firmado por Behr.

Adentrándonos en la parte ciclo, encontramos cambios más notables. Básicamente, se han modificado las geometrías del bastidor con el objetivo de rebajar la altura del motor y conseguir un reparto de masas más equilibrado; los estribos también se han colocado más abajo con el mismo fin.

La guinda final de esta preparación es una nueva carrocería que, manteniéndose dentro de los mismos cánones, imprime a la TXT PRO una imagen más desenfadada y actual.

Más ligera
Bastan unos minutos a sus mandos para evaluar las sensaciones de las nuevas geometrías. Gracias a un centro de gravedad rebajado y a una distribución de masas más neutral, la nueva TXT mejora notablemente su rendimiento dinámico respecto al modelo precedente. Ahora es más estable y permite que el pilotaje dentro de las zonas sea más intuitivo. En líneas generales, sacrifica parte de su innata radicalidad en aras de ofrecer al usuario un conjunto más polivalente y lógico.

Hoy por hoy, la TXT sigue liderando con mano de hierro el ranking de ligereza. Suyo es el mérito de haber franqueado por un margen mínimo la frontera de los 70 kg -69,6 kg en vacío, verificados-; una cifra que en años venideros, cuando las 4T copen el mercado, volverá a convertirse en una utopía. Este factor explica por qué la TXT doblega a sus rivales a medida que el terreno se vuelve más selectivo y las distancias de maniobra se hacen más cortas. Más agilidad, menor exigencia física y un conjunto de suspensiones cien por cien homogéneo son las claves de este conjunto.

En este ámbito, el salto evolutivo más importante tuvo lugar en la pasada edición, cuando Marzocchi comenzó a suministrar material para la TXT. La horquilla en cuestión –que también equipa Scorpa-, monta barras de aluminio de 40 mm y es un kilo más liviana que su antecesora. La puesta a punto también nos parece ejemplar. En líneas generales ofrece un tacto suave y cómodo, aunque es algo rápida en los rebotes; además, al endurecerse progresivamente, en el último tercio de su recorrido aguanta el tipo sin problemas en situaciones límite.

La zaga no es tan brillante, pero su sobresaliente homogeneidad con el tren delantero le permite disimular con maestría los pequeños contrapuntos. El ZF-Sachs no es tan sensible como el Öhlins de la versión 2006 y su tacto es más seco. A pesar de todo, su capacidad de absorción, incluso en fuertes impactos, es notable.

Sensaciones
La versión 250, que ahora nos ocupa, es la más completa y divertida que podemos encontrar en el catálogo de Gas Gas. Frente a sus hermanas, las 280 y 300, sacrifica valores de par con el fin de ofrecer unas prestaciones puras mayores. En términos de potencia absoluta no hay grandes diferencias entre ellas. Sobre el papel, este «dos y medio» ofrece diversión a raudales y unas reacciones más predecibles en bajo régimen. En líneas generales es más permisiva con las imprecisiones del piloto con el puño de gas y, además, al trabajar en regímenes más altos la diversión está asegurada. El único contrapunto es que también exige un uso más intensivo del embrague para exprimir todo el jugo a una mecánica que destaca, sobre todo, por su sobresaliente comportamiento en alto régimen.

Conclusiones
En definitiva, decantarse por la TXT PRO 250 es apostar a caballo ganador. Quizás requiere un mayor mantenimiento por parte del usuario para mantener intactas sus aptitudes, pero se perfila como la opción más idónea para los entusiastas de la competición y aquellos que, además de la polivalencia, valoran aspectos tan importantes como el peso o la calidad de los componentes.