Prueba Gas Gas EC 300 Factory de Jonathan Barragán

Moto de respuesta mecánica súper suave, dócil, comprometida, fácil de someter y nunca áspera. Dispuesta siempre a complacer a su piloto Jonathan Barragán, que la trata con cariño pero con exigencia. Una moto con la que lo difícil parece salir fácil.

Santi Ayala | Fotos: Jaime de Diego | Colaboran: Team Gas Gas Pons, Angels Rovira y Sergi Durán

Prueba Gas Gas EC 300 Factory de Jonathan Barragán
Prueba Gas Gas EC 300 Factory de Jonathan Barragán

Descansando sobre el banco, la Gas Gas EC 300 de Jonathan Barragán.

Aunque el equipo Gas Gas Factory Pons Team lleva ya varias temporadas compitiendo con las EC 300 2T, Jonathan Barragán ha cubierto este 2016 su segunda campaña con la marca. En 2014 probamos la EC 300 oficial, entonces pilotada por Diogo Ventura, pero en el 2015 no tuvimos ocasión de testar la unidad que del madrileño mundialista para correr Enduro3. Oportunidad que sí ha aparecido ahora y que hemos aprovechado tanto para descubrir los secretos de su moto.

Continuidad

Palabra clave y básica, continuidad. Gas Gas, con sus nuevos dueños ya al mando, sigue adelante, tiene viabilidad, y presentan planes venideros optimistas. Esto afecta también a la competición, base fundamental desde su fundación, hace más de treinta años, tanto en el desarrollo de nuevas soluciones como en la promoción de la marca. Sergi Durán -team manager del Gas Gas Factory Pons Team- nos comentaba: «2015 ha resultado nuestra temporada más dura por la situación económica de la empresa. Para competir hemos tenido que agudizar el ingenio, aprovechar al máximo el material, reciclarlo incluso, y poner mucho de nuestro lado. La necesidad siempre obliga y de ello sacamos cosas buenas, como que hemos sido capaces de superar la adversidad y que el material de serie es muy bueno pues ha resistido muchas carreras».

Afortunadamente la situación de Gas Gas ha cambiado y «estamos de nuevo en activo -sigue Durán-. Aunque desde el punto deportivo ha sido tarde. No hemos podido hacer tests invernales y eso se nota. Hemos trabajado justos de tiempo. Faltaban algunos materiales y, por eso, las primeras carreras del Nacional de Enduro han servido de pretemporada. Es lo que ha tocado este año. Tenemos muchas ideas y proyectos, contamos con el respaldo de la nueva directiva, cargada de ilusión».

Hablando ya de la EC 300 Sergi apunta que «evidentemente es una continuidad de lo que teníamos en 2015, herencia a su vez de 2014. Ya en 2015 no había presupuesto para hacer cosas nuevas y éste toca seguir con lo bueno que tenemos. En 2017 llegarán cambios».

Siempre trabajando con la premisa de usar material de serie, ajustado y mejorado. «La base estándar es soberbia -con orgullo dice Sergi-. Incluso más ahora que la nueva cadena de montaje tiene unos estándares de producción sensacionales y unos controles de calidad brutales. Nuestra moto no es algo especial que no pueda tener el cliente, menos el basculante y las bieletas, que son prototipo».

Descansando sobre el banco, la Gas Gas EC 300 de Jonathan Barragán.

La base mecánica es estándar en un 95%.

Sobre Jonathan, Durán incide en que «pidió un motor con facilidad de conducción. Él conduce en modo “on/off” y necesita un motor que empuje en todo momento, que no haga amagos. Más que potencia máxima Barragán quiere que siempre salga presto. Él, si hay diez metros para dar gas, lo hace a fondo. Por ello le ofrecemos un motor que desde abajo salga muy bien sin tener que tocar el embrague».

Para la parte ciclo, continúa Sergi, «él nos solicitaba una horquilla firme pero con mucha sensibilidad. Un hándicap, no es fácil, pero se ha conseguido en bastante medida, lo que pedía. Aún debemos pulir detalles pero tiene lo que necesita. Para el tren trasero solicitaba tracción con buena absorción. Y con los frenos Barragán es muy exigente. Quiere frenada progresiva pero que muerda. Él es de entrar muy fuerte, apurar, frenar muy tarde, a veces demasiado, por lo que exprime los frenos y éstos deben resistir a la fatiga».

Sergi nos desgrana los cambios más destacados que han introducido en la EC 300 para adaptarla a su piloto. «Insisto en que la base mecánica es estándar en un 95%. Hemos mejorado los flujos en transfers, conductos de admisión, culata -otro “squish”-. La carburación está afinada y la caja del filtro queda un poco modificada para ganar algo de capacidad. No llevamos arranque eléctrico, eliminamos la batería y así entra mejor el aire a la caja, ganando respuesta. Además, ahorramos peso». Como en la prueba anterior de la EC 300  Pons, Sergi destaca los trabajos para «el perfecto funcionamiento de la válvula de escape, con una apertura progresiva del sistema. Su mecanismo de accionamiento, la precarga del muelle… todo ha sido ajustado. En carrera se puede modificar fácilmente su respuesta, si fuera necesario, para cambiar algo el carácter del motor».

La base mecánica es estándar en un 95%.

Esta EC 300 monta unas exclusivas tijas XTrig.

También orgulloso se muestra Durán de su programación del CDI «con dos buenas curvas. Diferentes la “sol” y “agua”, sobre todo en medios, lo importante para el enduro. Útil la segunda no solo para barro, que llevamos mucho esta temporada, sino también para suelos de poco agarre». El escape es el de serie y el silencioso, el FMF original, pues Sergi opina que «son perfectos y sólo en la 250 de Ventura llevamos un silencioso algo más corto para ganar algo de bajos».

El único componente del motor no original es el embrague reemplazado por uno completo Rekluse (campana, núcleo, discos y tapa), complementado con una bomba Magura de accionamiento hidráulico. Componentes que ayudan a soportar mejor la fatiga y ofrecer un mejor tacto, constante incluso en las carreras más exigentes. El cambio es el de origen, bien ajustado, con una corona de un diente más «que ayuda en las zonas extremas al poder hacerlas en segunda».

La parte ciclo cuenta con un «upgrade» destacado en la suspensión así como en a la rigidez de la moto. En el tren delantero Barragán dispone de una horquilla Kayaba de 48 mm., «la misma que llevaban las Husqvarna antiguas -aclara Durán- que por diámetros de eje y configuración era la más fácil de adaptar a la Gas Gas. Le hemos montado protectores de las barras abiertos por detrás, que se pueden cambiar fácilmente». Para ganar aplomo, y atender a la exigencia de Barragán en cuanto a sensibilidad/rigidez, esta EC monta unas exclusivas tijas XTrig «hechas exprofeso, no hay otras más que las nuestras y no están aún a la venta. No son adaptación de unas de otra moto. Les pasamos las medidas, manteniendo el mismo “offset” de 22, original, y nos las hicieron. Los rodamientos son los estándar».

Esta EC 300 monta unas exclusivas tijas XTrig.

La bieleta central tiene protector de golpes integrado.

No menos elaborada queda la suspensión trasera, «proto conocido -destaca Durán- que llevamos desde hace dos años, con un basculante 5 mm. más largo y un anclaje de las bieletas diferente, opuesto al estándar, tipo motos japonesas. Además, la bieleta central tiene protector de golpes integrado. El amortiguador es más largo que el de serie para tener más carrera. Todo esto podría llegar a la serie en el futuro». ¿Qué ventajas aporta? «A gran velocidad se nota mucho -aclara Sergi-, pues la moto queda más equilibrada. En zonas técnicas ganamos tacto y tracción. Tenemos mejor entrada en curva, más rápida». Por supuesto la suspensión tiene preparación SDS (Sergi Durán Suspensions) con mucho trabajo conjunto con Jonathan «aunque él no es mucho de modificar “settings”. La puesta a punto inicial la lleva todo el año y se adapta a cada carrera».

Del amortiguador Sergi comenta: «es el Reiger Factory, tope de gama, oficial, no a la venta. Un componente muy sofisticado, tanto, que no es fácil ponerlo a punto, pero tiene un potencial brutal. Estamos cerca de lo perfecto pero debemos mejorar el tacto inicial. Nos falta rodaje igual que a Reiger. Saben mucho de coches de rallyes y raids pero menos de enduro».

El subchasis es el estándar, bajado 5 mm.: «de serie la EC es alta de atrás. La bajamos sólo del asiento, sin alterar la geometría, con la distancia libre al suelo original. Así mejora la posición de conducción, el piloto va más plano. Buscamos modificar el balance de la masa y la posición del piloto. A eso ayudan las estriberas, un poco más bajitas y centradas».

Para los frenos esta EC tiene un disco delantero Galfer ranurado y flotante, más grande, de 270 mm. -260, en 2015-. Detrás hay también disco Galfer, liso para barro o ranurado para seco. Los latiguillos y las pastillas son Galfer -las traseras las alternan con Nissin para barro, por tema de duración, no de potencia ni tacto-.

La bieleta central tiene protector de golpes integrado.

El escape es el de serie y el silencioso, el FMF original.

Justa medida

En la báscula de nuestro centro técnico, la Gas Gas ofrecía cifras como las de la unidad de 2014: 112,50 kilos en vacío -119,9, llena-, algún kilo por encima de la EC de serie. La distancia entre ejes es de 1.490 mm., el espacio al suelo, de 325 mm., y la altura del asiento, de 955 mm. -menor que de serie-. El rendimiento en el banco de potencia copia lo del pasado, con 44 CV y 4 mkg., cifras que no impactan pero sí lo hacen si analizamos los datos a bajo/medio régimen, donde rinde sensacional.

Antes de subir a la moto, Barragán nos habla de ella: «destacaría lo que rinde y cómo responde con una base tan de serie. Es una mecánica dócil, efectiva porque no es agresiva. Puede parecer que no corre pero sí lo hace. Va mejor en cronos reviradas que en las de largas rectas, donde las 4T 450 pueden correr más. Pero en los cross tests blandos con roderas, donde muestro mi pilotaje, la EC es una pasada. De chasis me gusta mucho sobre todo para curvear, con el peso muy bajo y bien repartido. La suspensión responde de forma efectiva aunque aún debemos afinar con el amortiguador. Es tan bueno e innovador que es un poco complejo de ajustar. Pero ofrece mucho tacto y hay un perfecto equilibrio».

El escape es el de serie y el silencioso, el FMF original.

El embrague ofrece un tacto y una progresividad brutales.

Tras la sesión de fotos, llega nuestro turno de la prueba. Con toda la información previa más la experiencia pasada con esta moto, el test corrobora lo esperado. La EC 300 agasaja con gran dulzura, linealidad y progresividad. Todo es confort en ella, desde que vibra poco, muchísimo menos que la de serie, a que tiene una efectividad sensacional, basada en la amabilidad frente a la brutalidad. Sentimos que el motor corre y empuja pero no asusta, deja abrir pronto gas y aporta confianza para correr. Algo que hemos agradecido sobre un suelo que estaba duro y con arena granítica, en el que la tracción resulta importante. Y de eso anda sobrada la Gas Gas gracias también a la dulzura con la que responde al abrir la válvula de escape. Esta 300 tiene una capacidad portentosa de salir desde abajo y enlazar con los medios, con una transición continua. Sientes que hay muchísimo par a pocas vueltas y que la mecánica responde súbita al gas. Se nota que es una 300 2T pero como 450 4T en elasticidad pues recuperar incluso en marchas largas. No es una moto con la que haya que pegarse y pone fáciles las cosas. El embrague ofrece un tacto y una progresividad brutales -el Rekluse obra milagros- y el cambio igual.

En el ciclo sentimos la rigidez del conjunto, mono bloque en el tren delantero, con mucha precisión en la dirección, y gran confianza en la rueda delantera. La entrada en curva nos parece sensacional, mejor aún con roderas profundas, así como la salida. En rectas pisa sólida pero en zonas muy ratoneras podría ser un pelín más ágil.

Convence la suspensión pues equilibra la moto de los dos ejes y permite rodar deprisa, con sensibilidad y aplomo. Aunque hay que ir rápido para no sentir la dureza que aparece al ir despacio. Aunque para Jonathan el amortiguador aún puede mejorar, para nosotros resulta perfecto. No se hunde más de lo debido, tracciona, viaja plana, y ayuda a no sentir tan duro el asiento que tiene.

Encantados con los frenos, sobre todo el delantero, que parece poco agresivo, pero cuando queremos hay potencia.

El embrague ofrece un tacto y una progresividad brutales.