Sherco SE 300 Racing. Prueba enduro

La primera prueba del nuevo motor 300 2T de enduro de Sherco nos ha permitido descubrir una mecánica con muchos recursos pero que, a la vez, se deja someter.

Santiago Ayala

Sherco SE 300 Racing. Prueba enduro
Sherco SE 300 Racing. Prueba enduro

Tras meses de espera nos llega la Sherco SE 300, cuya puesta en escena se ha retrasado algo más al haberse demorado su puesta a punto final. La espera ha merecido la pena pues los galos han conseguido una montura puntera, como ya nos habían puesto en preaviso los resultados con esta moto en el Mundial de Superenduro logrados por David Knight, Subcampeón final y con una victoria absoluta incluida.

¡Cincuenta caballos! llevamos entre las piernas, domables tanto por la respuesta progresiva de la válvula de escape electrónica como por la bondad y estabilidad del bastidor.

Enamora

«Una de las enduros más bellas», así la describe el propietario de esta unidad, Ángel Burgueño, quien nos la ha cedido para nuestra prueba. Y sin duda que en la estética la Sherco es una francesita refinada, parisina podríamos decir, propia de los mejores diseñadores de la prestigiosa moda gala.

La posición de conducción resulta agradable, con el asiento en una altura cómoda de 955 mm., con el conocido mullido de dureza media. Nos agrada la colocación del manillar aunque, para recorridos y uso trialero, lo pondríamos más avanzado. Sin demora reemplazaríamos los puños de serie pues son duros y algo gruesos en sus extremos exteriores –tienen como doble grosor, mayor en la punta que la zona de agarre-.

Ya lo señalamos en la prueba de la SE 250 que la llave de gasolina no tiene un fácil acceso, escondida entre el escape y el carburador, debiéndose hacer filigranas para llegar a ella –eso sí, al menos, en esta unidad, no estaba dura-. Tampoco nos convence plenamente el manejo del tapón de gasolina, pues para girarlo hay que hacer fuerza con las yemas de los dedos y no siempre se hace suficiente palanca, sobre todo, si lo hemos apretado mucho.

Antes de arrancar hay que accionar el cortacorrientes de seguridad –bravo por montarlo- momento en el que se oye el ruido del servomotor de la válvula de escapa electrónica que hace un reseteo. Sensacional la puesta en marcha eléctrica –no hay palanca- encontrando en el mismo mando el selector de las dos curvas de encendido.

Una de las grandes virtudes de esta mecánica la tenemos precisamente en que está muy diferenciada esa doble configuración del motor utilizable. En la «Hard» -botón a la derecha, junto al puño de gas- hay 50 caballos y 4,4 mkg., las mejores cifras de una mecánica 300 2T en este 2014 ofrecidas en nuestro banco de potencia. No escondemos nuestra admiración ante estas cifras por conseguirlas a la primera pero, sobre todo, porque no es un motor en el que semejante «cuadra» pura sangre se desboque.

Potencia hay mucha pero bajo control siempre, sobre todo porque el propulsor reacciona dócilmente hasta el medio régimen y con bravura tras abrir la válvula. Incluso la docilidad que tiene hasta la mitad del cuentavueltas es un poco contraproducente pues el golpe de gas resolutivo para salvar un escalón o para «botar» en el típico mojón de piedra que nos encontramos en una pista no lo tiene. Incluso hasta tirando de embrague a medio régimen falta una pizca de chispa explosiva debiendo ir algo atentos a ello pues, a pesar de ser una 300 -293 c.c., reales-, a veces nos deja «colgados», sobre todo si llevamos una marcha más alta de la que toca.

¿Puede ser la carburación? Quizás, porque estaba un poco grasa abajo, pues lo que no hay duda, como hemos visto en nuestro banco de potencia, es que a media curva de par aparece una ligera caída de rendimiento que en marcha se siente. Nada preocupante si no fuese que eso es justamente lo que buscamos en una 300, una resolutiva respuesta a ritmo trialero a medio régimen. Aun así, la SE trialea con efectividad ayudada por un cambio bien escalonado y con un acertado desarrollo –lleva corona de 50 dientes-. El primer «chispazo» que tienen otros motores rivales a éste le falta y cuando llegamos a las piedras no acaba de subirte.

Lo que nos encanta de este motor es la progresividad que sentimos en el momento de la apertura de la válvula de escape. Esto permite conducir más al estilo 4T girando el puño, si lo queremos, con rotundidad, sin sentir la menos dócil entrega de potencia del sistema mecánico. Ha sido justo tras abrirse la «guillotina» cuando el propulsor más nos ha enamorado, tanto por respuesta como por sonido.

Qué bonito ronquido, metálico y agudo! emite la SE, dándolo todo; uno de los más impactantes que hemos oído en una mecánica 2T. Un alarido que muestra su poder real, nada especulativo, acelerando con una contundencia única. Hay que agarrarse fuerte al manillar para galopar con los 50 caballos del motor. En pistas y en zonas rápidas no hay muchos motores 2T que le hagan sombra, por no decir ninguno.

Pero tranquilos, porque si 50 CV os asustan la Sherco puede ser «modosita» y dócil optando por la curva «Soft». En esta posición la válvula apenas abre, algo que permite el tener sistema electrónico que se puede programar cómo queremos que sea su movimiento. Seis caballos menos y 0,8 mkg. de par inferior son datos de diferencia tan acusados que en marcha se aprecian claramente.

 

Mucha docilidad, suavidad general, pero sin perder buena capacidad de reacción en bajos y medios. Ideal para terrenos embarrados, de raíces o incluso para cuando estamos cansados, para cuando debemos poner modo «safe petrol» porque nos queda poca gasolina… Dos motores diferentes en uno mismo, y como nos pasó con la 250, hay momentos en los que es un vicio estar cambiando constantemente de curva.

Nos agrada el trabajo del cambio –el selector responde preciso, aunque a veces es demasiado suave, y metemos marcha sin querer- mientras que el embrague no hay quien se lo agote. Tiene tacto duro porque es una maza grande, proveniente de la mecánica 450 4T, sobredimensionada por tanto para una 2T –de embrague va más que sobrada la SE-.

Martillo pilón

El motor sorprende y gusta como lo hace en igual medida el bastidor. Muy pocos chasis aportan la estabilidad y la confianza que tiene la SE con la que se puede conseguir un altísimo paso de curva, casi sin despeinarse. Y no sólo eso, sino que además nos transmite confianza porque el apoyo de la rueda delantera es siempre bueno y de fiar. Con la SE podemos trazar buscando el apoyo en el canto del neumático delantero que la rueda sigue nuestra intención. Llegamos a tumbar tanto y tan fácilmente que nos llevamos sustos por exceso de inclinación -«no he visto nada igual en mi vida y eso con el suelo seco como está ahora», nos decía Burgueño-. Lástima que esta 300 no sea una moto ligera porque eso le resta puntos para tener una parte ciclo diez.

La báscula vuelve a pasarle factura a una SE con varios kilos de más para tratarse una moto moderna que, encima, no tiene arranque a pedal. Sus 110 kilos, vacía, salen a relucir en los momentos donde la masa adquiere protagonismo como en zonas extremas, trialeras, escalones, saltos… No hay reacciones negativas en ella pero sí ciertas inercias que no existen en otras rivales suyas. Cierto que, por ejemplo, la SE incluye vaso de expansión, importante para la fiabilidad mecánica pero que aporta sus gramos en la báscula.

Aun con ello, este chasis gustará a todos y os dejará ir muy rápidos porque no os pondrá en apuros ni os pedirá cosas imposibles ni os contestará con malos modales. Además, disfruta de un radio de giro excelente y cuenta con buenos puntos de agarre para mover la moto. Trialeando, al ser bajita (330 mm.) hemos topado con la cuna del chasis en algún escalón de bajada el típico paso en el que se comprime la amortiguación al realizar el descenso.

Lástima que la suspensión no la acompañe del todo en su actitud bondadosa. El material de la SE exige dedicarle tiempo de puesta a punto, enredar y no permite, como en otras motos, ir bien desde el principio. Hemos trabajado bastante con sus reglajes pero no hemos terminado la prueba satisfechos del todo acusando falta de progresividad y de capacidad de absorción en las zonas más pedregosas o con más zanjas (la horquilla la dejamos casi sin compresión). Tampoco el amortiguador nos ha vuelto locos con idéntico síntomas de falta de respuesta progresiva, reaccionando lento en extensión.

De los frenos esperábamos también mejores reacciones pero delante no encontramos el poderoso mordiente que debía ofrecernos este material, quizás por un rodaje previo de las pastillas imperfecto. El tacto en la maneta delantera es bueno y al final de la jornada de pruebas algo mejora la respuesta. El freno trasero, quizás brusco para algunos, permite apurar al máximo y bloquear lo necesario para esos momentos en los que se hace necesario, como giros rápidos en ángulos cerrados a los que se llegan tras una zona recta de velocidad.

La SE 300 tiene buena autonomía, con su depósito de 9,5 litros, así como una accesibilidad mecánica destacada.

La sensación final con la SE 300 2T es la de que hay un conjunto de motor y bastidor excelente pero que se debe pulir para conseguir la plena efectividad, sobre todo en cuanto al peso global y el «setting» de la suspensión. Sin olvidar algunos apartados de calidad a mejorar como son los adhesivos –se despegan y desgastan, en las zonas de roce con el piloto, con cierta facilidad-.

Santi Ayala

Fotos: Juan Sanz

Colabora: Ángel Burgueño y Motos HPB

 

Lo más

Propulsor poderoso

Válvula de escape electrónica

Entrada en curva

 

Lo menos

110 kilos, vacía

Tacto suspensión seco

Acceso llave gasolina

 

Conclusión

Con una puesta en escena deslumbrante la SE 300 también llama la atención por su motor, con carácter pero controlable. El peso y el tacto de la amortiguación la condicionan en cuanto a su efectividad global perfecta.

 

Sherco SE 300 Racing 8.099 €