Suzuki RMX 450 Z

Suzuki RMX 450 Z: 100 por cien enduro. Suzuki ha tardado muchos años en lanzar una moto 100 por cien enduro, con la que plantar cara en el difícil segmento de las 450. Tras probarla en exclusiva en Bélgica con la ayuda de Clement Desalle, tercer clasificado en el Mundial de MX1, podemos afirmar que la espera ha merecido la pena. Aqúí tenemos las primeras conclusiones de la Suzuki RMX 450 Z.

Thierry Sarasyn

Suzuki RMX 450 Z
Suzuki RMX 450 Z

Suzuki nunca ha sido uno de los principales protagonistas en el mercado de las motos de enduro. Y no porque sus ingenieros no tengan los conocimientos para diseñar una moto competitiva, si no porque en Hamamatsu han tenido otro tipo de prioridades. Durante muchos años, su punta de lanza en este segmento ha sido la DRZ 400, una montura realmente versátil, pero en ningún momento enfocada a la conquista de títulos. La nueva Suzuki  RMZ 450 X sí que permitirá a Suzuki la obtención de campeonatos.

Y es que “los amarillos” de Suzuki han sacado a la luz una moto para plantar cara a la competencia, que no es poca en el segmento del “cuatro y medio” de enduro, y lo hacen con suficientes argumentos. Empezando por la inyección, aunque éste no sea el único as que tienen guardado en la manga. El principal motivo por el que afirmamos que se trata de una moto ganadora es que no se trata de una adaptación de su montura de motocross a la que se le ha puesto luces: estamos ante una auténtica moto de enduro.

Sólo la base

Evidentemente, teniendo en la Suzuki  RMZ de motocrossuna excelente máquina, no tenía sentido partir de cero para diseñar el modelo de enduro. Por ello, los técnicos japoneses decidían con buen criterio partir del propulsor de la Suzuki RMZ, que gracias a la inyección permite jugar para dulcificar la respuesta. Pero el trabajo dentro del mismo no queda ahí, además de la diferente configuración en la inyección, la “X” cuenta con una relación de cambio distinta de la de cross –las crosseras adaptadas cuentan con este hándicap-, lo que implica que las marchas cortas valen para trialear, y las largas para marchar desahogados en las pistas y caminos más rápidos.

Precisamente, es en las trialeras donde disfrutamos con otro importante cambio respecto de la versión de circuito: el arranque eléctrico. Se terminó eso de dar patadas a la palanca de arranque –que también la monta– cuando flaquean las fuerzas. Una pequeña batería se encarga de alimentar el motor de arranque.

Por supuesto, el silencioso “original” ha sido igualmente sustituido por uno apto para circular fuera de los circuitos, el cual, junto con una caja del filtro del aire más cerrada –diseñada para evitar que entre el agua- hace que el motor respire menos y que la entrega de potencia sea mucho más dulce.

Menos cambios

En la parte ciclo también se pueden observar algunas variaciones. Para empezar, la llanta trasera de 19 pulgadas que montan las de cross, se sustituye por una de 18 propia de las de enduro, pero la lista de modificaciones no termina aquí. En lo que se refiere a las suspensiones, se sigue confiando en material Showa de la de cross, pero el tarado no tiene nada que ver, siendo ahora mucho más suave en su funcionamiento. También se ha rediseñado el sistema de bieletas, con menos recorrido muerto en la suspensión trasera, lo que implica una mejor tracción.

Llama la atención la instrumentación de la Suzuki RMZ 450 Z, con dos posiciones. Una, la Standard, que muestra la hora, cuentakilómetros, parcial y nivel de la batería. La otra, la Sport, cuenta con cronómetro, velocidad media y calculadora para adaptar al diámetro de la rueda, por si se ponen de diferente diámetro.

Lo que no cambia son los plásticos (excepto la placa portafaro y la luz trasera) y el depósito de gasolina de aluminio. Por cierto, éste puede albergar 6,2 litros de gasolina, algo que nos parece un poco escaso para la práctica del enduro, por mucho que la inyección reduzca el consumo notablemente.

Tampoco se han tocado los frenos, pues su perfecto funcionamiento aconsejaba no realizar cambio alguno.

Sin clemencia

Tras analizar con profundidad esta nueva endurera, nos moríamos de ganas por subirnos a ella. Para la ocasión contamos con un “crack” como Clement Desalle, quien clemente, lo que se dice clemente, no es, al menos una vez subido en la moto.

El arranque, tanto con el botón, como con la palanca; ya sea en frío, ya sea en caliente, se realiza a la perfección, mientras que el ruido que emite el propulsor es comedido, en consonancia con lo que se exige en una moto de enduro. Desalle pronto comienza a ir a tope, algo que hace fácilmente porque por sus medidas y ligereza se aproxima más a una 250 que a una 450. El cambio es una gozada, suave y preciso, y el accionamiento del embrague resulta gozoso.

La entrega de la potencia es muy lineal y suave, sin brusquedades. Tiene potencia más que de sobra para la práctica de enduro, aunque no lo parece gracias a la inyección, y además la tiene en toda la curva. Eso sí, no estamos ante una moto para principiantes, pues corre mucho.

Las suspensiones, los frenos y las suspensiones están en consonancia con el motor, y en ningún momento somos capaces de encontrar su límite… Bueno, Clement Desalle sí que parece acercarse en algunos momentos, y parece haber disfrutado con ello.
Si ahora eres tú quien quiere disfrutar de ella, tendrás que pagar 8.099 euros, un precio más que ajustado y por debajo del fijado por la competencia.