Aleix Espargaró saldrá desde la tercera fila (9º) en el GP de Japón. Su compañero de equipo, Andrea Iannone, lo hará desde la octava (22º). No es una situación nueva, ya que el piloto de Granollers siempre ha salido por delante de su compañero de equipo, salvo en Austria. Unas diferencias que los domingos se reducen, pero aun así, el español aventaja en 13 puntos al italiano en la clasificación general.
Andrea Iannone fue reclutado por Aprilia como un fichaje estrella y para ser el piloto número 1 del proyecto, y parece que no ha encajado muy bien la superioridad de su compañero. Durante todo el año se ha venido quejando de falta de aceleración, y en Tailandia apuntó a que su moto y la de su compañero no eran la misma: “No pido una aceleración como una Ducati, pero sí como la de mi compañero de equipo".
Un comentario que no entendió muy bien el propio Aleix. “No soy nadie para juzgar, pero no entiendo muy bien las declaraciones que hizo mi compañero de equipo porque las motos son 100 % idénticas. Es más, llegaron dos basculantes nuevos a Austria, a mí me gustó y a él no, y no me dejaron tenerlos en las dos motos porque había uno para cada uno aunque él no lo usara para la carrera. Siempre el trato es idéntico, la moto es idéntica, los motores son idénticos, pero hay otras diferencias de pilotaje, de peso también hay mucha diferencia y otras cosas que no son de la moto…"
Aunque no se esperan milagros en Motegi, Aleix buscará acabar la carrera en el top 10. “Es una pista para frenadores y mi punto fuerte siempre ha sido la frenada". Su progresión en las últimas carreras está siendo muy positiva. Especialmente desde Austria, cuando en palabras del español, “tocamos fondo".
“Brno y Austria fueron las peores carrera de mi vida con Aprilia. A partir de ahí cambiamos bastante la geometría de la moto, a nivel de basculante. Hicimos una moto más corta. Tenía problemas con el chattering y añadiendo unos pesos funcionó. En Aragón ya fuimos muy competitivos y se vio dónde estaba yo y donde las otras dos Aprilia, en Tailandia también y aquí otra vez en la Q2 y todas las sesiones entre los 10 primeros. El nivel dónde estoy poniendo a la Aprilia es para estar contentos". Con estos cambios Aleix espera acabar el año con buenas sensaciones ya que no está prevista ninguna evolución hasta 2020. Ese año está marcado en rojo en Noale, donde esperan dar un gran salto adelante en lo que se ha venido a llamar una revolución.
“Cuando decimos revolución para 2020, no quiere decir que vayamos a tirar todo lo que tenemos a la basura. Se trata de buscar soluciones nuevas manteniendo las cosas que funcionan, como la estabilidad en la frenada. Veremos si la moto nueva que debería estar en el test de Malasia, nos da una mejora en tracción y conseguimos lo más importante que nos falta, que es potencia".
"En las últimas carreras hemos sido más competitivos. Les dije a mi equipo que no quería tocar la moto de geometrías e intentar seguir así hasta final de temporada. No tenemos nada nuevo para probar. Sólo nos quedaba marear un poco la moto con Antonio Jiménez, y después de con mucho chatter. No es ningún milagro, es trabajo y cuando el piloto tiene más confianza el piloto puede llevar la moto a otro nivel. Se vio en Aragón con tres Aprilia en pista, en Tailandia, aquí… el nivel dónde estoy poniendo a la Aprilia es para estar contentos".