La cuarentena interminable de Valentino Rossi

El 46 llevaba cuarenta millones de segundos esperando un momento que llegó a creer que no volvería.

Valentino Rossi durante el Gran Premio de Andalucía (Fotos: Gold & Goose).
Valentino Rossi durante el Gran Premio de Andalucía (Fotos: Gold & Goose).

En MotoGP, cada semana es un mundo. En el Gran Premio de España, uno de los pilotos peor parados fue, sin duda, Valentino Rossi. Los problemas mecánicos que le obligaron a abandonar en el primer paso por Jerez quedaron en un segundo plano (al menos hasta que se supo la auténtica dimensión de los problemas de motor en Yamaha) por su rendimiento: en ningún momento del fin de semana asomó la cabeza y en carrera se vio engullido por el pelotón.

Siete días y unos minutos después, en el Gran Premio de Andalucía celebrado en el mismo escenario, estaba festejando su podio número 199 en la categoría reina después de brindar una auténtica exhibición de motociclismo defensivo ante su compañero Maverick Viñales, que se vio totalmente impotente para adelantar a su compañero pese a tener un ritmo superior.

Al final cometió un error y sucumbió ante el de Rosas, pero fue suficiente para contener a un crecido Takaaki Nakagami y cerrar la tercera posición del podio, rubricando además el triplete en Yamaha y poniendo todavía mucho más difícil de alcanzar el récord de piloto más viejo en el podio de MotoGP: 41 años y 161 días.

El paddock entero estalló en júbilo. Rossi, desatado, se fue a celebrarlo con la grada… que estaba vacía, claro, dejando una de las imágenes más divertidas del fin de semana. Ver a un piloto con nueve títulos mundiales y 115 victorias celebrar un tercer puesto como si fuese un chaval de 16 años que prueba por primera vez las mieles del cajón mundialista es algo que puede resultar extraño, pero que tiene una sencilla explicación: por mucho que Rossi tenga una fe inquebrantable en sí mismo, es consciente de que a su edad cualquier podio puede ser el último.

No en vano habían pasado 18 grandes premios desde la última vez que lo consiguió, en el Gran Premio de las Américas del pasado 2019. Una sequía que, más que por la duración, preocupaba por el contexto: había rascado algunas cuartas posiciones (en Malasia se quedó a tres décimas del cajón), pero se había instalado en una preocupante nueva normalidad en la que la octava posición se había vuelto más probable que el podio.

La cuarentena de Valentino Rossi

La cuarentena de Valentino Rossi

Eso, para alguien que vive del sabor del podio como Valentino Rossi, fue la más terrible de las cuarentenas. Una de las palabras más repetidas en este 2020 pero cuyas raíces se hunden hace 2.000 años, cuando Jesús de Nazaret realizó un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches en el desierto.

Para un dios del motociclismo como Valentino Rossi, ha sido el mayor ayuno de podios de toda su carrera deportiva, superando los 370 días que pasó sin catar el champán en el desierto de Ducati entre Francia 2011 y Francia 2012. Y sobre todo, porque mientras aquel ayuno se debía a la inferioridad mecánica de su montura, en esta ocasión ha tenido que ver cómo Maverick Viñales y Fabio Quartararo se bañaban en espumoso con asiduidad.

La cuarentena de Valentino Rossi fue de 1,28 años, 15,41 meses, 67 semanas, 469 días (inevitable aquí recordar cuando transformó su 46 en un 469 en honor a Nicky Hayden), 11.249 horas, 674.940 minutos y 40.496.382 segundos, décima arriba o abajo.

Por algún lado tenía que aparecer el cuarenta: para un piloto que dedica cada segundo a pensar en si alguna vez volvería al podio de MotoGP, un ayuno de cuarenta millones de segundos tuvo que hacerse interminable... sobre todo sin saber si algún día terminaría. Por suerte para él, terminó.

Valentino Rossi durante la carrera en Jerez (Fotos: Gold & Goose).

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