Sólo le mirábamos de reojo, sabiendo que tenía la oportunidad de hacerlo bien. Pero la oportunidad de acabar la carrera, de quizás meterse en los puntos y volver al FIM CEV con una gran experiencia. Nadie esperaba que apareciera donde lo hizo y con semejantes agallas. Jaume Masià llegaba como sustituto de Darryn Binder, baja por lesión, desde el Junior de Moto3 donde ostenta la cuarta plaza de la clasificación.
Dentro de aquel primer comunicado, envuelto en buenas formas y con un discurso políticamente correcto, el valenciano afirmaba que “el objetivo era no querer hacer las cosas el primer día, ir mejorando poco a poco y aprender de los mejores ya que esa es la principal finalidad para después poder aplicar todo lo aprendido en el FIM CEV Repsol”, algo que cumplió al dedillo. Fue mejorando poco a poco, pasando de la 24ª posición a 1,6 segundos del líder en los primeros entrenamientos libres a la 14ª a 596 milésimas en los cronometrados del sábado para acabar poniendo la guinda con un noveno puesto en carrera.
Fue el domingo cuando Masià sacó todo lo que lleva dentro para que, por momentos, pudiéramos soñar con el podio de un wildcard que ni conocía el trazado donde competía, algo que nunca ha ocurrido en la categoría. Al acabar aquel festival de adelantamientos, Jaume reconocía que se había dejado llevar por el momento:
“Me ha pasado un poco a veces… pero es normal, me veía con los pilotos que veía por la tele. Las primeras vueltas fueron muy difíciles porque no he salido muy bien y aquí la gente es muy agresiva, muy fuertes. He ido remontando poco a poco, me iba emocionando… hasta que he llegado. He llegado a ir segundo, aunque a veces me pasaba un poco en las frenadas. Pero esto no hubiera sido posible sin mi técnico Jose, con quien he trabajado”.
Sí, claro que se pasaba, cualquier chico de 16 años en su situación se hubiera pasado pero pocos lo hubieran hecho luchando por la segunda posición de una carrera de Moto3 con pilotos de la talla de Joan Mir, Romano Fenati, Arón Canet o Jorge Martín. A Martín, una vez superado, ¡llegó a hacerle señas para que se pusiera a su rebufo!. El madrileño, otro de los héroes del domingo, nos contaba que después de aquello Masià cambió de opinión para dejarle tirar:
“Me decía que pasase ya que como era nuevo en algunas curvas se colaba un poco y me ha dicho que lo pasase para marcar yo el ritmo. En algún momento me ha llegado a poner un poco nervioso pero hay que pensar que ha sido su primera carrera y en general ha hecho una carrera increíble”, nos contaba Jorge a la prensa.
Es de justicia decir que el Red Bull Ring es uno de los trazados más fáciles de aprender al ser corto y formado por frenadas fuertes pero eso no quita ni una pizca de la épica al papel de Masià, que ya anda pensando en coger esa moto sin lastre, “cuando pruebe una moto sin lastre será otra cosa ya que la moto irá mucho mejor y seremos capaces de ir con mejor ritmo. El lastre nos hace que la moto sea muy pesada comparada con el resto y eso se nota”. Pero de momento, Jaume volverá su campeonato donde todavía tiene mucho que demostrar, “Ahora espero aplicar esta experiencia al FIM CEV Repsol y hacerlo bien en las carreras que quedan y a ver si me llega alguna oferta interesante de cara a la próxima temporada”.
Por recordarnos a aquellos locos wildcards de los 90 capaces de dejarnos con la boca abierta, sospecho que no soy el único que hubiera deseado que, de alguna manera, el podio de Austria hubiera tenido un cuarto escalón reservado a esa muestra de ganas, de valor y talento exuberante.