Jorge Lorenzo está viviendo sus peores meses como piloto. Si el inicio de su aventura en el Repsol Honda Team estuvo lejos de ser positivo, desde su lesión en Assen ha ido a peor, tocando fondo en el pasado Gran Premio de Aragón, donde acabó vigésimo y penúltimo a 46 segundos del ganador, su compañero Marc Márquez, que acaricia su octavo título mundial consecutivo.
Ahora, mientras Márquez llega a Tailandia con opciones de ser campeón, Lorenzo lo tendrá que ver desde el otro lado del box sumido en su propia doble batalla: seguir su recuperación física y encontrar sensaciones con el tren delantero de su Honda RC213V para volver, al menos, al punto en el que estaba antes del accidente de Assen.
En una entrevista con MotoGP, el pentacampeón del mundo hace balance de todo lo sucedido desde que se subió a la Honda en los test de Valencia en noviembre de 2018, cuando ya se topó con dos motos completamente distintas: “Cuando probé por primera vez la moto vieja, la de 2018, me sentí muy bien; pero tan pronto como probé la 2019 me encontré con un motor muy potente pero me di cuenta de que algo no iba demasiado bien en las curvas", recuerda Lorenzo.
HONDA SIGUE EL CAMINO DE MÁRQUEZ
El piloto balear recalca la diferencia entre el rendimiento de Márquez y el del resto de pilotos Honda como el británico Cal Crutchlow, que también está teniendo muchos más problemas que con la versión de 2018:
“Más allá de Marc, que de alguna forma ha encontrado cómo encontrar beneficio en esa potencia que tenemos este año, el resto de pilotos como Cal o yo estamos sufriendo mucho más que con la moto vieja. Por eso tenemos algunos problemas para ser competitivos", subraya.
De ahí que sea Márquez quien marca la hoja de ruta de la marca del ala dorada, una consecuencia que Lorenzo asume a sabiendas de que no le beneficia en absoluto: “Marc está ganando con la moto y Marc quiere ciertas características en la moto. Honda necesita seguir al piloto que está ganando, es lo más lógico, así que los demás pilotos tienen que seguir un poco esa dirección para pilotar la moto. No es lo mejor para mí, pero Honda va a seguir al piloto que está ganando", incide.
LESIÓN, DUDAS Y ALBERTO PUIG
“Estoy decepcionado", concede Lorenzo. “Esperaba mucho más, el equipo esperaba mucho más y la temporada hasta ahora ha sido lo contrario. Cuando empecé a mostrar cierta competitividad en la moto, sucedió lo de Assen y todo empezó a ir mucho peor", recuerda.
Admite también que verse fuera de la parrilla le generó dudas, “lo que es normal cuando tienes cuatro grandes lesiones seguidas"; pero también deja bien claro que se disiparon por completo y que, cuando eso sucedió, no dudó en coger el teléfono para hacérselo saber a Alberto Puig, el director del Repsol Honda Team: “Mi compromiso con Honda empezó a volver a ser muy fuerte en mi mente. Por eso decidí llamar a Alberto, llamar a Honda y decirle que mi compromiso con ellos volvía a ser fuerte", relata.
Fue una época donde, desde fuera, se atisbaba cierta tensión entre Jorge Lorenzo y Alberto Puig, con algunas declaraciones cruzadas que hacían pensar que la relación estaba muy lejos de ser la adecuada para sacar adelante la situación. Sin embargo, el piloto español no solamente huye de los reproches a su jefe, sino que alaba su forma de gestionar un momento realmente complicado:
“Alberto sabe de motos, sobre pilotar, sobre pilotos. Me sorprendió porque en una situación muy difícil, quería que yo mejorase mis resultados; pero fue muy respetuoso y se puso en mi piel, lo que es muy importante para mí y lo aprecio mucho, porque sabe lo que es estar en un momento de presión", asegura Lorenzo, visiblemente agradecido por la comprensión mostrada por su compatriota en el que sin duda fue su peor momento como piloto.
RECUPERACIÓN, RETORNO Y PERSPECTIVA DE FUTURO
Después de ver por la televisión las carreras de Sachsenring, Brno y Red Bull Ring, Jorge Lorenzo por fin pudo volver a saltar a pista en el Gran Premio de Gran Bretaña; y aunque fue todo un alivio retornar, el periodo de baja no solamente truncó su progresión, sino que a la vuelta se encontró en un punto de reinicio mucho anterior al que había llegado en Assen:
“Por supuesto, hubiese sido cien veces mejor si no hubiese tenido esa caída en Assen, porque después de tres meses te olvidas de todo lo que has aprendido, y tienes que empezar de cero en todas las áreas: en condición física, pero también empezar a entender la forma de pilotar la moto otra vez", explica.
“He tenido muchas lesiones, pero esta vez necesité dos meses para volver a correr, y cuando volví a pilotar en Silverstone fue una situación realmente dura", insiste Lorenzo, que tras aquella carrera ha corrido en San Marino y en Aragón: “Mejoré un poco tres semanas después en Misano, pero ahora mismo estoy muy muy lejos de los chicos de cabeza", reconoce el mallorquín, que también pondera que nunca ha “estado completamente al cien por cien sobre la Honda".
No obstante, Lorenzo deja bien claro que la lesión ha sido un añadido al problema principal subyacente, que no es otro que la adaptación a la versión 2019 de la RC213V: “Antes de la caída de Assen estaba, probablemente al 90 o 95 por ciento, e incluso ahí estaba sufriendo. Y con falta de confianza en el tren delantero y problemas físicos es realmente difícil estar en el nivel que tiene MotoGP", confiesa el tricampeón de MotoGP, que si bien no tiene pensado rendirse, es consciente de su situación actual y de lo que se puede exigir a corto plazo:
“Soy una persona competitiva, me gusta competir, seguir probándome a mí mismo. No espero luchar por victorias, ni siquiera espero luchar por podios. Pero si puedo mejorar la undécima posición que logré en Le Mans, y especialmente mejorar la distancia respecto al ganador que he tenido hasta ahora, estaré satisfecho", apunta, terminando con una dura reflexión: “Necesitamos ser realistas, y los momentos y los años de victorias y ganar títulos, de momento no son posibles", sentencia.
