Jorge Lorenzo conquistó tres títulos mundiales de MotoGP con Yamaha, la marca que le acogió en su salto a la categoría reina en 2008 y con la que subió a lo alto del podio de la categoría reina en hasta 44 ocasiones. Su simbiosis con la Yamaha YZR-M1 era evidente, siendo el único piloto capaz de arrebatar un título mundial a Honda y Marc Márquez desde su llegada a MotoGP en 2013.
De hecho, desde dicha temporada, se han mostrado como los dos pilotos de referencia de la coyuntura actual de MotoGP. Sin embargo, Lorenzo optó por irse a Ducati en busca de nuevos retos, emprendiendo un camino difícil cuyo primer gran éxito no llegó hasta el pasado Gran Premio de Italia, donde se hizo con la victoria.
En cuestión de horas, se confirmaba su fichaje por Honda para las temporadas 2019 y 2020, donde compartirá box con el propio Marc Márquez, formando el que para muchos es el mejor equipo de la historia de MotoGP, ya que reúne a los dos pilotos que han ganado los seis últimos títulos mundiales y que se han repartido la gran mayoría de victorias, poles y vueltas rápidas del último lustro en MotoGP.
Mirando al futuro, subirse a la Honda RC213V permitirá a Jorge Lorenzo intentar unirse a los únicos cuatro pilotos de la historia que han ganado con tres marcas diferentes; así como medir sus fuerzas a igualdad de moto con el dominador actual de MotoGP. Por el contrario, mirando al pasado, ganar con Honda le permitirá saldar una cuenta que tiene pendiente desde sus inicios en el cuarto de litro.
GANAR CON HONDA
Lorenzo desembarcó en 250cc después de tres temporadas en el octavo de litro, donde debutó con los 15 años recién cumplidos y donde tuvo que bregar con aquella inolvidable Derbi con los colores de Caja Madrid. Una máquina a la que consiguió llevar a la victoria hasta en cuatro ocasiones: una en 2003 y tres más en 2004, acabando el año en quinta posición.
En la categoría intermedia llegarían sus dos primeros títulos, logrados de forma consecutiva en 2006 y 2007 con la Aprilia del equipo Fortuna. Dos años majestuosos en los que tuvo que batallar con su ahora compañero, el italiano Andrea Dovizioso, y con el sanmarinense Alex De Angelis. Entre esos dos años sumó la friolera de 17 victorias en 33 grandes premios, un ratio de más del 50%.
Pero entre aquella Derbi RSA 125 y la Aprilia RSW 250 hubo un año y una máquina. 2005 y la Honda RS 250 RW. Era su temporada de rookie en el cuarto de litro y su adaptación a la cilindrada fue realmente rápida, logrando su primer podio en la quinta carrera. Fue en Mugello, donde partió desde la pole y sólo un Dani Pedrosa que dominaba la categoría a su antojo evitó el triunfo.
En aquel momento, costaba pensar que el triunfo no llegaría en todo el año, pero lo cierto es que así fue. Otros tres segundos puestos más –dos de ellos tras Pedrosa y el otro tras Casey Stoner- y un par de terceras posiciones para un total de seis podios que le permitieron acabar el año en la cuarta posición final, pero sin pisar el escalón más alto del podio.
Hasta el pasado 2017, ese 2005 había sido el único año sin victorias desde que se estrenara en 2003. El otro día, en Mugello, tachó Ducati de una lista donde ya hace mucho que aparecían muescas al lado de Derbi, Aprilia y Yamaha. En 2019 toca, 13 años después, saldar la cuenta pendiente con Honda.