Duodécima victoria del año, triple corona ganada (casi) él solo, primer piloto en pasar de 400 puntos (420), undécima vuelta rápida del curso… Marc Márquez cerró en el Ricardo Tormo una temporada de absoluta dominación, donde ha ganado carreras de forma apabullante, algunas en la última vuelta –donde también han llegado casi todas sus ‘derrotas’- y otras como la de Valencia: adquiriendo una pequeña ventaja y gestionándola hasta la bandera a cuadros.
Una vez más, sucedió algo que empezó siendo anécdota la primera vez que pasó y que cada vez se está volviendo más habitual: fue el más veterano de los tres del podio. Sucedió por primera vez en Assen 2018 (Álex Rins y Maverick Viñales) y no volvería a pasar hasta este 2019, donde ya ha pasado en Jerez (de nuevo Rins y Viñales); en San Marino y Tailandia (ambas con Fabio Quartararo y el propio Viñales) y finalmente en Valencia, con Quartararo y Jack Miller.
No solo eso: Valencia 2019 quedará también como la última vez –al menos de momento- en la que Marc Márquez fue el piloto más joven de su box: lo fue en 125cc con Tito Rabat primero, con Cameron Beaubier después y por último con Sandro Cortese; y también lo ha sido siempre en MotoGP, sus primeros seis años con Dani Pedrosa y este último con Jorge Lorenzo.
En 2020, por primera vez en su carrera, tendrá un compañero de equipo más joven que él, que para colmo será su propio hermano Álex Márquez.
No solo eso: además de Álex Márquez, llegan a MotoGP otros dos pilotos más jóvenes como Brad Binder e Iker Lecuona que van a bajar mucho la media de edad de la categoría, sobre todo al irse Jorge Lorenzo, Johann Zarco y, en menor medida, Hafizh Syahrin. Si no hay cambios de cromos hasta Qatar 2020, por primera vez Márquez estará entre la mitad de los once pilotos más mayores de la parrilla y no en la mitad de los once más jóvenes.
Son estadísticas que no hacen sino corroborar la percepción de la coyuntura actual de MotoGP, donde el relevo generacional es un hecho. Se fue Dani Pedrosa, se ha ido Jorge Lorenzo y pilotos como Valentino Rossi están pasando a un segundo plano. Con la excepción de Andrea Dovizioso –y algunas apariciones por el podio de Cal Crutchlow o Danilo Petrucci-, cada vez resulta más cierto eso de que el futuro ya está aquí.
En Valencia pudo verse: no solo porque Quartararo (nacido en 1999) y Miller (1995) le acompañasen en el cajón; sino porque tras Dovizioso –cuarto- entraron otros tres pilotos más jóvenes que el octacampeón: quinto fue Rins (1995), sexto Viñales (1995) y séptimo Joan Mir (1997), a los que se podría añadir a Franco Morbidelli (1994), que estaba en esa lucha cuando se fue al suelo.
A sus 26 años, Márquez se ha convertido en leyenda del motociclismo a base de amargar la jubilación de los pilotos que le han ido precediendo, los de la escuela del cuarto de litro.
A partir de los 27, el foco irá virando poco a poco a cómo es capaz de frenar el avance de los que vienen por detrás. Su impresionante precocidad hizo que en sus primeros años, los pilotos de su misma generación y las posteriores siguiesen buscándose las habichuelas en Moto2, pero poco a poco han ido llegando: primero a cuentagotas y ya como un grifo abierto en el que cada temporada irrumpen tres o cuatro pilotos más jóvenes que él en la categoría reina.
Todo esto es algo que Márquez sabe perfectamente, y esta temporada 2019 lo ha demostrado en su comportamiento, dando un paso más. Atrás queda ya el niño que iba rapidísimo pero era propenso a los errores tontos y adolecía de una falta de regularidad que le volvía imprevisible, siendo tan capaz de ganar con una exhibición memorable como de irse con un cero por arriesgar demasiado en el momento inoportuno.
Para mantenerse en lo alto y aumentar su dominio, Marc Márquez se ha hecho mayor. Ha sido capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y, mientras ve como los jóvenes como Quartararo, Viñales, Rins o Miller empiezan a asomar la cabeza cada vez más, son ellos quienes adolecen de esa falta de constancia, él ha madurado.
Ha pasado de salir a las carreras a divertirse improvisando a tener un plan detallado de cómo piensa ganar la carrera, y varios planes alternativos más en función de las posibles variables que puedan surgir. Ante el empuje de los nuevos niños, no le quedaba más remedio que hacerse mayor, y eso ha hecho. Ya es el hermano mayor, en su box y para la mitad de MotoGP.