El parón de tres semanas en el Campeonato del Mundo de MotoGP no ha sido casual. Ha sido necesario. Tras la vorágine de sensaciones experimentada durante el periplo europeo vivido tras las vacaciones veraniegas, con la vuelta a la victoria de Ducati y Suzuki, el estreno de Cal Crutchlow, la resurrección de Dani Pedrosa…, se antojaba imprescindible un alto en el camino para recuperar el resuello y mentalizarse de lo que está por venir.
Y lo que está por venir son tres fines de semana de dormir poco y tener siempre a mano un buen tanque de café, rociado con la gasolina de los hombres más rápidos del mundo sobre dos ruedas. El azúcar, a gusto del consumidor. También habrá quienes tiren de Red Bull, Monster, Rockstar o cualquiera de las bebidas energéticas que pueblan tanto las neveras de los supermercados como los cascos de los pilotos de MotoGP.
En resumen, que toca madrugón. O empalme, de nuevo al gusto del usuario. El caso es que la cita japonesa resulta ineludible. Todas lo son, pero cuando hay opciones de título, por ínfimas que sean, lo de dormir pasa a un segundo plano. Ya habrá tiempo de recuperar las horas de sueño después de Cheste.
Las tres variables de la ecuación Márquez
En la cuna de las grandes marcas, pueden pasar tres cosas en función de lo que hagan, en primer lugar, Marc Márquez; y en segundo, sus perseguidores, Valentino Rossi y Jorge Lorenzo:
Opción 1: La matemática, a la vez la más remota de todas: que Márquez se proclame campeón. Necesita prácticamente un milagro: ganar, que Rossi no acabe entre los 14 primeros y que Lorenzo no suba al podio.
Opción 2: Que Márquez mantenga la diferencia en los niveles actuales (52 puntos) y salga de Japón dependiendo de sí mismo para proclamarse campeón en Phillip Island. Para esto le bastará con ser segundo. En resumen, para ser campeón, a Marc le basta con ganar una carrera y ser segundo en otra. Visto así, parece fácil. Parece.
Opción 3: Que Márquez falle de forma estrepitosa y la dupla de Yamaha consiga recortarle puntos de forma sustancial. Evidentemente, de suceder algo así Marc podría ser campeón también en Australia (pase lo que pase ya siempre tendrá opción de título), pero si ve su ventaja reducida a 27 puntos con tres carreras por delante pueden volver viejos fantasmas.
Son las tres variables que pueden darse en la ecuación formada por las alas doradas que quieren reemprender el vuelo número MM93, frente al sonido emitido por los dos diapasones azules superpuestos.
Más allá, será bonito ver cómo evoluciona la lucha por la cuarta posición entre Dani Pedrosa y Maverick Viñales, así como ver si Cal Crutchlow defiende su liderato entre los independientes, cómo se desenvuelve Andrea Dovizoso con toda la presión del box de Ducati para él solo ante la baja de Andrea Iannone, o si Aprilia sigue con su evolución para consolidarse en el top ten.
Moto2: Una guerra y mil batallas
Hablar de Moto2 es hacerlo de la categoría más disputada de este 2016. Apenas un punto es la ventaja con la que Johann Zarco afronta la gira asiática sobre un Álex Rins que llega en clara trayectoria ascendente. El vigente campeón nunca ha llegado a un final así de apretado, mientras que Rins se quedó a una curva de ser campeón del mundo en 2013.
Sabemos los contendientes de la guerra. No obstante, en las últimas cuatro carreras ninguno de los dos ha logrado hacerse con la victoria. Jonas Folger, Thomas Luthi, Lorenzo Baldassarri y Sam Lowes son las pruebas más recientes de que las batallas parciales van más allá de la conquista de los Pirineos. Todo ello sin olvidar que la gran baza de los locales, entre todas las categorías, es Takaaki Nakagami.
Moto3: El recreo, sin profesores
Hasta ahora, la hora del recreo para los imberbes pilotos de Moto3 ha estado supervisada por el profe Brad Binder. El sudafricano, que en Aragón corrió con la espalda cargada por la historia de todo un continente, ya está licenciado y con las prácticas terminadas, y saldrá al patio de Motegi sin más presión que la de disfrutar junto al alumnado.
Además, podrá darse el gustazo de mirar de reojo la lucha por el subcampeonato entre Jorge Navarro y Enea Bastianini, a los que podrían unirse Joan Mir, Nicolò Bulega y Fabio Di Giannantonio, el trío de jóvenes que lucha por ser el mejor debutante de una promoción inolvidable en la que también brillan otros pilotos como Bo Bendsneyder, Arón Canet y Khairul Idham Pawi.