Ha sido 2024 uno de esos escasos años en los que, durante muchos grandes premios, una de las categorías ligeras rivalizaba en atención con MotoGP; algo que sucede cuando surge algún joven piloto que aúna esa mezcla de talento en pista y carisma fuera hasta conseguir que la gente empiece una carrera de Moto3 con un favorito unánime. David Alonso, claro.
Ya el pasado 2023 se presentó en sociedad para todas las personas que no hubiesen seguido su camino hasta los grandes premios, erigiéndose en candidato número uno a campeón del mundo. Si ya como rookie terminó tercero y nadie ganó tantas carreras como él, para este 2024 solamente le podía valer el título mundial. Cualquier otra cosa hubiese parecido un fracaso.
Empezó el año ganando en Qatar y claro, las expectativas se dispararon todavía más. Tras ser cuarto en Portimao volvió a lo alto en Texas, con Dani Holgado postulándose como gran rival tras empezar el año con 65 puntos de 75 posibles. Las dudas se hicieron patentes en Jerez, cuando se cayó en una carrera que parecía tener controlada. Se levantó y fue undécimo.
Unas dudas que volaron de un plumazo, o de tres: las victorias seguidas en Francia, Catalunya e Italia. No es habitual enlazar tres triunfos en Moto3, por eso a nadie le extrañó cuando, en las seis carreras siguientes, ‘solo’ logró dos más. Superado el ecuador de la temporada, todo iba viento en popa: siete victorias de trece posibles y una renta de 70 puntos.
Ya nadie se preguntaba quién sería campeón de Moto3 2024, sino cuándo y cómo certificaría el título David Alonso. Cuando logró la octava victoria del año en Misano, justo antes del comienzo de la larguísima gira asiática, hasta Jorge Martínez ‘Aspar’ tenía clarísimo que le tocaría viajar a la otra punta del mundo para estar en la fiesta de su pupilo.
Allí empezó a coleccionar victorias de tal manera que las preguntas sobre el cuándo y el cómo se desplazaron de la lucha por el título a cada carrera en sí misma. Ya nadie se preguntaba quién acabaría en lo más alto del podio, sino cuándo llegaría el tirón definitivo de David Alonso y cómo la celebraría después junto a su equipo.
Porque al joven colombiano le está ocurriendo lo que a tantos jóvenes prodigios: que le está empezando a coger el gustillo a lo de dar espectáculo antes, durante y después de cada victoria. Pero es que, además, lo hace rindiendo homenaje a los grandes, como cuando homenajeó a Valentino Rossi al igualar su récord de victorias en la categoría ligera.
Su voracidad es tal que, tras ser campeón, siguió ganando. Se llevó las siete últimas de forma consecutiva para un total de catorce, batiendo sendos récords históricos. Nadie sabe qué le deparará el futuro, pero todo el mundo tiene claro que está llamado a hacer historia. La duda no es si subirá a MotoGP, sino cuándo lo hará y cómo tienen pensado pararle los mejores pilotos del mundo.
