Hace ya muchas décadas que la electricidad es indispensable en la sociedad moderna, hasta el punto de haberse normalizado la presencia de torres eléctricas en cualquier punto del paisaje. Inmensas estructuras de acero, de diversas formas y tamaños, cuya principal función es la de ejercer de soporte para las líneas de transmisión de energía eléctrica.
En los grandes premios de motociclismo la electricidad ha pasado de ser un elemento más al igual que en la sociedad a alcanzar el grado de protagonista con la creación de la Copa del Mundo FIM de MotoE en 2019, cuya segunda edición ha sido ganada por el español Jordi Torres.
En su primer año en la categoría, el piloto de Rubí ha ido tejiendo un entramado de torres por los circuitos mundialistas para llevar la corriente eléctrica hasta lo más alto de un sistema que, por su contexto de motos muy pesadas y carreras muy cortas, se puede denominar perfectamente ‘de alta tensión’.
A la hora del diseño de las torres hay que tener en cuenta unos parámetros que Torres y su equipo han gestionado a la perfección: el conductor a sujetar, que en este caso es él; la tensión tanto mecánica como eléctrica de los conductores, una variable impredecible que incluía a los otros 17 pilotos y que el veterano piloto ha resuelto de forma magistral; el tipo de composición del suelo, que ha variado según el circuito y el día de carrera; la afectación del viento, también variable según escenarios y momentos; y las implicaciones medioambientales tales como la temperatura del asfalto.
TIPOS DE TORRES
Existen seis tipos de torres eléctricas, y Jordi las ha usado todas:
- Torres de suspensión: empleadas en alineaciones rectas, son las que soportan al conductor. En este caso, la labor del Pons Racing 40 ha sido formidable, ya que la Energica del catalán no ha dado un solo problema en carrera.
- Torres de amarre: Utilizadas para proporcionar puntos de amarre… o en este caso para amarrar puntos, algo que hizo a la perfección en su debut en Jerez, donde terminó sexto, o en la primera de las tres carreras de Misano, donde finalizó cuarto.
- Torres de anclaje: Empleadas para proporcionar puntos firmes que impidan su destrucción si se rompe cualquier protección o apoyo, fue la que Jordi usó al inicio de la última carrera para anclar su moto al asfalto cuando Eric Granado le tocó, evitando la caída.
- Torres de ángulo: Son las que sustentan los conductores en los vértices o ángulos del trazado. En el caso de las MotoE son necesarias para hacer un buen paso por curva y no cortar de golpe el flujo de corriente, algo que el pupilo de Sito Pons entendió desde el principio.
- Torres de fin de línea: Son las que soportan las tensiones producidas por la línea, siendo también el punto de anclaje con una mayor resistencia. Sin duda fueron las de la última carrera en Le Mans, donde tuvo que resistir la tensión de saberse cerca del título para anclarse a la moto y el asfalto y proclamarse campeón.
- Torres especiales: Son aquellas diferentes a las anteriores y se usan cuando hay algún cruce o bifurcación. El piloto español las tuvo que usar en el GP de Andalucía para bifurcar su camino del de Matteo Ferrari cuando tiró a Eric Granado; o en Emilia-Romaña, cuando Tommaso Marcon se llevó puesto a Dominique Aegerter.
Y así es como -haciendo honor a la aplicación más eléctrica de su apellido- mediante un entramado perfecto de torres a lo largo de Jerez, Misano y Le Mans, Jordi Torres ha superado la alta tensión que supone una categoría como MotoE para auparse a lo más alto de la misma.