Después de muchos años con el rojo y el blanco como tonalidades características, el Pramac Racing empezará la temporada 2023 del Campeonato del Mundo de MotoGP con el morado como color identificativo. Un aspecto que adquirió a mediados del pasado 2022 con la entrada de Prima como patrocinador.
Más allá de que no se hicieron esperar las comparaciones con el característico aspecto del popular chocolate Milka; lo cierto es que ha dotado de una personalidad mayor al segundo equipo Ducati, haciendo que cada pareja de Desmosedici tenga su propia entidad: las rojas oficiales, las azulitas Gresini, las amarillas VR46 y, ahora, las moradas Pramac.
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Precisamente, ponerse morados de victorias es lo que buscan el francés Johann Zarco y el español Jorge Martín, que por tercer curso consecutivo repiten como compañeros en la estructura italiana; que ha pasado de tener que conformarse con luchar por los títulos de independientes y rascar algún podio a luchar por las victorias o incluso soñar con el título.

A priori, ambos pilotos parten con las mismas opciones y los mismos objetivos en lo que a resultados se refiere. La diferencia reside en sus planes a medio plazo y radica en la diferencia de edad, ya que se llevan siete años y medio. Para Zarco, de 32 años, contar con una Desmosedici GP23 como las oficiales puede ser el último tren al título.
LOS BILLETES DORADOS
Para Jorge Martín, de tan solo 25 años, la GP23 de color morado Milka es más un medio que un fin. El objetivo está más allá de los resultados inmediatos: es conseguir el billete dorado para la fábrica de ese Willy Wonka de MotoGP llamado Gigi Dall’Igna. El año pasado se lo quedó Enea Bastianini, pero tiene mucho tiempo por delante para convencer a su fábrica… o a otras.
El madrileño, siempre sin pelos en la lengua, ya ha dejado caer en más de una ocasión que si Ducati no le elegía a él, dejaría abierta la puerta a otras fábricas. Y Ducati no le eligió.
Por suerte para él, hay más fábricas en MotoGP y, por tanto, más billetes dorados. Incluso el propio Willy Wonka le podría abrir las puertas dentro de dos temporadas. En 2025 quedarán plazas libres en varias fábricas, lo que significa que en cuestión de un año o poco más empezarán a repartirse billetes dorados en Ducati, Honda, KTM o Aprilia.

UNA PUERTA EN 2024
Sin embargo, la fábrica de Yamaha podría abrir sus puertas un año antes, ya que Franco Morbidelli es el único piloto oficial cuyo contrato expira a finales de este 2023. Es decir, ese billete dorado podría salir al mundo en los próximos meses, y a nadie se le escapa que Martín es uno de los pilotos más cotizados del momento por su velocidad y juventud.
Además, tiene ganas de reivindicarse después de un 2022 en el que Zarco, Luca Marini y él tuvieron que comerse el motor 2022 de la Desmosedici que Pecco Bagnaia descartó; una decisión que lastró por completo su temporada y, en su caso, maniató sus opciones en la lucha contra Bastianini, que llevaba una moto consolidada y sin experimentos como la GP21.
Lo sucedido en 2022 ya no se puede cambiar. Ahora toca enfocarse en este 2023, tratar de meterse en la pelea por el título y conseguir que bajo el chocolateado diseño de su Desmosedici empiecen a aparecer los billetes dorados de todas las marcas para poder elegir su destino en el Mundial de MotoGP, ya sea para el próximo 2024 en Yamaha o en 2025 en Ducati o cualquier otra marca.