Marc Márquez y el Mapping 14

La victoria del 93 en el Circuito de Jerez – Ángel Nieto comenzó a gestarse al cambiar su mapa.

Nacho González

Marc Márquez y el Mapping 14
Marc Márquez y el Mapping 14

Marc Márquez había ganado la carrera de Jerez mucho antes del sonado incidente que marcó el podio. Para cuando el impacto entre Jorge Lorenzo y Dani Pedrosa derivó en un nuevo impacto entre Lorenzo y su compañero Andrea Dovizioso que acabó con los tres por los suelos, el piloto de Cervera ya había hecho el trabajo sucio y descontaba las vueltas que le quedaban para abrazar la estatuilla de Ángel Nieto que le aguardaba en lo alto del renombrado trazado andaluz.

Hay dos formas de ver cuándo comenzó a ganar Márquez en Jerez. No fue en la octava vuelta, cuando se puso primero tras superar a Jorge Lorenzo. Tampoco en la décimo cuarta, cuando le endosó más de seis décimas para alejarse más allá del segundo. Ni siquiera fue en los entrenamientos libres. Fue mucho antes.

El punto en el que se gestó la victoria de Márquez en Jerez, donde sólo había ganado en la mágica racha de diez de 2014, hay que ir a buscarlo al otro lado del Océano Atlántico. No fue en Austin, cuando tras lograr la pole perdió su puesto en parrilla por molestar a Viñales. Los motivos de su victoria en Jerez se encuentran en un río más hondo, sito en Argentina.

Marc Márquez y el Mapping 14

Aquel día, en el que su ambición devoró a su talento, cambió todo. Todo es todo. Cambió por completo el devenir de la temporada 2018 del Campeonato del Mundo de MotoGP. Por mucho que esboce una sonrisa y haga ver que las críticas no traspasan la superficie de su ánimo, Marc Márquez es un ser humano. Y en Argentina lo pasó mal.

La sanción de Austin le permitió corroborar que, en efecto, le iban a mirar con lupa. Que cualquier lance de carrera en el que se viese involucrado sería munición para sus detractores y un marrón curioso para los comisarios de la Federación Internacional de Motociclismo.

Herido en su orgullo, se cruzó de brazos y devolvió los juguetes al cajón. Para el 93, la salsa del motociclismo son batallas como las que vivió con Andrea Dovizioso en Qatar. Aunque las pierda. Le duele perder, pero más le duele quedarse sin jugar. Y lo que más le duele es no entender las reglas. O, mejor dicho, tener siempre a los árbitros encima.

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Así que ya no juega. En otro contexto, en la carrera de Jerez se hubiera esperado en el grupo con Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa y Andrea Dovizioso. Su naturaleza, donde el sentido del espectáculo tiende a eclipsar todo lo demás, le hubiera llevado a deleitar a la afición con una lucha en grupo.

En lugar de eso, su cabeza puso el Mapping 14. Ya avisó que quería ganar en el renombrado Circuito de Jerez – Ángel Nieto. No es novedad que quiera ganar, sí que lo admita con tanta contundencia desde el jueves. No era casualidad. Con Márquez no hay casualidades.

14 son los títulos mundiales que conquistó Nieto. 12 1 como piloto y uno más al otro lado del muro, con Emilio Alzamora sobre la moto. Pero no: el Mapping 14 de la cabeza de Márquez no tiene nada que ver con eso.

El Mapping 14 es la forma de perfeccionar lo que hizo en 2014, cuando comenzó ganando 10 carreras seguidas y se fue de vacaciones con la única duda de cuándo sería matemático su segundo título de MotoGP, cuarto en total. Después llegaría el fiasco de 2015 y dos títulos muy trabajados ante motos seguramente algo superiores: Yamaha en 2016, Ducati en 2017.

Marc Márquez y el Mapping 14

Ahora tiene una Honda que le permite elegir Mapping mental, y el desastre de Argentina y la posterior sanción de Austin le han llevado a tomar esa decisión. Si en los circuitos anti-horarios suele pasearse de forma innata, para ganar en los horarios necesita dar lo mejor de sí mismo. En 2014 lo hizo jugando en más de una ocasión y con varios pilotos: Valentino Rossi en Qatar y Montmeló –eran otros tiempos- o Jorge Lorenzo en Mugello.

En 2018 se le han quitado las ganas de jugar. Se sabe vigilado, y en Austin ya reconoció que salió a hacer una carrera con el menor número de adelantamientos posibles. En Jerez no lo ha dicho, pero ha vuelto a hacer lo mismo: cero líos, 25 puntos y el ansiado busto de Ángel Nieto.

Quería una carrera tranquila, así no hay de qué hablar". La frase la pronunció en Texas, pero se la ha traído a Jerez, y quien sabe si se la llevará de gira por Le Mans, Mugello… De momento, y pese a llevar un cero en cuatro carreras, ya es líder; y quién sabe si se irá de vacaciones con una diferencia abismal en la general.

Seguramente dependa de cuándo se le pase el enfado y quiera volver a jugar los domingos de carreras. Hasta entonces, Mapping 14. Y que jueguen los demás, pero a su espalda.

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