El AMV Shamrock, nació hace ya 10 años de la mente inquieta de Jean-Michel Sinet, veterano personaje curtido en mil batallas que ha participado en innumerables pruebas africanas, tanto organizandolas como participando en ellas. Pero siempre con el axioma de "lo importante es participar" como denominador común. Quizá por ese motivo, Jean-Michel y su eficaz equipo han logrado impregnar el rally al que hoy hacemos referencia de ese espíritu que se ha ido perdiendo con la profesionalización de los grandes rallyes y raids.Aquí, en el AMV Shamrock lo importante no es la lucha contra el crono, lo verdaderamente importante es la lucha contra los elementos y, a veces contra uno mismo. En mi opinión se ha recuperado la verdadera esencia de las carreras por el desierto y además han conseguido acercarlas al gran público que, con una inversión más o menos contenida y sin mucha experiencia en estas lides, pueden participar sin el menor rubor o problema. La organización, además cuenta con el incondicional apoyo de la compañía de seguros AMV cuya presencia en España es aún reducida, si bien en Europa y en especial en Francia es una de las más importantes y de mayor envergadura.Una buena muestra del interés que tiene AMV en el mercado español es el trato cordial y amable que dispensaron a todos los españoles que por allí andábamos, incluido Vicent Climent único participante español de la prueba a lomos de un espectacular quad Rengade 800. A todos nos ayudaron de una u otra forma, hasta Frank Allard, presidente de AMV e incondicional de la prueba -no se pierde una- estuvo pendiente de nuestro bien estar y de que no nos faltara de nada. Otra muestra de la envergadura de este rally es la total entrega de las autoridades marroquís, que no dudan en poner al servicio del AMV-Shamrock lo que haga falta, desde la policía local hasta el ejército para que la seguridad y el correcto funcionamiento de esta particular prueba no se vea enturbiado por ningún motivo externo. Digo particular porque este rally no se desarrolla con etapas que dejan atrás las ciudades por donde pasa, al contrario siempre nos encontramos en el mismo entorno.Como su nombre indica (shamrock significa trébol en la lengua de Shakespeare) es así como se desarrollan las etapas, que distribuidas en 2 bucles diarios –mañana y tarde- comienzan y terminan en el mismo sitio. De esta manera cuando, por el motivo que sea un participante tiene algún problema, ya sea mecánico o de asistencia, será penalizado con tiempo y, por muy tarde que llegue al campamento, siempre podrá tomar la salida a la mañana siguiente, sin tener que regresar a casa porque la caravana de la carrera ha continuado su viaje. Esta fórmula es toda una garantía a la hora de preparar la carrera ya que nuestra asistencia siempre está asegurada cada día, y eso para los equipos más modestos es toda una ventaja. Aún así sorprende la afluencia de equipos potentes que utilizan este rally como entrenamiento y, en algunos casos para comprobar su forma física, de cara al Dakar.Nombres ilustres como David Fretigne, ganador del AMV Shamrock en esta decima edición y quinto en el último Dakar, consiguen hacer aún más atractiva esta carrera que, pasito a pasito, se ha ido haciendo un hueco dentro de los raids auténticos, diseñados a la vieja usanza, en los que se consigue que las sensaciones sean lo realmente importante ya que el tiempo se detiene para saborear cada momento, único e irrepetible. En definitiva el AMV-Shamrock a sus diez años ya es mayor de edad y puedes estar seguro que si participas alguna vez nunca te arrepentirás.
AMV celebró la décima edición de su Shamrock en 2007. Se trata de un raid para motos, quads, coches y camiones en Marruecos, en la que su recorrido en forma de trebol marca la peculiaridad de la prueba. Bellas imágenes de vehículos por el desierto te esperan en este vídeo.