Hace un par de meses en Jerez, María Herrera estuvo a punto de firmar su página más importante en la historia del motociclismo. Durante tres vueltas fue virtual campeona del CEV Repsol, aunque su sueño se esfumó en la salida de la curva Ángel Nieto cuando perdía el control de la KTM y se iba al suelo. «El título hubiese sido algo muy bonito, aunque no era algo que me obsesionara, de hecho no había preparado nada especial. Estoy muy satisfecha con la temporada que he hecho, porque hemos trabajado muy bien y yo he aprendido bastante como piloto y como persona. Veníamos de una temporada muy difícil porque la lesión paró mi crecimiento. El objetivo antes de empezar el año era estar delante y recuperar sensaciones, creo que nos hemos superado con las dos victorias y luchando por el título hasta la última carrera».
Los éxitos de María Herrera (Toledo, 26 de agosto de 1996) esta temporada han dado una repercusión mediática al CEV Repsol que nunca había tenido. Televisión, medios generalistas y prensa internacional han seguido los pasos de la piloto toledana y hasta Jerez se había desplazado la plana mayor del Repsol Honda Team, encabezados por Marc Márquez y Dani Pedrosa; y también los jóvenes pilotos del Estrella Galicia 0,0, Álex Rins y Álex Márquez. «Ellos son ahora el espejo donde mirarme. Han pasado por este equipo y por este campeonato y ahora son pilotos de referencia en el Mundial. Cuando puedo hablo con ellos y siempre me aconsejan. Con el que más trato tengo es con Rins, ya que entreno a menudo en el CAR de San Cugat».
La nueva vida de María
Aconsejada por Emilio Alzamora, que a estas edades hace tanto de mánager como de padre, María se desplazó en enero del año pasado año al Centro de Alto Rendimiento de la localidad catalana. «Creo que ha sido un acierto total porque allí entreno fuerte y lo compagino con los estudios. Ese es mi día a día. También tenemos psicólogos, médicos, fisios… Mi entrenamiento ahora es muy profesional, con ejercicios específicos que me han ayudado mucho encima de la moto. No me siento un piloto profesional todavía, pero sé que voy camino de ello». Aunque no fue fácil dejar su vida en su Oropesa natal, especialmente su familia y amigos, María tiene claro que era la mejor decisión que podía tomar.
Una de las personas que mejor conoce a María es su padre Antonio, que fue quien le inculcó este amor por las motos. Aunque ahora no la tiene cerca en el día a día, sabe que su paso por el CAR solo traerá cosas positivas: «En casa se le echa de menos, porque es muy cariñosa y alegre, pero desde pequeñita ha sido una persona que ha hecho su propio espacio. Siempre ha sido muy madura para su edad y muy disciplinada con su deporte, que le apasiona. Con sus entrenamientos siempre ha sido muy metódica así que la disciplina no es algo que le haya costado».
Esta madurez también la vio Alzamora cuando la descubrió en los campeonatos regionales y la reclutó para su proyecto con la Escuela Monlau: «Uno de los puntos fuertes es su determinación. María tiene las ideas muy claras y desde pequeñita ha soñado con ser piloto. Una prueba de ello es que yo le di mi opinión de que sería importante que estuviera viviendo en el CAR de San Cugat para entrenar, estar centrada y madurar como deportista y persona. En su día dio este paso y dice mucho de la madurez que tiene. Luego, por supuesto, tiene un talento innato para ir rápido en moto y lo que está avanzando mucho ahora es en el tema de la puesta a punto de la moto y dar los comentarios adecuados a los mecánicos».
Lo mejor y lo peor
En su corta carrera deportiva, María ya ha conocido el éxito y la dureza de las lesiones. En 2011, en su primera temporada con el equipo Monlau, su nombre comenzó a sonar con fuerza cuando se impuso en el Campeonato Mediterráneo de PreMoto3 con 15 años. Un año más tarde debutaba en el CEV, aunque en su primer año le tocó convivir con las lesiones y no pudo demostrar su nivel. Desde que forma parte del equipo catalán, siempre ha trabajado con David Cabau, director técnico del equipo en el CEV Repsol y jefe de mecánicos de María: «Nosotros siempre hemos sido conscientes de su potencial. El año pasado empezamos muy fuertes. Las primeras carreras estábamos ahí, pero toda la temporada estuvo condicionada por la lesión y las recaídas y a pesar de todo, ella se sentía igual de rápida. En estas franjas de edades, los pilotos cambian mucho de año en año, pero el pilotaje siempre ha estado ahí». El propio David no oculta que en la temporada 2013 se ha superado cualquier objetivo: «A principio de año nos propusimos acabar en el Top 5 y pisar el podio en alguna carrera. Sabíamos que el salto sería grande, pero ha superado las expectativas».
María ha acabado cuarta en el campeonato y ha sumado dos victorias en Aragón y Navarra. Esos históricos triunfos (nunca una mujer había vencido una carrera de un campeonato nacional absoluto) hicieron tanto ruido que el propio Valentino Rossi se interesó por la toledana. «La victoria de Aragón siempre será especial porque es la primera y además era un circuito con el que tenía una cuenta pendiente del año pasado. Además fueron triunfos muy luchados en los que tuvimos que demostrar lo que habíamos aprendido en el cuerpo a cuerpo. En los récords no me fijo, me entero de ellos por los periódicos. Pero sí que los valoro, no como un hecho anecdótico sino como hitos en lo que he sido la primera chica en superar».
Siempre ha reconocido que vive con total normalidad, a pesar de que reconoce que las carreras de motos tradicionalmente han sido un terreno de los hombres… «hasta ahora», dice con un sonrisa. Ella desde pequeña contó con el apoyo de sus padres y con sus rivales siempre ha tenido un trato de lo más normal. Lo mismo pasa en su equipo: «María es una más en el equipo y nunca se le ha dado un trato especial. La rutina de trabajo es igual para todos los pilotos que han pasado por el proyecto, salvo que le cedemos la oficina para que se cambie antes de los entrenamientos y carreras», comenta Cabau.
El Mundial como objetivo
María no oculta que su gran sueño es ser piloto mundialista. Ya tuvo una primera toma de contacto en el pasado GP de Aragón, cuando debutó como wild card: «Todo el fin de semana fue como ver realizado un sueño. Llegué con muchas ganas, rodé rápido en los entrenamientos aunque luego no tuvimos suerte en carrera. Aprendí mucho porque el nivel del Mundial es muy alto, pero no hay que olvidar que casi todos los que están delante han pasado por el CEV Repsol. Son etapas que van quemando los pilotos y yo ahora estoy deseando quemar esta y pasar a la siguiente, aunque no me obsesiono».
El futuro de María es todavía una incógnita que se desvelará en las próximas semanas. Mucho tendrá que decir Emilio Alzamora que sabe muy bien pulir talentos como ya ha demostrado con los Márquez o con Rins. Cuando le preguntamos por 2014 no suelta prenda aunque reconoce que ha pasado por su cabeza el salto de María al Mundial. «No queremos dar un paso antes que otro. Tenemos que valorar bien todo y sabemos que la ilusión de María es llegar al Mundial, pero hay que hacerlo bien preparado y cuando creamos que tiene que llegar. Tenemos que valorar toda su evolución. El CEV Repsol es la mejor escuela para aprender»