No cabe duda de que las 24 horas de Resistencia del Circuit de Catalunya se divide en dos carreras. La primera es la que libran cada año las formaciones dirigidas por Josep M. Folch y Eduard Catalá. Su objetivo solo es ganar y para ello: medios, pilotos y preparación están a un nivel altísimo, como lo demuestran sus fugaces entradas en box para cambiar ruedas, repostar, cambiar piloto, etc. en un visto y no visto. Además de un ritmo de carrera solo a su alcance. Más allá de este duelo, la carrera se vive de otra forma, equipos más o menos preparados, capaces de rendir a un alto nivel y aprovechar su oportunidad en caso de que los dos colosos fallen, componen la mayor parte de la inscripción que este año se quedó en 41 equipos, 16 de ellos franceses.
En las horas previas al inicio de la carrera, se llevó a cabo una prueba de regularidad de clásicas, para motos anteriores a 1986, con una notable participación y con antiguos vencedores de las 24 horas de Montjuïc entre ellos. Durante la entrega de premios fueron homenajeados los participantes en esta iniciativa que tiene todos los alicientes para tener continuidad y progresar en el futuro. Salvador Cañellas, Josep M. Mallol, Alejandro Tejedo, Josep M. Busquets, José Coronilla y Min Grau, este último ausente, también recibieron una cálido homenaje en la formación de parrilla, minutos antes del banderazo de salida.
Como era de esperar, los tiempos de entrenamientos dejaron clara la situación y con los dos equipos favoritos marcando una media de casi tres segundos más rápidos que la escuadra cuarta clasificada, en este caso la BMW de Busquets, premonición inequívoca de lo que iba a suceder en carrera. En las primeras horas se siguió el guión y las dos Yamaha de Folch y la Suzuki de Catalá rodaban con cierta comodidad con diferencias mínimas, con varias alternancias en el liderato y al cabo de dos horas la diferencia con los demás equipos ya superaba las dos vueltas.
Antes de llegar a la sexta hora, las sospechas en el box de Suzuki se confirmaban. La rotura de los colectores de escape de la GSX-R obligaba a entrar la moto en el box y cambiarlos. Catalá dijo adiós a sus aspiraciones y a Folch se le allanaba el camino hacia el triunfo. El mago de Reus movió la batuta a la perfección y sus dos motos volaron imparables hacia el doblete, con fugaces y obligadas visitas al box, con diferencias entre ambas que pocas veces superaron el minuto.
Ni siquiera la intensa lluvia que cayó sobre el Circuit de Catalunya a media hora para el final, ni el coche de seguridad obligado por una fuerte caída en plena recta, impidieron que Ribalta-Foray-Luis-Vallcaneras y Checa-Casas-Monge-Tizón, primeros y segundos, respectivamente, batieran el récord de vueltas de la carrera, logrando dejar el listón en 742. Tirado-Forés-López-Cabana, después de descender hasta la undécima plaza, volvieron a remontar hasta la tercera posición final, beneficiados también por abandonos importantes, como el de Busquets o el de Rodi-Alcarras. Los Mossos se llevaron la victoria en superbike, mientras que en superstock 1000 y 600, la victoria fue para los equipos franceses Mail Performance y Team Esperanza, respectivamente.