Por primera vez en la historia del Red Bull X-Fighters dos pilotos españoles habían conseguido clasificarse para disputar una ronda final del prestigioso campeonato. El vencedor del año pasado Dany Torres es ya un habitual del podio, pero la presencia entre los 12 mejores pilotos del mundo de Maikel Melero, un joven que quería brillar en su debut, hizo que la plaza estuviera especialmente caldeada el viernes por la noche. La lesión de Eigo Sato en las rondas clasificatorias del jueves –rotura de muñeca en la recepción de un salto– hizo posible la participación del albaceteño que, si bien no había podido vencer al genial Jackson Strong, sí se había ganado una meritoria segunda plaza que le permitió entrar en el selecto grupo que el viernes lucharía por la gloria.
Después de ver en la pista una breve exhibición de Iván Cervantes, con la KTM 450 EXC con la que corre en el Mundial de Enduro, y Marc Coma, subido sobre un rabioso y pequeño buggie, entraron al ruedo al más puro estilo San Fermín todos los «riders» en la habitual ceremonia de presentación. A los pocos minutos ya estaban en el aire los aspirantes a cuartos de fi nal entre los que se encontraba Maikel Melero. El «novato» salió a comerse el mundo y se ganó el favor del público y de un jurado que fue benevolente con él, ya que las actuaciones de Strong y Sinclair fueron técnicamente superiores.
Máxima rivalidad
En cuartos la situación se puso seria. El altísimo nivel que se había visto el jueves, donde André Villa obtuvo la mejor puntación, evidenciaba que el acceso a semifi nales se iba a vender muy caro. Ningún piloto se dejó nada en el tintero porque sabían que de ser así podrían quedarse fuera. De este modo, y tras ver una verdadero alarde de arrojo por parte de todos con las combinaciones de backflip más arriesgadas, se clasificaron para semifinales Mat Rebeud, Dany Torres, André Villa y Robbie Maddison.
Torres abrió la veda, pero no le vimos tan brillante como el año pasado. El de Sevilla no falló pero le faltó ese punto de genialidad que sí demostró tener el suizo Rebeud, piloto con el que se jugó el pase hacia a la gran final. El público estaba dividido. Por un lado el corazón apoyaba al español, pero por otro sabían que Rebeud había sido superior. El jurado, todo internacional, no dudó y le dio la victoria al vencedor en 2008. El siguiente enfrentamiento fue entre Villa, el noruego residente en Alicante, y Robbie Maddison, el australiano conocido mundialmente por sus grandes hazañas como saltar el Canal de Corinto, nada menos que 85 metros de longitud y 95 metros de altura. Las dos actuaciones estuvieron a la par en cuanto a ejecución y dificultad de los trucos realizados. Los 90 segundos de cada uno fueron exprimidos al máximo con una perfección en cada salto que parecía sacada de un manual.
Sin embargo, esta vez la clase de André Villa no fue suficiente para lograr entrar en la final. La originalidad y decisión de Maddison consiguieron desbancarle. «Tengo que mantener este nivel de pilotaje y acabar en el podio en las dos pruebas que faltan, la de Londres y la de Roma. Creo que podría lograr el título», afirmó Villa. Rebeud vs Maddison Y por fin la gran final. La igualdad no podía ser mayor. Por lo que habíamos visto hasta el momento parecía que el suizo podría cosechar un nuevo éxito en la plaza madrileña. Sin embargo, Maddison –con el líder Villa fuera de combate– necesitaba más que nunca la victoria para atacar la provisional del campeonato.
Ambos brindaron al público un recital y pusieron al jurado en un aprieto. Rebeud estuvo inmejorable teniendo en cuenta que todavía no está recuperado del todo de su lesión en un brazo, pero un nuevo Volt Body Varial marcado por Maddison inclinó la balanza de su lado y le hacía conseguir su primera victoria en Las Ventas.