Si eres de los que echa de menos las deportivas de 600cc, sigue leyendo porque parece que las marcas siguen explorando la posibilidad de recuperarlas. Hace sólo unos días, MCN, el principal medio británico de las dos ruedas, publicaba unas fotos en las que se podía ver una mula de pruebas de Triumph que, a juzgar por sus formas, chasis y propulsor, podría ser perfectamente la base de una futura Triumph Daytona 765.
La idea tiene su logica. Triumph ha tomado el testigo de Honda en la categoría de Moto2 como proveedor de los motores, pasando de los tetracilíndricos de 600cc que se usaban en las descatalogadas CBR 600 RR a los tricilíndricos de 765cc, dando como resultado motos más compactas y más potentes. Moto2 parece el escenario perfecto para mostrar las virtudes de un propulsor que puede adquirir cualquier usuario en forma de Triumph Street Triple, una moto que destaca por sus polivalencia y carácter deportivo. Pero, ¿y si aprovecharán también ese tirón mediático para recuperar su Daytona?
Aunque la idea gusta, la realidad puede ser un poco menos emocionante. Cuando el reportaje llegó a los quioscos, Triumph se apresuró para negar que se tratara de una Triumph Daytona 765 y aseguró que tal modelo no está si quiera en fase de desarrollo. Su jefe de producto, Steve Sargent, añadía: "Si pudiéramos probar que existe esa demanda, por supuesto que la haríamos. Sería necio no considerarlo con la expectación que se ha montado en torno a Moto2".
Lo que se ve en las fotos de MCN, por tanto, podría tratarse de un producto algo más distinto y único: el siguiente modelo de la gama TFC. Los británicos ya han estado poniendo a punto el motor de 765cc utilizando la base de la Daytona 675 (y, de hecho, Sergio Romero ya estuvo probándolas) y por esta razón parece más lógico pensar que les sería relativamente sencillo poner a la venta una versión "de calle" de los modelos de pruebas. Es decir, motor de tres cilindros de especificación Moto2 con más potencia, parte ciclo de primera línea y una decoración que saque a relucir toda la herencia deportiva de Hinckley.
Esta idea tampoco está nadal mal, ¿verdad? Triumph no se pilla los dedos invirtiendo y desarrollando un modelo completamente nuevo, tantean de neuvo el nicho supersport y, de paso, ponen en manos del consumidor toda una Moto2.
