Ducati Streetfighter 1100 S vs MV Agusta Brutale 1190R

Comparativa Streetfighter. Son las naked más poderosas y espectaculares. La nueva MV Agusta Brutale 1090 R y la Ducati Streetfighter son esencia de poder y de efectividad deportiva con manillar alto. Cuatro cilindros en línea contra dos en V, en una lucha a brazo partido.

Texto: Óscar Pena | Fotos: Juan Sanz | Colabora: Carlos de la Fuente

Domar dos máquinas semejantes en su ambiente y aprovechando al 100 por cien sus cualidades exige destreza y mucha experiencia, casi tanto como hacerlo con las motos de las que derivan, la MV Agusta F4 y la Ducati 1198 S. Pero a diferencia de éstas, su desnudez sustenta una excitante diversión a una velocidad media menor, y si las primeras encuentran en las pistas su feudo, nuestras protagonistas de hoy lo hacen en carretera. Carreteras variadas y viradas, asfalto en buen estado y las montañas de fondo adornando un escenario perfecto. Pero su desnudez también les confiere una polivalencia de la que carecen sus exclusivas pero incómodas hermanas, y en la ciudad también caminan y exhiben palmito dejando ver su alta cuna.

Dos conceptos
MV Agusta ha apostado fuerte en 2010 renovando completamente sus dos modelos: F4 y Brutale. Mientras, Ducati lanzó hace un año la Streetfighter. La Brutale está animada por un motor de cuatro cilindros en línea y la moto de Borgo Panigale por un bicilíndrico en V. Ésta es la diferencia más trascendente entre ambas naked y la que marca su diferente carácter. Pero hay más. Son muy distintas estéticamente, y si la Ducati apuesta por una imagen de vanguardia al más puro estilo «Transformers», la MV Agusta toma la imagen de su veterana predecesora, aunque depurando sus líneas.

Y por supuesto está la cuestión ergonómica. A los mandos son tan dispares que éste puede ser el aspecto que haga de una de ellas tu favorita sobre la otra. La moto de Varese, otrora conocida por su agrio carácter y casi inexistente confort, ha experimentado una transformación de tal magnitud, que aun pareciendo la misma es completamente diferente. El piloto circula erguido adoptando una posición muy agradable, y además dispone de un asiento espacioso (anteriormente demasiado corto), y con un mullido durito pero aceptable incluso rodando en vaqueros. Los estribos están lógicamente elevados y las protecciones de los mismos pueden incomodar algo en conducción deportiva, pero mucho menos que antaño. Además, las suspensiones, aunque firmes, también son infinitamente más progresivas y absorbentes que en el modelo precedente.

La Ducati por su parte tiene una posición de conducción rara. Circulas «sobre la rueda delantera», cargando todo el peso sobre un «estrecho» manillar, y requiere de un proceso de adaptación superior. Luego cuando te acostumbras compruebas que a sus mandos ejerces un gran control sobre la moto y dominas sus reacciones en conducción agresiva, pero en otros ambientes, como autopista o ciudad, condiciona excesivamente el confort. También la perjudica aquí el escaso giro de su manillar, todavía menor que el de la MV Agusta, y el tacto más seco de su embrague y caja de cambios en las primeras velocidades. Los espejos retrovisores también ofrecen algo menos de visión... Vaya que lo tenemos claro, si piensas usar una de estas joyas a diario y no te puedes permitir las dos, la Brutale, quien lo iba a decir hace un año, es la opción más recomendable.

Equipo de lujo
Ambas monturas sobresalen por sus componentes, que las acercan al 10 en equipamiento. Sin embargo, las dos son todavía mejorables... Y es que aún estamos tratando de averiguar cómo poner a cero el marcador del cuentakilómetros parcial de la Brutale. Es paradójico comprobar cómo una moto tan bien terminada tenga una instrumentación semejante. La Ducati tiene muchas más funciones en el cuadro y es infinitamente más fácil de manejar. Pero ésta también se lleva lo suyo. Con unas suspensiones Öhlins de primera delante y detrás, de comportamiento y capacidad de regulación intachables, no les habría costado tanto montar un amortiguador de dirección regulable, a ser posible del mismo fabricante sueco. Algo que se hace necesario además si le «das chicha» al bicilíndrico en zonas muy viradas. Y si por esto se encarece ligeramente el producto, nadie se va a pensar dos veces la compra porque cueste en lugar de 20.600, 20.850 euros. ¿No?

Por lo demás nada que objetar ni en una ni en otra. Los frenos radiales en ambos casos son sensacionales por mordiente y tacto, y las suspensiones, aunque en apariencia en la MV Agusta no sean tan exclusivas, en la práctica funcionan de maravilla, adaptándose perfectamente a la rigidez de su chasis tubular.

Finalmente señalar que ambas disponen de control de tracción regulable. Nos gusta más el de Ducati, por ser más sensible, imperceptible y útil, adaptándolo fácilmente a tu nivel de conducción a través de los mandos localizados en la piña izquierda. El de la Brutale es un excelente «anti-highside» que te evitará más de un susto en un exceso con el gas, pero es de comportamiento mucho más espartano en general. Y además se regula desde la instrumentación…

Fuerzas naturales
Brutale y Streetfighter son dos vendavales capaces de hacerte esbozar una gran sonrisa en cada golpe de gas, gracias a su poderío e impactantes sensaciones. La potencia máxima es superior en la Ducati, pero a la MV Agusta le cunden sus «potrillos» de maravilla, tanto que por motor y rodando a ritmo están tremendamente igualadas. El desarrollo del cambio perfecto ayuda sobremanera a tener esta sensación.

De la moto de Borgo Panigale nos encantan sus bajos y medios, y de la de Varese su aullido y empuje a alto régimen. La primera vibra más aunque sin llegar a incomodar, y la segunda tiene un primer golpe de gas más contundente, pero a la vez delicado, aunque basta rodar un poco con ella para cogerle el ritmo y en ningún caso te llega a molestar si estás habituado a circular con un buen puñado de caballos bajo el trasero. Por otro lado, la Streetfitghter carece de sistema antibloqueo en la rueda trasera, sí la Brutale, aunque para ser sinceros a la primera apenas le hace falta salvo que seas muy brusco, o muy torpe, en fuertes reducciones. Reducciones que se realizan con la máxima precisión gracias a una caja de cambios sensacional. En la segunda actúa muy correctamente, y aprecias en la maneta izquierda unos pequeños saltos que te indican que el mecanismo está funcionando. Su cambio no es tan «limpio» con un selector con bastante recorrido, pero es de reconocer su eficacia pues nunca falla. Finalmente, señalar que el consumo de combustible está acorde al precio de las motos, y en ambos casos, como motos de élite que son, superaron holgadamente los 8 litros cada 100 km de media durante la prueba (8,8 l la MV y 8,4 l la Ducati).

Superbikes
La parte ciclo heredada directamente de los modelos de superbike de cada casa con mínimos retoques, nos da una idea de las grandes capacidades deportivas de Brutale y Streetfighter. Ambas acometen cualquier viraje con la máxima precisión y nobleza, y brillan a un gran nivel en cualquier tipo de carretera. La MV Agusta sobresale en tacto y confort, así como en su estabilidad en el paso por curva. La Ducati se apoya en la rueda delantera cuando entras frenando hasta el ápice de manera soberbia, para después traccionar impecablemente al acelerar a la salida de los virajes. La rigidez que transmiten es similar, pero más seca en general se percibe la moto de Borgo Panigale, que también es algo más nerviosa en carreteras de firme irregular.

Con ambas naked «de carreras» se puede ir realmente muy rápido y muy seguro en cualquier circunstancia, y que la balanza se decline de un lado más que del otro depende más del uso que se le vayan a dar, que de su comportamiento. Si la usas en ciudad, te desplazas por autopista o emprendes largos paseos, la Brutale es una sorprendente gran compañera. Si te gusta más ir a por nota en tus carreteras favoritas y darle caña incluso en circuito, con la Streetfighter quedarás plenamente satisfecho.