Ducati Streetfighter S

Conoce los detalles de la exclusiva Ducati Streetfighter S. Tan pronto como ha llegado al mercado, la Steetfighter S ha entrado directamente en el club de las motos exclusivas. Y más aún en esta versión S, equipada con suspensiones Öhlins, ligeras llantas de aluminio forjado, componentes varios de fibra de carbono, además de ¡control de tracción! Está claro que no existe otra naked tan rápida, efectiva y sofisticada como esta Ducati.

Texto: Víctor Gancedo | Fotos:Juan Sanz

Ducati Streetfighter S
Ducati Streetfighter S

Desde el primer momento Ducati ha querido dejar claro que la Streetfi ghter no es una Monster. Con todos los respetos hacia la más potente y sofi sticada de las Monster (S4RS), la Streetfi ghter se sitúa con claridad uno o dos escalones más arriba. Hace honor a su nombre. Es una Streetfighter de ley. Un motor con 151 CV verifi cados y una parte ciclo de ensueño, todo ello vestido con una carrocería de tintes agresivos, dan forma a un conjunto muy atractivo. Aunque en el mercado existen otros modelos «de lujo» que pueden  ser comparados con esta Ducati, ninguno alcanza ni su sofisticación, ni tampoco su efi cacia. La Streetfi ghter S es una moto dirigida a aquellos que tienen las cosas muy claras. No es de medias tintas. Aunque resulta excitante convivir con ella a diario, no es lo más apropiado.

De todos modos, también hay que decir que a medida que te vas adaptando a sus particularidades, es de esas motos que cada vez te gustan más. No es como las que llamamos motos «chicle», esas que al principio saben a mucho y que según las usas van perdiendo paulatinamente su sabor. Con la Streetfighter ocurre lo contrario. Es una moto con un sabor inicial un tanto extraño, pero a medida que lo pruebas, te va gustando más y cada vez tienes más ganas de saborearlo.

De pura cepa
Desde un principio, su motor se muestra potente y rápido de respuesta, pero la primera vez que te enfrentas a una carretera de curvas a los mandos de esta italiana es posible que te sientas un poco superado por las circunstancias. No encuentras la posición, te cuesta  moverte de un lado a otro y al fi nal se te acumula el trabajo. Entonces imaginas que en Ducati no pueden haberse equivocado al  desarrollar una moto así. Bajas el ritmo y decides pensar un poco más. Te empeñas en entender a esta Streetfighter y lo consigues.

Cabeza al frente, hombros adelantados, codos abiertos, culo poco apoyado sobre el asiento y los pies sintiendo los estribos. Parece que no tienes moto ante ti, pero así es. Así es como dicen que pilota Stoner. Así es como se deben conducir las deportivas de Ducati de última generación y la Streetfi ghter, a pesar de su manillar alto, es una de ellas. Confi ando mucho en el neumático delantero. Apoyándote en él hasta que prácticamente lo oigas gritar. Luego, la parte trasera hace su trabajo sin el más mínimo problema. El control de tracción (Ducati Traction Control) está ahí para ayudarte.

Tiene ocho posiciones. Empezamos por la sexta que es tal y como nos llegó regulado. Demasiado prudente. Con el neumático caliente y con buena temperatura en el asfalto decidimos probar dos posiciones menos. Teniendo en cuenta que estamos en una carretera  abierta, la cuarta posición te permite acelerar con contundencia y no perder apenas tracción a la salida de las curvas. Bajamos a la tres e  incluso a la dos, pero decidimos subir de nuevo a la cuatro. Mejor no arriesgar tanto. En esta posición intermedia se puede ir muy rápido. Sentir el funcionamiento del DTC te transmite mucha seguridad. Es una sensación curiosa tanto de sentir, como de escuchar e  incluso de ver si estás mirando el cuadro de instrumentos.

Áspera y dulce al mismo tiempo

¿Y esto cómo se come? Pues sencillamente a base de ritmo. La más deportiva de las naked de Bolonia es una moto áspera al principio. En especial si los primeros metros a sus mandos los recorres por ciudad. No vibra demasiado y el tacto de sus mandos es agradable (quizá para algunos el accionamiento del embrague resulte un poco duro), pero como buena Ducati, su funcionamiento es rumoroso. También su posición de conducción no es la ideal para una convivencia estrecha y prolongada por la urbe. Está claro que no es una moto parida para ir despacio, ni para espacios cerrados. A ello te vas dando cuenta a medida que avivas el ritmo, cuando se va abriendo  el mundo. Se va dulcificando de forma paulatina, según vas aprovechando todo su potencial, a medida que le vas exigiendo más a sus componentes.

El primer toque de freno te puede transmitir que frena demasiado, que no tiene mucho tacto. Pero no es así. El tema es que con un sólo dedo se puede hacer todo el trabajo. ¡Cómo frena! Si no la conoces y te asustas, puedes ser prácticamente eyectado de su asiento ante una situación de «panicbraking». Conociéndola y «apretándote los machos», puedes frenar en muy pocos metros. Incluso con tacto y dosificación. Además, el funcionamiento de la horquilla Öhlins es exquisito incluso en frenadas al límite. Con sólo un par de ajustes, es tremendamente capaz. Según comentaba mi compañero Sergio Romero en la presentación de esta Ducati en el circuito de Ascari en Ronda, el tacto que transmitía el tren delantero no fue especialmente alabado, pero en esta prueba en carretera, así como en la  comparativa publicada hace un par de números, el conjunto anterior nos ha demostrado que tiene mucha calidad.

A alta velocidad te transmite mucha seguridad. Su aplomo es encomiable y al mismo tiempo se muestra más que aceptablemente ágil en los cambios de dirección. Es muy rápida entrando en curva y te permite retrasar la frenada sin mostrar querencia a levantarse. Y luego da gusto inclinar. Sabes que pisa con mucha seguridad. Y el momento de acelerar también merece la pena. Desde apenas 3.000 rpm ya hay «chicha»,  pero es mejor mantener el motor por encima de 6.000 rpm, una vez superado un momento en el que sientes una ligera infl exión en la entrega de potencia. Entonces tienes que estar preparado y concentrado plenamente en la conducción. Todo pasa muy rápido y hay que saber disfrutar de cada momento.

Además, para hacernos una idea aún más clara del potencial de esta italiana, los desarrollos de cambio son largos. Ya en la primera relación te puede llevar más allá de los 100 km/h y hasta más de 270 km/h verifi cados en sexta. ¿Es o no es un juguete? Pues puede que sí o puede que no. Como siempre en estos casos, depende del prisma con el que se mire.

Una maravilla

Como habrás podido comprobar, me ha gustado mucho esta Ducati. Al fi nal la he encontrado incluso razonable. Más, por ejemplo, que una todopoderosa 1198 si pretendes utilizarla mucho fuera de un circuito. Bien es verdad que carece de protección y que no tiene  semimanillares, pero eso también te ayuda a no buscar velocidades extremas de forma habitual. A practicar una conducción más pura,  más esencial. Y antes de acabar, no me queda más remedio que reflexionar sobre el precio de esta Streetfi ghter S de 1.098 cc. Con  todo lo que lleva, la cifra total supera los 20.000 euros. Quizá un precio excesivo para muchos, pero en Ducati saben de esto y una vez más nos han preparado una versión más económica (2.000 euros menos). Pero ésa no lleva «S», ni Öhlins, ni aluminio forjado en las  llantas, ni tanto carbono, ni DTC... ¡Snif! Pues, puestos a elegir, por favor, «me vayan» preparando una con «S» y con todo lo demás.