Yamaha MT-10

Utilizando gran parte de la plataforma de la superbike YZF-R1, Yamaha ha desarrollado una supernaked sin haber tenido que atenerse a ningún tipo de limitación. La MT-10 puede que sea la novedad más importante de la temporada que acaba de comenzar.

Víctor Gancedo.

Yamaha MT-10
Yamaha MT-10

Desde la desaparición del catálogo de la FZ1, Yamaha no tenía presencia en el segmento de las naked más deportivas, ese que desde hace un par de temporadas se conoce como el de las supernaked. Esta clase cada vez cuenta con más representantes, todas muy bien equipadas y con unas prestaciones importantes. Se puede decir que son las nuevas deportivas de calle y su presencia ha hecho que nos olvidemos en gran medida de las otrora populares superbike y supersport.

A la hora de desarrollar la nueva MT-10, en Yamaha no se han andado con «tonterías». A grandes rasgos, han cogido la YZF-R1, la han desprovisto de su carrocería y de sus semimanillares, y en su lugare han montado elementos propios de una supernaked. Así, cuenta con una carrocería minimalista y futurista, con un pequeño semicarenado en el frontal que se ancla directamente al chasis, además de un manillar alto de diámetro diferenciado, que contribuye a crear una ergonomía natural y confortable.

Al contemplarla, la primera impresión que genera es la de estar frente a una moto realmente impactante, con un diseño de auténtica ciencia ficción. Pero está claro que es real y que tiene toda la pinta de funcionar muy bien, con el característico tacto de su motor «crossplane».

Mucha tecnología

Aunque ha sido simplificada en algunos apartados, la nueva MT-10 cuenta con una electrónica muy avanzada y completa. Así, incorpora acelerador electrónico YCC-T, D-MODE con tres modos de motor (Estándar, A y B) y control de tracción TCS con tres niveles de actuación y desconectable. Además, como novedad con respecto a la YZF-R1, incluye control de velocidad automático que se puede activar en 4ª, 5ª y 6ª, entre 50 y 180 km/h.

El tetracilíndrico que la propulsa es muy moderno y compacto y ha recibido modificaciones en la admisión, alimentación y el escape para adaptarlo a su nuevo cometido. También monta nuevos pistones y bielas de acero. Debido a estas reformas, anuncia una respuesta más suave y contundente desde muy bajo régimen, aunque habiendo perdido algo de «pegada» a altas revoluciones.

Yamaha no se ha pronunciado respecto a sus cifras, pero fundados rumores apuntan a que su potencia máxima va a estar en torno a los 165 CV, 35 CV menos que los que la marca declara para la YZF-R1. También se puede adivinar que su corte de encendido llega antes. La línea roja de su cuentarrevoluciones comienza a 11.750 rpm y en la superbike está «pintada» a 14.000 rpm. A pesar de estas limitaciones, queda claro que las prestaciones de la MT-10 van a ser muy generosas y no va a ser fácil «acabarse» su motor.

En la parte ciclo anuncia ligeras reformas en las geometrías, aunque los datos de lanzamiento y avance tampoco han sido revelados. Lo que sí se ha confirmado es que va a ser la moto más corta de su segmento, con solo 1.400 mm de distancia entre ejes. En cuanto a las suspensiones, monta elementos similares a los de su hermana superdeportiva, pero lógicamente sus respectivos «funcionamientos» han sido suavizados pensando en un uso mayoritario por ciudad y carretera. Aun así, tanto la horquilla invertida, como el monoamortiguador, permiten ser regulados en tres vías.

Con respecto al equipo de frenos delantero, se mantienen los discos de 320 mm mordidos por pinzas monobloque de cuatro pistones y anclaje radial, pero la bomba es de tipo convencional y el ABS también es más sencillo. Por lo demás, cuenta con un depósito con 17 litros de capacidad, llantas de aleación de cinco palos inclinados y un colín minimalista, con un asiento de una sola pieza, pero con las alturas bien diferenciadas y un pequeño tope trasero colocado en el área correspondiente al piloto. También incorpora toma de corriente de 12 V y en opción puede montar puños calefactables y asistente de cambio QSS (Quick Shift System), que permite subir marchas sin desacelerar, ni presionar la maneta del embrague.

Aunque desconocemos su precio, su llegada a las tiendas está prevista para mayo del año que viene. Antes, pero ya en 2016, se llevará a cabo su presentación dinámica, aunque por ahora no hemos sido convocados. Por tanto, para conocer más cosas acerca de esta impresionante supernaked, aún deberemos esperar dos o tres meses.

Yamaha no ha filtrado todos los detalles de la MT-10

Aunque las fotos son de la YZF-R1, sabemos que la MT-10 utiliza estos mismos elementos principales, con pequeñas modificaciones para adaptarlos a sus nuevas funciones. El tetracilíndrico en línea mantiene la configuración «crossplane», con las cuatro muñequillas del cigüeñal desfasadas. También conserva el embrague con sistema antibloqueo. Sin embargo, su potencia máxima, aún por confirmar, debe rondar los 165 CV, con la intención de mejorar la respuesta a bajas revoluciones. También monta bielas de acero, en lugar de titanio, algo que también hemos visto en la «económica» YZF-R1S presentada hace aproximadamente un mes.

El grupo óptico

El grupo óptico trasero es de LED y recuerda al de la MT-09. El sistema de escape es de tipo «4-2-1» y cuenta con elementos de ligero titanio. Además, tanto la admisión, como la inyección, poseen características específicas. 

El basculante

El basculante asimétrico de alumnio se asemeja al de la YZF-R1, pero cuenta con características propias. Yamaha anuncia que la distancia entre ejes es de solo 1.400 mm, lo que la convierte en la moto más corta de su categoría.

Las suspensiones

Las firma Kayaba. La horquilla invertida es la AOS-II, que permite hacer todas las regulaciones desde los tapones superiores y cuenta con cartuchos internos que separan el aire del aceite. El amortiguador también es regulable en tres vías y está acompañado de sistema progresivo Monocross.

El grupo óptico

El delantero está formado por dos grandes LED. Se fija a un pequeño semicarenado de diseño muy futurista y agresivo, que a su vez está anclado directamente al chasis, dejando la dirección libre de su peso, con el objetivo de acrecentar la sensación de agilidad del tren delantero.

La instrumentación

Es de tipo LCD. Desde la piña izquierda, se maneja el control de velocidad automático y el control de tracción, éste con tres niveles de actuación y desconectable. Los tres modos de motor se seleccionan desde la piña derecha.