Después de más de seis meses de negociaciones en los que se pretendió suavizar un ERE de más casi 260 despidos, de los 900 empleados que trabajan en la factoría, parece que tras el anuncio oficial del cese de fabricación de neumáticos la fábrica se quedaría con tan sólo 100 empleados. Habrá prejubilaciones y bajas incentivadas.
De este modo Pirelli podría dedicar sus instalaciones al reciclaje de neumáticos, a la producción de filtros de partículas, a la creación de un centro logístico que distribuyera productos por el sur de Europa y norte de África o incluso invertir en células fotovoltaicas. Pirelli culminaría así con un proceso de desinversión en nuestro país que se inició con la venta de las fábricas de Villanueva y Geltrú.