El síndrome compartimental es una de las dolencias más comunes en aquellas personas que suelen montar en moto muy habitualmente. De hecho, es muy común que los pilotos profesionales lo padezcan, ya que someten a un elevado estrés a sus antebrazos.
Este síndrome se produce en esta zona del cuerpo, la cual, suele ser de las más castigadas cuando se monta en moto con asiduidad, sobre todo cuando se rueda en circuito o cuando se realizan viajes largos.
Síntomas del síndrome compartimental
Cuando el antebrazo comienza a verse expuesto a un fuerte estrés, se siente una pérdida de fuerza, debilidad, hormigueo e incluso fuertes dolores en la musculatura. Lo peor de todo es que no se trata de un problema pasajero, sino que tenderá a ir a más en caso de no pasar un tiempo sin montar y con el brazo reposando.
¿Cómo se forma este síndrome?
Básicamente se podría explicar que en el antebrazo hay grupos musculares separados por compartimentos (anterior, dorsal y lateral), los cuales se envuelven en fascias, que vienen a ser una especie de fundas.
Cuando un motorista hace esfuerzo reiterado con el antebrazo, los grupos musculares se ensanchan de tal modo que la fascia debe adaptarse. Así que, cuando esta supera su límite de distensión, afecta al grupo muscular contiguo, provocando un intenso dolor. El músculo se dilata más que la fáscia, por lo que el músculo queda comprimido y se obstruye el riego sanguíneo del mismo, lo que puede llegar a provocar falta de sensibilidad, adormecimiento y pérdida de capacidad de prensión.
¿Fácil de detectar?
No se trata de un síndrome que se detecte fácilmente, al menos por parte de médicos que no están habituados a ver este tipo de lesiones. Hay que tener en cuenta que el brazo dolerá pero no se sabrá la razón. Por ello, hay que apuntar que se monta en moto asiduamente (o se escala, ya que es otra de las actividades que provocan esta lesión), de manera que el médico pueda realizar un diagnóstico adecuado.
(NdR: Conviene señalar que este problema afecta principalmente a pilotos de competición o usuarios que entran habitualmente con su moto en circuito a practicar una conducción deportiva. Pero es mucho más infrecuente en usuarios comunes simplemente porque en las vías públicas no se conduce como si fuera un circuito).
Tratamiento inicial
Como suele ocurrir en este tipo de lesiones, el primer tratamiento será el reposo, sesiones de fisioterapia y realización de estiramientos que ayuden a recuperar la zona y que el dolor disminuya considerablemente.
En caso de que esto no funcione (NdR: y siempre y cuando nos lo aconseje un médico especializado) habría de realizarse una cirugía que no implica un gran riesgo a priori. Para ello se realizan pequeñas incisiones en los puntos más idóneos de la fascia (generalmente la palmar o la dorsal). Una vez que se ha finalizado la operación, el paciente deberá guardar reposo y que los puntos cicatricen bien.
A continuación, tras haber pasado el tiempo estimado por el cirujano, podrá volver a su actividad habitual. Los resultados suelen ser buenos, con lo que el brazo funcionará a la perfección en un alto porcentaje de ocasiones. No obstante, si se tiende a sufrir el síndrome compartimental, lo más adecuado será realizar ejercicios de estiramiento que lo limiten y visitar de vez en cuando al fisioterapeuta para que ayude en esta labor y lleve a cabo sesiones de descarga de la musculatura que tiende a dañarse.
(NdR: en bastantes casos, los problemas en los antebrazos puede estar vinculados con una técnica de pilotaje incorrecta, un entrenamiento físico inadecuado o también por situaciones de estrés)
