No corren buenos tiempos en la industria española del motociclismo. Con algunas de las fábricas más importantes de la península ya cerradas y con GasGas recuperándose bajo el paraguas de Torrot, proyectos como el de Bultaco se han enfrentado a grandes dificultades desde el comienzo. Ahora, tras varios años de producción y desarrollo, la firma con sede en Madrid y fábrica en Cataluña, ha presentado un concurso de acreedores con una deuda importante que asciende a 11 millones de euros.
Hace cuatro años, Bultaco renacía en Londres en un evento en el que se presentaba dos motos 100% eléctricas que debían pisar las carreteras de medio mundo: las Bultaco Rapitán y Rapitán Sport. El proyecto se presentaba con el responsable y la tecnología de LGN Tech Design detrás y el ingeniero jefe de MotoCzysz, además de personal llegado de otras compañías eléctricas como Volta Motorbikes.
Pero de aquellas motos nunca más se supo y eso que debían entrar en producción en 2015 después de que la empresa alcanzara un acuerdo con el ayuntamiento de Montmeló para colocar allí su planta de ensamblaje, no muy lejos de la antigua fábrica de Derbi. En su lugar, Bultaco se concentró en el desarrollo de su concepto de “moto-bike", la Bultaco Brinco, una mezcla de moto y bicicleta impulsada por pedales y un motor eléctrico.
La idea era y es más que interesante y lograban ofrecer un producto preparado para cubrir las necesidades de los habitantes de las grandes ciudades en 2018, donde los vehículos eléctricos ligeros inundan las calles. El primer centenar de modelos, que se trataba de una máquina más potente capaz de llegar a 60 km/h pero que no era matriculable, entre otras cosas, por no contar con ningún tipo de iluminación, se utilizó para dar el impulso necesario a la fábrica.
Pese a haber vendido más de 1.200 unidades en 2017, la firma no ha podido continuar con su actividad y aunque renegociado nuevas condiciones para su deuda para seguir adelante hasta 2024, ha entrado en concurso de acreedores. Según informa La Vanguardia, uno de los principales problemas ha sido la falta de entendimiento entre sus inversores; una parte no estaba dispuesta a poner más capital y Black Toro sólo si entraba en la estructura Torrot.
Es difícil valorar si el concepto ha terminado de calar en el aficionado de las motos o en el de las bicicletas. En los últimos meses, la actividad de Bultaco en redes sociales era simbólica y se les podía ver promocionando la Brinco en distintos ámbitos, entregando unidades de la misma a policías locales o distintos cuerpos del ejército.
Esperamos, como en el caso de Alta Motors, que sólo sea una pausa temporal y dentro de poco puedan volver a la normalidad e intentar hacer realidad aquellas motos eléctricas.