Álex Rins: Saber que se puede

Píldoras 2018, capítulo 13: Álex Rins, quinto en el Mundial de MotoGP.

Nacho González

Álex Rins (Fotos: Gold & Goose)
Álex Rins (Fotos: Gold & Goose)

En la NBA se otorgan diversos premios al final de cada temporada. Algunos como los de mejor jugador, mejor defensor o ‘Rookie del año’ tienen su equivalencia en la gran mayoría de deportes, pero no todos. Uno que en los deportes no estadounidenses no existe es el llamado ‘Most Improved Player’, que se entrega al jugador que más ha mejorado respecto a la temporada anterior.

Si en MotoGP existiese tal galardón, a buen seguro hubiera recaído en Álex Rins. Su temporada de debut fue realmente decepcionante, debido en gran parte a las lesiones y al error de Suzuki en el desarrollo. El piloto español llegaba a una marca que había ganado una carrera el año anterior y tras un estreno prometedor en Qatar no volvió a puntuar en la primera mitad de año, donde apenas corrió cuatro carreras.

Ya había empezado con mal pie al lesionarse en su primer test en Valencia, y en Austin se fracturó radio y cúbito, lo retrasaba enormemente su progresión. En la segunda mitad de año empezó a atisbarse la mejoría y ya dio un avance de lo que iba a ser 2018 con un quinto puesto en Japón y un cuarto en Valencia para acabar 16º en la general.

Lógicamente, para su segunda temporada cabía esperar una notable mejoría, donde se consolidase como un piloto regular del top ten de MotoGP, que acortase la desventaja con su compañero Andrea Iannone e incluso que llegase a pelear por rascar un podio tras un año en blanco de Suzuki.

Álex Rins: Saber que se puede

Álex Rins: Saber que se puede

Lo que prácticamente nadie esperaba es el inmenso salto de calidad dado de un año a otro, superando ampliamente a Iannone para erigirse en el futuro de la marca y logrando hasta cinco podios para terminar el año en la quinta posición final, metiéndose en sólo su segundo año en la élite de MotoGP y sin haber cumplido los 23 hasta este mes de diciembre.

Nadie dudaba del potencial de Rins, pero sí hubo muchas voces críticas con su salto a MotoGP, que se amplificaron con su temporada 2017. Como sucede tantas veces, la tiranía del resultadismo y la fragilidad de la memoria llevaron a juzgarle por un año en el que casi todo salió al revés, olvidando su bagaje en las categorías anteriores.

La clave para abstraerse de todo eso y dar el salto de calidad de este año ha sido, como cantaba Diego Torres, “saber que se puede". Si hubo alguien que nunca dudó de Álex Rins fue Álex Rins. Consciente de su talento y confiado en que la marca de Hamamatsu volvería a encontrar el camino, el catalán aprovechó el caos de Argentina para colarse en el podio y, tras un inicio irregular con muchos ceros, se destapó en Assen terminando segundo en una de las carreras más igualadas de la historia de MotoGP.

Conseguida la velocidad faltaba la constancia, que ha conseguido en un último tercio de año para enmarcar, acabando las siete últimas carreras en el top 6, con un tercer puesto en Japón y sendos segundos en Malasia y Valencia para cerrar un año inolvidable. En 2019 buscará la victoria, porque ya sabe que se puede.

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