La nueva categoría eléctrica de MotoGP es una genialidad por parte de Dorna

Hay al menos cuatro razones para aplaudir la creación de la nueva FIM Moto-e World Cup.

Nacho González

La nueva categoría eléctrica de MotoGP es una genialidad por parte de Dorna
La nueva categoría eléctrica de MotoGP es una genialidad por parte de Dorna

Creo que ya toda la afición motera sabemos que MotoGP tendrá una categoría eléctrica. Que se llamará FIM Moto-e World Cup, llegará a partir de 2019 (presumiblemente con estreno a lo grande en el Gran Premio de España en Jerez), que será monomarca, que la marca elegida será la Energica italiana y que, a imagen y semejanza de la categoría reina, será Michelin quién calce las monturas con sus gomas.

También sabemos que Fonsi Nieto –que volverá al paddock como coach del Pramac- estará trabajando en su desarrollo, y que la idea es implicar a los equipos privados de MotoGP y algunos de Moto2 para que se suban al carro de los voltios sobre ruedas.

Evidentemente, como toda innovación que se ha llevado a cabo dentro del paddock mundialista, cuenta con detractores a puñados. Unos con razonamientos de carácter más general -reciclados de cuando hubo que decir adiós a las motos de dos tiempos- como la pérdida de esencia; y con otros argumentos un tanto más novedosos -por la singularidad del caso- como la carencia de sonido de las nuevas máquinas. Sea cual sea el tipo, toda crítica a la llegada de las motos eléctricas debe ser tomada como lícita.

Sin embargo, y dotando a la situación de una perspectiva global, son muchos más los motivos que nos inducen a afirmar que la creación de la FIM Moto-e World Cup dentro del Campeonato del Mundo de MotoGP es una auténtica genialidad de Dorna. Evidentemente, semejante afirmación ha de estar apoyada en un razonamiento lógico, así que vamos a ello.

Seguro que hay bastantes más; pero, de entrada, se me ocurren cuatro razones que hacen de la FIM Moto-e World Cup todo un acierto:

1) No se puede ir contra el futuro: Nos gusten más o nos gusten menos (en general nos gustan menos), las motos eléctricas ya están aquí. Son una realidad, y hay que dejarlo muy claro. Ya no son parte de un mundo de ciencia ficción futurista y cuasi apocalíptico, nos están empezando a rodear. No estamos hablando de que vayan a sustituir a las actuales de la noche a la mañana, pero más pronto que tarde van a empezar a convivir en nuestras calles, y eso es innegable.

Como es igualmente innegable que las grandes marcas se están subiendo al carro de la electricidad; conscientes de que, para asegurar su supervivencia y rentabilidad a medio y largo plazo, no pueden dedicarse a nadar a contracorriente del progreso. Por lo tanto, es lógico que Dorna también se haya tirado a la piscina para empezar a remar en la misma dirección.

2) Las barbas del vecino: Todos sabemos que MotoGP es la categoría hermana de la Fórmula 1… y la Fórmula 1 ha dejado escapar la oportunidad de situarse a la vanguardia eléctrica en el mundo del automovilismo. La creación de la Fórmula E les pilló a contrapié, y son muchas y grandes las marcas que están poniendo sus ojos en la categoría eléctrica. Ya están allí Renault, Jaguar o Audi, y pronto llegarán Mercedes y Porsche.

Ante este panorama, parece claro que Dorna ha visto cortar las barbas de sus vecinos de la Fórmula 1, y ha optado por poner las suyas en remojo sin más dilación, creando una categoría eléctrica para adelantarse al futuro antes de que alguien venga de fuera, cree un campeonato paralelo y les acabe quitando a las marcas, que a la postre son las que sustentan todo este tinglado.

Entendiéndose el Campeonato del Mundo de MotoGP como el producto estrella de una empresa (Dorna Sports), lo que ha hecho es sencillamente anticiparse a la posible y difusa competencia dentro del apartado de I D. En este sentido, hay que reconocer que la maniobra es brillante: ya es impensable que alguien intente algo similar desde fuera, porque partiría desde una posición de clara desventaja.

3) El sentido del monomarca: ¿Por qué hacer una categoría con todas las motos iguales? Es muy sencillo. La explicación encuentra su raíz en el estado de bisoñez en el que aún se encuentra la tecnología de las motos eléctricas. Basta con echar un vistazo a la experiencia piloto del TT Zero, la categoría eléctrica que lleva ya varios años disputándose en el Tourist Trophy de la Isla de Man.

Allí compiten diversas marcas y las diferencias entre unas y otras son enormes, lo que desde hace años reduce la victoria a un mano a mano entre los compañeros de la japonesa Mugen, a día de hoy muy superiores a otras como las fabricadas por la Universidad de Nottingham o las belgas Sarolea.

De ahí que, para garantizar el espectáculo desde la primera carrera, se antoja muchísimo mejor empezar con una copa monomarca y crecer a partir de ahí, ya habrá tiempo de implicar a más marcas cuando se pueda confiar en que tengan unos niveles similares de competitividad. Hasta entonces, mejor ver carreras emocionantes con más de una decena de pilotos luchando en igualdad de condiciones.

4) Más carreras, más diversión: Seguramente esta sea la mejor razón de las cuatro. Desde que empezó a atisbarse la llegada de la categoría eléctrica, una de las críticas más repetidas es la de que ‘van a cargarse MotoGP y nadie irá a ver las carreras’. La mayoría de las veces, esta crítica está enunciada desde la premisa de que la nueva categoría va a reemplazar a alguna de las ya existentes.

No, no va a ser así. Ni muchísimo menos. Estamos todavía lejísimos de que algo así suceda. En ningún caso la FIM Moto-e World Cup viene para restar, sino para sumar. Es decir, vamos a seguir teniendo las mismas carreras de las mismas categorías (MotoGP, Moto2 y Moto3 como fijas y la Red Bull Rookies Cup, Asia Talent Cup y la nueva British Talent Cup como añadidos); a las que se sumarán las carreras pertinentes de la nueva categoría. No reemplaza nada, se añade. Y eso es importante recalcarlo.

Quien, por unos muy respetables principios, se niegue a ver las carreras de la nueva categoría no perderá absolutamente nada de lo que tenía: tendrá exactamente el mismo espectáculo que tiene hasta ahora. El resto tendremos más carreras, o sea más diversión.