La cogí con muchas ganas porque ya llevaba años sin moto y necesitaba colmar mis ansias por rodar. La Honda CB600F Hornet era mi preferida. Ahora, con más de 100.000 kilómetros a mis espaldas y tras 9 años de disfrutar con ella, sé que no me equivoqué al elegirla.
Como sucede con cualquier otra, a esta Honda le conviene recibir un trato cuanto más dulce, mejor, ya que por ejemplo en kits de transmisión nunca llegué a superar los 20.000 kilómetros entre cambio y cambio; tengo algún amigo que le ha durado unos 50.000 kilómetros, pero yo solo he conseguido alargar el de serie hasta los 26.400 km. Por cierto, que al haber comprado la Honda CB600F Hornet de segunda mano, también elegí bien al comprador, ya que la moto estaba flamante y a la vista de lo que pude alargar el kit, queda claro que él también la cuidó tan bien como yo. A la vista estaba de todos modos.
Al contrario que muchos parias de por ahí, que lo único que quieren hacer es ruido «dando la nota», decidí no ponerle un escape, entre otras cosas porque el que lleva queda suficientemente bien, recogido y de aspecto limpio como para pensar en otro más «macarra»... Así que decidí ponerle un baúl en plan «declaración de intenciones». En realidad, el grueso de los kilómetros se han hecho por rutas «da miña terra». El resto han sido, muchos de ellos, por autovía para llegar cuanto antes a los GP de Valencia, Jerez o las carreras de La Bañeza, SBK de Cheste y Portimao, etc...
Pontevea, en A Coruña.
Pontevea, en A Coruña.
Descubriendo "el bosque animado".
Viajes «Non Stop»
Después de varios viajes largos y tediosos por autovías en plan «non stop», le monté una cúpula Puig y, al mismo tiempo, me hice con una bolsa sobredepósito con la que gané en penetración aerodinámica. Al menos, todas esas horas del tirón fueron un poco más soportables gracias a estos dos elementos.
Además de los Grandes Premios, también nos hicimos juntos en 2007 un viaje por el norte el Semana Santa. Más tarde se sumó a la «familia» otra Honda, unan Pan, por lo que ya los kilómetros cayeron algo más despacio que antes. Eso sí, cuando los 100.000 kilómetros se acercaron decidimos ir a los BMW days en Formigal.
Una de las cosas que tenía en mente fue cambiarle el manillar. El de serie me parecía un poco feo y pensé en uno dorado. Además monté un juego de puños y manetas de la misma marca. En total me gasté unos 600 euros recompensados por un cambio espectacular. ¡Mereció la pena! Otra de las cosas que también perseguí con el paso de los kilómetros fue la optimización de la horquilla. No es la invertida de la versión posterior, pero incluso esa también era algo blandita, por lo que imagínate la mía... Lo arreglé montando aceite y muelles Öhlins. Otra ganancia más. Por cierto, los retenes aguantaron hasta los 93.568 km.
En cuanto al motor, decidí hacer los cambios de aceite y filtro aproximadamente cada 10.000 kilómetros, excepto a los 42.000 km que apenas hice 3.000 km y no recuerdo muy bien por qué lo hice tan pronto. Eso sí, fue mi primer cambio de los siguientes que le hice hasta los 70.000 km. En ese intervalo ya no la llevaba al taller para eso. Sí lo hice después, además de cambiar el embrague, que sin acabar su vida útil decidí reemplazarlo a los 91.762 km junto con el cable del acelerador; este sí se rompió.
Descubriendo "el bosque animado".
Han sido muchos ríos los visitados por la Honda CB600F Hornet.
Los cilindros hubo de rectificarlos a los 80.000 kilómetros, y un poco antes cambié la cadena de distribución. Con las impurezas del rectificado también decidí hacer una renovación de aceite y filtro 2.000 kilómetros más tarde.
Alguna que otra decisión tomada fue errónea, sobre todo en cuanto a la elección de taller. No debí cambiar tanto... a veces provocado por un orgullo mal entendido. Es probable que precisamente por esto me haya gastado más dinero del que debiera, pero de lo que también estoy convencido es del innumerable listado de satisfacciones que ha provocado esta moto en mí.
Mira, al final todo no puede basarse en el dinero, y si fuera así... me ha compensado con creces. ¿Qué es el dinero comparado con la sensación que vivo cada día al subirme a ella? Es el mejor remedio de los que conozco contra los sinsabores de la vida. A sus mandos no existen problemas, solo felicidad.
Han sido muchos ríos los visitados por la Honda CB600F Hornet.