Ducati sorprendió al mundo en 2011 con la puesta en escena de la Diavel, un modelo que aportó interesantes innovaciones al mundo de la moto. Aparte de por su estilo impactante y musculoso, la primera Diavel nos impresionó por sus prestaciones y efectividad. Con 162 CV declarados, la sensación de empuje que transmitía desde salida en parado era poco habitual y también su comportamiento no defraudaba en absoluto de acuerdo a sus particulares características técnicas. A pesar de los 28º de lanzamiento de su horquilla, los 1.580 mm de distancia entre ejes, los 240 mm de anchura del neumático trasero o los más de 240 kg en orden de marcha, Ducati consiguió hacer una moto rápida y divertida, capaz de alcanzar los 250m km/h de velocidad máxima. Como la firma boloñesa quiso advertir al escoger la denominación Diavel, se trataba de una moto en cierta medida “diabólica", pero que tampoco asustaba gracias a una electrónica muy completa y a unos componentes que, incluso en la versión más sencilla, eran de una calidad elevada.
Además de una serie de detalles poco convencionales, entonces se dijo que la Diavel era una moto que en sí misma incorporaba hasta tres conceptos distintos muy bien combinados. Por motor o componentes de la parte ciclo se asemejaba a una superbike. También por el diseño de su frontal y de la línea superior de su carrocería, con un depósito “jorobado", recordaba a una naked. De hecho, mientras se diseñaba en la fábrica de Bolonian muchos de los implicados en el proyecto la llamaban “megamonster". Y por último, se asemejaba a una custom en el lanzamiento de la horquilla, la distancia entre ejes, el asiento bajo y retrasado, o la considerable anchura del manillar. Además, la primera Diavel también destacaba por la elevada calidad de sus acabados y por una serie de detalles originales como el asa para el pasajero escamoteable o los soportes plegables de los estribos traseros. También incorporaba una electrónica muy completa y tecnología LED en gran parte de su alumbrado, aspectos que en 2011 todavía no eran muy comunes.
Totalmente nueva
Durante sus ocho años de vida la Diavel de 1.198 cc se había mantenido en el mercado sin grandes cambios. Solo había recibido unos ligeros retoques en 2015, por lo que Ducati ha considerado que era el momento de renovarla en profundidad y así ha obrado. Tras la X-Diavel y la mayor de la saga Multistrada, la nueva Diavel es el tercer modelo del catálogo de Ducati que incorpora el último Testastretta DVT con distribución variable y 1.262 cc, el bicilíndrico más agradable de todos los fabricados por la firma boloñesa y que anuncia 159 CV a 9.500 rpm. Además, los cambios han ido mucho más allá del motor y se puede decir que la Diavel 1260, aunque mantiene el estilo y las características más significativas del modelo, es una moto totalmente nueva.
La nueva Diavel 1260 cambia por completo con respecto a la versión anterior
Por tanto, la parte ciclo se ha reformado por completo. Siguiendo la tendencia de los últimos modelos de la marca italiana, el nuevo chasis tubular es considerablemente más corto y el basculante monobrazo más largo. El sistema de suspensión del eje trasero se ha modificado por completo y el monoamortiguador junto a su sistema de bieletas se ha colocado por encima del basculante. Además, el motor es una parte vital de la parte ciclo y hace de nexo de unión entre chasis, subchasis y basculante. En el tren delantero se mantienen las características principales, pero el grado de lanzamiento de la horquilla se ha cerrado de 28 a 27º. Aun así, la distancia entre ejes se ha prolongado hasta 1.600 mm. Gracias a la nueva geometría y al mejor centrado de las masas, Ducati anuncia haber creado un conjunto más ágil y rápido de reacciones.
Los soportes de los estribos traseros ya no son plegables y ahora se anclan a las placas laterales del chasis en las que pivota el eje del basculante. Así la parte trasera es más estilizada con un asiento de dos alturas de aspecto más ligero, pero que sigue siendo el gran protagonista de la zaga al ser el único elemento de esa zona, pues el soporte de la matricula se ancla al monobrazo. La verdad es que desde el punto de vista estético la Diavel 1260 es una moto muy original, destacando también por las dos grandes tomas de aire situadas a ambos lados de la parte delantera y por una quilla muy envolvente. Otra novedad importante se encuentra en el nuevo sistema de escape que cuenta con un silenciador más corto que deja la rueda trasera totalmente a la vista por el lado derecho y cuyos colectores ya no tienen un protagonismo tan elevado como en la versión anterior al no estar tan a la vista.
Además del sistema de distribución variable de su motor, la Diavel 1260 incorpora una electrónica de última generación con plataforma inercial Bosch 6D
En el apartado electrónico también se ha producido avances y además de tres modos de conducción (Sport, Touring y Urban), incluye IMU 6D de Bosch que ha permitido incorporar un sistema de control de tracción más avanzado y un ABS con asistencia en curva. También cuenta con controles anticaballito y de salida, así como control de velocidad automático.
Mismo escenario
Ducati eligió Marbella para presentar la Diavel “1200" en 2011 y para la primera prueba de la nueva Diavel 1260 ha repetido escenario con una bonita ruta por la localidad de Ronda y su serranía, famosa, entre otras cosas, por sus buenas y reviradas carreteras. Además, el fabricante italiano ha preferido que en la presentación internacional esté solo la variante “S" que se distingue por incluir suspensiones multirregulables Öhlins, pinzas de freno Brembo M50, llantas de aluminio fundido y mecanizado, “quick shift up&down" y luz de visión diurna, además de sistema Ducati multimedia y un tapizado de asiento más lujoso. Con todo esto su precio se ha fijado en 23.590 euros, superando en 3.200 euros al de la variante normal.
La Diavel S se distingue de la versión nomal por montar suspensiones Öhlins y pinzas Brembo M50, además de otros detalles de mayor calidad
A pesar de ser una moto nueva y de haber sido remodelada en su totalidad, la primera impresión que te produce al encontrarte con ella es que su diseño sigue siendo Diavel cien por cien. Sin embargo, como Ducati nos ha advertido en la conferencia de prensa previa a la toma de contacto, ahora es más naked y menos custom, aunque mantenga el “gomón" trasero de 240 mm y la posición de conducción retrasada. Al ponerte por primera vez a sus mandos, lo primero que percibes es que es espaciosa y que su asiento se separa poco del suelo, permitiéndote llegar fácilmente con los dos pies. Además, es una moto en la que tienen cabida tanto pilotos con una altura por encima de la media, como los que se encuentran por debajo. Los estribos están situados en una posición centrada, por lo que las piernas no hay que flexionarlas más de la cuenta. También los puños de su ancho manillar están un tanto retrasados, así no tenemos que estirar nuestros brazos en exceso para agarrarnos a ellos, aunque sí es cierto que al hacerlo tenemos la sensación de abrazar su largo depósito. Por otro lado, gracias a las formas del cómodo asiento, con dos alturas perfectamente diferenciadas, también nos sentimos integrados en el masivo cuerpo de esta nueva Diavel.
Al poner su motor en marcha, enseguida nos queda claro que es un bicilíndrico de origen Ducati, con una respuesta muy contundente desde apenas 2.500 rpm, pero también es cierto que su rumorosidad mecánica está por debajo de la de otros motores con el mismo origen, al igual que las vibraciones que nos transmite. La caja de cambios funciona con suma corrección y rapidez, con un recorrido de palanca corto y un accionamiento apenas costoso. Si es cierto que la operación de engranar primera es un poco ruidosa, pero a partir de ahí su accionamiento es muy correcto, con un “quick shifter" que facilita las operaciones en ambos sentidos y que en al subir marchas funciona mejor cuanto mayor es el régimen de giro del bicilíndrico, algo normal en este tipo de sistemas. El Testastretta DVT no mejora excesivamente los valores máximos, pero si está más lleno en “bajos" y “medios", con una curva de par mucho más plana y sin apenas altibajos, especialmente entre 3.500 y 6.500 rpm. Así funciona de un modo muy regular y suave, y apenas “cocea" en recuperaciones en marchas largas desde bajas revoluciones. De esta manera la conducción es más sencilla y relajada al circular a ritmos tranquilos, y luego se vuelve más excitante al exprimirlo, incluso al hacerlo girar por encima de 10.000 rpm. La verdad es que es un motor muy completo, generoso en par y en potencia, y por tanto, en respuesta.
Particular, pero efectiva
Debido a los 244 kg que anuncia con gasolina y a los citados 1.600 mm de distancia entre ejes, no hay duda que además de por su aspecto, también es una moto que impone por sus cifras. Sin embargo, nuestra forma de verla cambia tras un pequeño periodo de adaptación. Al principio parece que no es fácil meterla en las curvas y que muestra cierta querencia a levantarse, pero una vez que la acompañamos debidamente con el peso de nuestro cuerpo y de que realizamos los movimientos con cierta anticipación, la verdad es que sorprende por el ritmo alegre que permite mantener.
El largo basculante monobrazo, junto al ancho neumático trasero y al buen funcionamiento del DTC Evo, consiguen que la tracción a la salida de las curvas sea uno de los aspectos más sobresalientes y atractivos de esta Ducati. Además, debido a la longitud del conjunto y al gran aplomo frontal, resulta muy difícil que la rueda delantera se despegue del asfalto a no ser que desconectes algunas de las ayudas electrónicas y que fuerces la maniobra. La verdad es que es un placer acelerar con tantas ganas y con tanta seguridad. Quizá los curvones muy rápidos hay que acometerlos con cierta prudencia, porque es una moto que corre mucho y que pesa “un poco", y pueden producirse algunas reacciones indeseadas ante imprevistos como badenes o cambios de asfalto. Sin embargo, también hay que destacar la buena capacidad de absorción de las suspensiones y el buen hacer de su equipo de frenos. Por otro lado, aunque la altura libre no es excesiva, también es cierto que para que los estribos lleguen a rozar hay que aplicarse un poco más de lo normal y si practicamos una conducción fluida y sin brusquedades, no nos llevaremos sobresaltos.
A los mandos de la Diavel es un placer acelerar con tantas ganas y con tanta seguridad.
Conclusión
Sin lugar a dudas la Diavel 1260 S es una moto impactante como pocas. Tiene muchos detalles exclusivos que impresionan al contemplarla y su estética musculosa tampoco pasa inadvertida. Sin embargo, cuando te pones a sus mandos sorprende por su facilidad de conducción siempre que tengamos en cuenta que su peso en orden de marcha se acerca a los 250 kg y que su capacidad de aceleración es impresionante. La calidad de los componentes y la electrónica de última generación que incorpora son una garantía en todo momento y contribuyen a que la sensación de control sea muy elevada. Además de por rendimiento, también sorprende por su efectividad en zonas de curvas, teniendo en cuenta su generosa longitud y los 240 mm de anchura del neumático trasero.