Kawasaki Z900, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

La nueva Kawasaki Z900 viene a ocupar varios frentes abiertos por hermanas de sangre, con diferentes motores y configuraciones, sí, pero un único fin: hacerte feliz cuando la pones en marcha y metes primera…

Luis López Lozano

Kawasaki Z900, prueba, ficha técnica y primeras impresiones
Kawasaki Z900, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Sabía que esta Kawasaki me iba a gustar, pero tanto… Cuando apareció en los salones me recordaba más a una versión descafeinada de la Z1000 que una Sugomi “con todas las letras”, ¿o tal vez era una Z800 “inflada” hasta más allá de 900 cc? Sea como fuere, me dejó un tanto perplejo, y hasta que no me he subido a ella y la he probado por carreteras almerienses, no he llegado a entender su concepto del todo. Lo mejor, o peor según se mire, de este galimatías es que me he quedado prendado por sus cualidades, que por supuesto no se conforman con la mera estética, donde por cierto sigue un patrón claramente inspirado en el concepto Sugomi japonés, pero no llega a ser tan radical como el expresado en la Z1000, sino que sigue más bien la tendencia de las nuevas Z y Ninja 650 con líneas agresivas, sin duda, pero con ciertas concesiones a esas curvas que convierten la posición de conducción en un punto más a favor para pensar en ellas. Pongámonos en marcha y veamos qué sucede a sus mandos.

 

La Kawasaki Z900 en acción

Nada más “instalarte” en la Z900 descubres que la altura del asiento es mínima. Los dos pies llegan perfectamente al suelo y la estrechez del conjunto “asiento y depósito” es la suficiente como para no arquear demasiado las piernas; o dicho con otras palabras, se trata de una moto perfecta, ya de entrada, para los pilotos más cortos de talla. Pero no solo es ese el objetivo de esta Kawasaki, sino que pretende obtener gran parte de su público entre los pilotos con una mínima experiencia desenvolviéndose en motos de cilindrada respetable, además de rescatar a los expertos que buscan en ella una herramienta útil no solo para moverse a diario, sino también para divertirse “a pleno pulmón”. Parece ambiciosa, a priori, esta Z900.

Así, con el “target” bien claro y con los brazos abiertos, nos recibe encantada. Al primer toque de botón el tetracilíndrico comienza a ronronear moviendo con algo de pereza el motor de arranque. Nada nuevo entre las Kawa de su estirpe. Sin embargo, algo nos llama la atención, y es precisamente su sonido, apagado en cierto modo, pero ronco de admisión, como “cabreado”… Y es que en Kawasaki han trabajado para dotar a esta moto de un sonido muy particular, modificando los conductos de la caja del filtro para dotar de personalidad propia a una moto que ya solo le queda tener nombre y apellidos para ser única. El nuevo embrague antirrebote ofrece un tacto muy suave. Apenas necesitas aplicar fuerza sobre la maneta izquierda para accionarlo. Esta, junto con los espejos o las piñas de mandos, provienen de generaciones precedentes. En realidad, son correctas y siguen cumpliendo con su cometido, que es otro que estar a tu servicio sin grandes alharacas.

El nuevo embrague antirrebote ofrece un tacto muy suave

Al engranar primera el típico “clonk” apenas se deja notar, mientras que todo fluye con más suavidad de la que esperaba intentando recordar mis experiencias a los mandos de la Z1000. Pero como te digo, no es ni la supernaked de litro ni mucho menos la anterior Z800 a la supera con creces en todo, sino que se sitúa en una especie de término medio donde, si he de serte sincero, se “arrima” más a la mil que a la ya extinta 800. Ya en marcha y después de comprobar los enormes bajos de este motor, asistido por una relación de cambio muy cerrada entre primera y quinta, poco a poco te sientes abducido por su sonido y buen hacer general. El tacto de los frenos es extraordinario a baja velocidad, con una progresividad que se agradece en conducción urbana. Las suspensiones filtran de forma correcta lo que pasa por encima de su nueva pareja de llantas de brazos desdoblados. El ajuste de serie es, una vez más, la mejor opción para unos y otros, ya ruedes tranquilo o apretando el ritmo entre curvas. Llegado este momento, tal vez el corto desarrollo y las ganas de acelerar de esta Z900 te mueva  a endurecer un tanto el amortiguador, ahora dispuesto en posición horizontal al estilo de la 650. La verdad es que con lo resbaladizo del firme que hemos pisado y la temperatura más bien baja, el agarre no ha sido precisamente el mejor aliado de esta nueva Kawasaki en los divertidísimos tramos de montaña por los que hemos rodado, pero sin lugar a dudas promete lo mejor en condiciones más favorables.

Kawasaki Z900: agresiva versatilidad

Sus genes mandan, nos invitan a salir a rodar con ella para disfrutar de su par motor, sus ganas de acelerar o la facilidad con la que cambia de dirección aplicándote sobre el manillar o, simplemente, dejando resbalar el trasero de un lado a otro del asiento. Es tan compacto que a poco que te muevas sobre él ya estarás tirando de la moto hacia dentro. Una vez más, y esto sí que recuerda a la Z1000, el tacto de gas resulta muy directo en el proceso de apertura, especialmente en marchas cortas; no llega a ser tosco, pero es sin duda parte del ADN  no de esta moto, sino de la familia al completo. ¡Qué sería de una Kawasaki sin esa forma de empujar desde el primer giro del puño derecho!

Los ajustes de serie de las suspensiones son, una vez más, la mejor opción para unos y otros

En contra de lo que puedas pensar, sobre todo si tienes en mente la cercanía de esta Z900 respecto a la Z1000, no se trata de una moto eminentemente agresiva, sino que es capaz de aglutinar un público más amplio que el típico “quemado de fin de semana”. Aunque en la conferencia de prensa nos recalcaron este punto en particular, no es precisamente algo de lo que te fíes hasta comprobarlo por ti mismo… y lo cierto es que así es. Lo agradable de motor, cuyo empuje resultará tan agresivo o dócil en función de la rapidez con la que gires el mando del gas, junto con una agilidad excelente, frenos potentes y fáciles de dosificar, así como mejores dotes para girar en un palmo de terreno respecto a la anterior Z800 o la propia Z1000, convierten a la nueva Z900 en una moto tan versátil como la 650, pero bastante más divertida de pilotar y con mucha más “chicha” por exprimir. Desde luego, si tu carnet no está limitado y te gusta pilotar con un manillar ancho entre manos y “poderío bajo el trasero”, esta Z900 es tan agradable como agresiva, tan versátil como “guerrera”…  Sus múltiples caras encierran un único fin: que seas feliz montando en moto. Conmigo lo ha conseguido.

Lo mejor:
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    Motor elástico y potente

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    Ergonomía razonable

Mejorable:
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    Sin asistencia electrónica (ABS aparte)

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    Trato al pasajero