Coincidiendo con la celebración de su 95º aniversario, Moto Guzzi nos ha invitado a probar la nueva MGX-21 Flying Fortress, el modelo de serie más espectacular y caro de todos los fabricados por la marca de Mandello del Lario.
Hemos viajado hasta Milán para encontrarnos con la «Fortaleza Volante» fabricada por Moto Guzzi sobre la base de la California 1400. La que ha sido bautizada como MGX-21 Flying Fortress es una cruiser de tipo bagger muy poco convencional, que destaca por montar una llanta delantera de 21” de diámetro y por incluir detalles deportivos, como gran parte de su carrocería realizada en exclusiva fibra de carbono, y componentes como las tapas de las culatas y las pinzas de freno «radiales» pintadas en rojo. Además, como sus hermanas de saga, incluye una electrónica muy completa, con tres modos de motor, control de tracción con tres niveles de actuación y desconectable, junto con control automático de velocidad. Y como novedad en la familia California, de serie incorpora un sistema de audio estéreo con 25W por canal, acompañado de Bluetooth, además del sistema MG-MP, una plataforma multimedia que funciona en conexión con Smartphone de iPhone y Android, que los convierte en un sofisticado ordenador de a bordo.
Como buena bagger, cuenta con maletas de serie, cuya capacidad no es excesiva, pero si es cierto que cada una puede dar cabida a un casco abierto y algo más. Sus tapas son de fibra de carbono, al igual que los laterales de la aleta trasera, las tapas laterales del depósito, la quilla, la aleta delantera y una tapas que visten en parte la llanta anterior. Luego en opción existen más piezas que pueden hacer que la carrocería de esta Moto Guzzi sea de fibra de carbono al completo, pudiendo incluso sustituir el módulo del asiento del pasajero, bien por una parrilla portabultos, o bien por una tapa que la convierte en monoplaza, ambas realizadas en la preciada fibra negra. La verdad es que la MGX-21 es la más vanguardista de su categoría y pretende rebajar la media de edad de los usuarios de bagger, un segmento que acapara un gran número de ventas, especialmente en Estados Unidos, país en el que se venden más motos con diferencia. Desde la llegada de las V7 y las California 1400, en Moto Guzzi consideran que han comenzado una nueva etapa en su dilatada historia, y gracias a ella están teniendo una importante penetración en los mercados más importantes del mundo, captando nuevos y jóvenes clientes, algo muy importante hoy en día.
Exclusiva
La MGX-21 Flying Fortress es la quinta variante de la saga de grandes cruiser de Moto Guzzi. Además, es la más exclusiva de todas y ello queda reflejado en los 25.599 euros que cuesta, un precio que supera en más de 4.000 euros al de la California 1400 Touring SE, la que hasta ahora era la más cara de la familia.
El motor de 1.380 cc que la empuja no anuncia modificaciones con respecto a los de sus hermanas. También declara 97 CV a 6.500 rpm y 121 Nm a 3.000 rpm. Se trata de una gran bicilíndrico con refrigeración por aire y la configuración típica de Moto Guzzi, con la V de sus cilindros transversal al sentido de la marcha, embrague monodisco en seco y transmisión secundaria por cardan como rasgos generales.
Una vez arrancado, la disposición longitudinal del cigüeñal hace que la moto se balancee hacia los lados al acelerar en vacío y sus palpitaciones nos llegan claramente a través del asiento y del manillar. Engranar primera es una operación rumorosa, pero una vez que las ruedas comienzan a girar, la suavidad va aumentando a medida que incrementamos el ritmo. El acelerador se acciona sin esfuerzo y la maneta del embrague también se presiona sin realizar mucha fuerza. La verdad es que la forma de rodar de esta italiana diseñada en California es muy placentera y mantener cruceros legales por vías rápidas es relajante, gracias a una posición de conducción natural y a la considerable protección que nos brinda su gran semicarenado superior. El asiento es amplio y confortable, y la ubicación de los estribos hace que nuestras piernas se mantengan en una posición lógica, con las rodillas suficientemente alejadas de los cilindros. De este modo, se puede decir que el confort de marcha es sobresaliente, como no podía ser de otra forma en una moto destinada a recorrer largas distancias a ritmos sosegados.
Mucha materia prima
Con 341 kilos declarados con los 20,5 litros que caben en su depósito, está claro que la Flying Fortress no es una moto precisamente ligera. Aunque en parado se llega bien con las plantas de los dos pies al suelo, conviene siempre contar con la ayuda del motor para efectuar maniobras a baja velocidad. La llanta delantera de 21” y el peso añadido que suponen el gran semicarenado, la instrumentación y el equipo de sonido a la dirección (próximo a los 20 kg. En total, nos «recomiendan» maniobrar con cierta premeditación y dejar la espontaneidad para otras ocasiones. Para facilitarnos las cosas y evitar que la dirección se cierre más de lo deseado al manejarnos en espacios pequeños, la MGX-21 incorpora un curioso amortiguador bajo la tija que endurece la dirección progresivamente al girarla hacia los lados. Y la verdad es que se nota su efecto, ayudándonos también a mantener el equilibrio cuando circulamos muy despacio con los pies en los estribos.
Al aumentar el ritmo y encontrarnos con las primeras curvas conviene hacer las tareas con anticipación y acostumbrarse a las particularidades del tren delantero. Para una moto de su peso, la verdad es que no es especialmente lenta y permite ciertas alegrías e inclinar con decisión sin que los estribos lleguen a rozar con facilidad. También el tren delantero demuestra robustez cuando apretamos el ritmo, con una horquilla que trabaja bien y un equipo de frenos que sorprende por su potencia y que no se deja amedrentar por las importantes inercias que puede llegar a generar esta «Fortaleza Volante». Hay que recordar, que estamos hablando de una cruiser muy especial, que puede alcanzar los 200 km/h reales y bajar de los 14 segundos en los 0-400 m.
Aunque permite discurrir por todo tipo de carreteras, esta Moto Guzzi prefiere circular por vías espaciosas y con buen asfalto. Si se dan estas condiciones, sorprende por su gran aplomo en curvones rápidos y por la seguridad que nos transmite cuando aprovechamos sus generosas prestaciones. No hay duda que la MGX-21 Flying Fortress es una bagger especial.