Para la presentación internacional de este nuevo y nostálgico modelo, fuimos invitados a la ciudad de Varese y nos alojamos en uno de los hoteles que fueron el epicentro de aquella edición de los Seis Días, pero ahí no acaba la cosa; la marca preparó un precioso recorrido que coincidía exactamente con uno de los tramos que realizaron en su día los participantes de esta importantísima cita internacional.
Y es que esta Vespa Sei Giorni tiene un claro carácter deportivo, partiendo de la base técnica de la GTS 300, monta el motor más potente y moderno de la gama, un monocilíndrico de 278cc con inyección electrónica, 4 tiempos y 4 válvulas, refrigerado por agua que ofrece una potencia de 21,2 CV a 7.750 rpm y un par de 22Nm a 5.000rpm. Aunque la Vespa es un modelo eminentemente urbano, con una salida fulgurante desde parado, el comportamiento en carretera es francamente sorprendente.
Es cierto que su velocidad máxima real estará en torno a los 120Km/h, pero es que, legalmente, no se puede correr más. Moviéndote en esos límites, la Sei Giorni se mueve como pez en el agua y llegas a olvidarte de que llevas un scooter con ruedas de 12 pulgadas. La agilidad es uno de sus puntos fuertes gracias a la corta distancia entre ejes y a los no más de 150 Kg de peso, como así pudimos comprobar durante el revirado recorrido que hicimos y que, como ya he mencionado anteriormente, era un tramo de los Seis Días de 1951.
Su velocidad máxima real está en torno a 120 km/h, pero es que no se puede correr más.
Afortunadamente para nosotros, la carretera estaba totalmente asfaltada, al contrario de cuando se corrió la carrera de regularidad, por lo que me atrevería a afirmar que nuestro disfrute sobre la Sei Giorni ha sido directamente proporcional al sufrimiento de los pilotos que completaron semejante hazaña. La suavidad de sus mandos y la ausencia de vibraciones hace que pilotar esta Vespa sea todo un placer para los sentidos, concentrándote en buscar la línea óptima de trazada cuando vas en “modo race” (podréis pensar que se me ha ido la pinza diciendo estas cosas de un scooter; lástima que no tengamos el documento gráfico de lo “enchufados” que fuimos tras el guía italiano que, de no ser por su juventud, hubiera jurado que era uno de los que consiguió la medalla en el 51).
El equipo de diseño de Piaggio ha realizado un gran trabajo consiguiendo una estética muy acertada, con gran cantidad de detalles que acercan este scooter de última generación al look de la homenajeada Vespa 125 de 1951, como la óptica delantera situada sobre el guardabarros, el manillar de tubo de una sola pieza, las piñas retro, el cuadro de mandos que conjuga el look retro con tecnología moderna, o la pintura de color verde “ascensor”, rematada con unos porta números en negro réplica de los que llevaba la Squadra Corse.
Aunque el asiento es monoplaza, está homologado para piloto y pasajero, quien encontrará los reposapiés escamoteables muy bien camuflados en la carrocería. La inscripción Sei Giorni está presente tanto en la carrocería, como grabada en unas bonitas llantas negras de 12 pulgadas y en la placa que lleva la numeración de esta edición limitada.
Son varios los accesorios que Piaggio dispone para este modelo, como un kit perimetral cromado, un sillín más clásico con configuración “biposto”, una cúpula alta, un baúl trasero o el navegador GPS Tom Tom Vio edición especial para el Grupo Piaggio y un casco con la misma decoración de la moto, sin faltar la funda para el mismo, la gorra y la camiseta a juego. Además, entre los accesorios más característicos y de la más alta tecnología figura la Plataforma Multimedia Vespa, que permite comunicar nuestro smartphone con la Vespa para obtener un auténtico y sofisticado ordenador de abordo multifunción.