Naked utilitarias de media cilindrada. “Street-fighters” de carácter deportivo. Grandes maxi-trail de orientación asfáltica. Modelos GT para los amantes de las rutas largas. Clásicas de 1000 cc con prestaciones de última generación para alegres paseos por la montaña. Modelos polivalentes primero para el día a día, luego para la escapada de fin de semana y también para el ocio vacacional…
El segmento de las motos sport-touring es tan amplio que acepta monturas de todos los tipos, pesos, tamaños, potencias, marcas… Y cuyo uso, además, puede ser tan variopinto que exige a los neumáticos unas capacidades prácticamente multiuso: confort, agarre, agilidad, estabilidad, durabilidad, confianza en mojado… Algo bien conocido por el especialista Bridgestone, que busca conquistar el liderazgo de este competido segmento, en el que todos los fabricantes de motos tiene uno o varios modelos para satisfacer la demandas de miles de usuarios, con el lanzamiento de los nuevos Battlax Sport-Touring T32 y T32GT.
El fabricante japonés busca repetir el éxito que han tenido los Battlax S22, el modelo deportivo con más éxito en su categoría según la propia marca. Por esa razón, los T32 aspiran a convertirse en la referencia entre los neumáticos Sport Touring. Su lanzamiento llega apenas tres años después de la puesta en escena de sus antecesores, los Battlax T31, que no quedan reemplazados por las nuevas gomas, sino que los “te treintaidós” se sitúan ahora como la opción más avanzada (en una gama que todavía contempla los clásicos BT-023 y los BT46).
Nueva tecnología “Pulse Groove”
El objetivo de Bridgestone ha sido mantener el conocido carácter lineal y la gran agilidad de sus gomas sport-turismo al tiempo que se incrementa el feeling y el nivel de agarre, especialmente en condiciones de mojado. Para ello, se ha recurrido a tecnologías ya vistas en otros neumáticos de la firma japonesa y también se han desarrollado nuevas soluciones.
Una de las grandes novedades es el “Pulse Groove”, que consiste en un diseño de la banda de rodadura con surcos ondulados, en lugar del clásico corte rectilíneo. Estos surcos, que estéticamente parecen simular -por ejemplo- las ondulaciones de las orillas de un rio natural, buscan precisamente optimizar la canalización y el drenaje del agua mediante un fluir más eficiente, habiendo tenido en cuenta además la deformación de la zona del neumático que apoya en el suelo. Los surcos con forma de pulso están respaldados además por los pequeños deflectores añadidos dentro de los propios surcos, para dividir la corriente del líquido y evitar el “embotellamiento” por concentrarse el caudal en un solo punto.
La tecnología Pulse Groove permite reducir la distancia de frenado en un 7 % sobre suelo mojado
Estos nuevos surcos no solo son especiales por su diseño, sino también por su posición, su distribución y por su mayor profusión, al haberse incrementado el porcentaje de dibujo sobre la banda de rodadura en ambos neumáticos: el delantero, en un 3 %, y el trasero, en un 6 % (comparados con los T31). Porque hay que tener en cuenta que el dibujo de un neumático no solo afecta a su capacidad de evacuación de agua, sino que también condiciona la forma en la que la goma se deforma al apoyar en el asfalto.
En el caso de los T32, el “Pulse Groove” produce un incremento de la huella tanto en la zona central como en los hombros de los dos neumáticos. Esto se traduce en un rendimiento en mojado claramente superior: la distancia de frenado sobre suelo mojado se ha reducido en un 7 % y también se ha reducido notablemente la pérdida de adherencia de la rueda trasera al acelerar (derrapa más tarde y con menos intensidad).
Pero la mejora en prestaciones se traslada también a condiciones de seco, pues la distribución del dibujo permite a la banda de rodadura amoldarse al asfalto de tal forma que se ha aumentado la superficie de contacto en ambas ruedas (hasta en un 13 %, en la trasera). Un incremento verificado por Bridgestone gracia a su patentada tecnología Ultimat Eye, un sistema de adquisición de datos que permite identificar y estudiar la huella que el neumático deja sobre el asfalto.
En el caso del neumático delantero, las mediciones indican que la huella de contacto es de tamaño similar al del T31, pero aumenta la proporción de la zona de óptimo agarre y disminuyen las zonas de bajo agarre-
Bridgestone también afirma haber mantenido el alto nivel de durabilidad del T31 en el Battlax T32, así como su comportamiento lineal y predecible en curva, gracias al revisado contorno de la banda de rodadura, que ahora es más redondeado y uniforme, como se aprecia a simple vista.
Doble compuesto
Como antes apuntábamos, los Battlax T32 adoptan otras soluciones ya contrastadas en el resto de neumáticos para motos de Bridgestone. Es el caso de la tecnología 3LC CAP & Base, que permite al neumático trasero disponer de una goma de doble compuesto, con unos laterales más blandos para optimizar el agarre en curva y una zona central más firme, que aporta estabilidad a alta velocidad y mayor durabilidad. Además, esta zona de goma dura se extiende hacia los costados, bajo la goma blanda, para añadir soporte a ésta. El neumático delantero, por su parte, recurre a una goma de un solo compuesto.
Ambos neumáticos emplean otras tecnologías patentadas por Bridgestone como una goma en compuesto de polímero RC, con Silica Rich (compuesto especial a base de sílice) y Nano Pro Tech (tratamiento de la goma en la banda de rodadura) así como una carcasa con estructura MS Belt (formada por un hilo continuo en espiral) y la tecnología HTSPC (filamentos de acero en espiral).
Battlax Sport Touring T32GT
El asalto al segmento de los neumáticos de sport-turismo es doble por parte de Bridgestone, ya que los nuevos T32 “estándar” llegan acompañados de su correspondiente versión T32GT que, como su propio nombre indica, está especialmente enfocada a modelos “sport-touring” de alta cilindrada y generoso tamaño.
Los T32GT adoptan también el sistema “Pulse Groove” en el exterior para incrementar el porcentaje de dibujo sobre la banda de rodadura, con el fin de mejorar el rendimiento en mojado, y un nuevo diseño que permite incrementar la vida útil en un 10 % frente al T31GT. La deferencia entre el T32 “estándar” y el T32GT va más allá de la dureza de la goma exterior, pues el segundo emplea una carcasa específica, con diferente entrelazado de las capas de hilo metálico y la inclusión de fibras de aramida para robustecer la estructura de cara al elevado peso de las gran turismo.
Primeras impresiones
Las dos versiones de los nuevos Battlax ya están a la venta desde hace un par de meses, disponibles en más de una veintena de medidas (17 para la versión estándar y 5, la versión GT). También han sido escogidos por algunos fabricantes de motos como dotación de serie para sus modelos, como la nueva Yamaha Tracer 900 o la MV Agusta Turismo Veloce. Eso sí, a la hora de realizar su desarrollo se han tomado como referencia los modelos más populares y equilibrados de la actualidad, pero también se ha comprobado su eficacia en los extremos de cada segmento (desde, por ejemplo, una Suzuki Bandit 1200 o una Yamaha FJR 1300 de generoso peso, hasta una ágil y radical KTM 890 Duke).
Porque la variedad de motos es lo que caracteriza precisamente el amplio segmento de las sport turismo y, también, el abanico de unidades de prueba que hemos tenido disponible en la presentación de los nuevos Battlax T32 y T32GT. Bridgestone nos ha permitido catar sus nuevas gomas por el sur de Italia, replicando a la perfección el concepto de “turismo deportivo” en moto, al completar más de 600 kilómetros por carreteras de todo tipo y condiciones: desde los puertos de montaña de la costa Amalfitana, a vías rápidas y entornos urbano como Salerno, sobre asfaltos en perfecto estado y otros que eran todo lo contrario.
Cómo no, el elenco de motos disponibles tampoco podía haber sido más variopinto: Kawasaki Z900RS, KTM 890 Duke, BMW F900XR, Yamaha MT-07, calzadas con los T32; y también modelos más grandes como Yamaha Tracer 9, BMW S1000XR o Kawasaki Versys 1000, con los T32GT.
Los nuevos Battlax Sport-Touring destacan inicialmente por su elevado confort, gracias a una carcasa aparentemente más blanda que los T31, lo cual se traduce en un mejor filtrado de las pequeñas irregularidades del asfalto. ¿Turismo por carreteras bacheadas y horadadas? ¡Sin problema! Esta agradable bienvenida pronto nos genera confianza para seguir explorando las bondades de estas gomas, que sin duda muestran su mejor faceta en zonas de curvas.
Los Bridgestone T32 muestran un comportamiento totalmente neutro y predecible, exigiendo el mismo esfuerzo para iniciar el giro que para seguir inclinando la moto todo lo que nos lo permita nuestra capacidad de pilotaje. La rueda delantera no aporta extraños de ningún tipo, sin encontrar una facilidad de inclinación inicial que luego se torna en mayor reticencia; ni lo contrario, pues no es de esos neumáticos que al principio quiere seguir recto y a continuación se inclina de repente. Sin duda, son un ejemplo de linealidad y precisión en curvas de todo tipo.
El nivel de agarre de agarre también es muy destacado, tanto el “grip” lateral al abordar curvas como la capacidad de tracción al acelerar y la sujeción en fuertes frenadas. Las veces que conseguimos hacer deslizar una o las dos ruedas, la situación es totalmente precedible y controlable, dentro de unos márgenes lógicos para un neumático que no es deportivo.
Entre parada y parada, para admirar las pintorescas poblaciones del sur de Italia, como “el pueblo fantasma” de Craco, el parque natural de Pollino, el Cristo Redentor de Maratea, los restos arqueológicos griegos de Paestum o el Golfo de Policastro, apreciamos al reemprender la marcha el alto nivel de agarre desde los primeros metros, con un periodo de calentamiento admirablemente breve para unos neumáticos “sport-touring”.
Así mismo, al subirnos y bajarnos de motos tan diversas como una 890 Duke, una CBR650R, una Tracer 900 o una Versys 1000 siempre encontramos un familiar nexo en común en el comportamiento de los neumáticos, en forma de ese confort y esa linealidad que caracterizan a los Battlax T32. Una genética que, en el caso de la versión T32GT, se presenta aderezada con una notable dosis extra de aplomo en vías rápidas de alta velocidad. Muy necesaria, cuando apremian las prisas para ver el siguiente golfo del mar de Tirreno sin tener que saltarnos el toque de queda.
La tecnología que todavía no domina Bridgestone es la que permite gobernar la climatología a su placer. Así que, salvo por algún que otro charco testimonial y desde luego insuficiente, el radiante sol de las jornadas de prueba nos ha impedido comprobar la virtudes de los T32 en suelo mojado, que es precisamente unos de sus atributos más optimizados según el fabricante japonés. Habrá que esperar, pues, a otra ocasión para testar los nuevos Battlax Sport-Touring T32 bajo la furia de Neptuno.