¿Con qué edad crees que llega la madurez motociclista? Supongo que siendo consecuentes con nosotros mismos, la encontramos cuando nuestro raciocinio y comportamiento como «persona adulta» son los adecuados. Ahora bien, teniendo en cuenta que no tienes más que acercarte a una concentración como Pingüinos o al propio GP de Jerez para encontrarte con individuos en moto que, habiendo cumplido ya los 40 tiempo atrás, todavía se comportan como si tuvieran 13, no parece que encaje como debiera dicha explicación. No es más que un reflejo de lo complicado que resulta responder a la pregunta con la que he iniciado este párrafo.
De acuerdo, digámoslo con otras palabras: si te atraen las dos protagonistas de estas páginas, es muy probable que hayas superado la práctica totalidad de etapas en las que podría dividirse tu devenir como motorista. De hecho, BMW y Honda han hecho lo propio, aprovechando soluciones clásicas en sus departamentos de desarrollo para dar forma a sus nineT y CB1100EX. No tienes más que pensar en BMW y lo primero que se te viene a la cabeza es su eterno motor de avión, el bóxer opuesto que a tantas generaciones ha dado servicio durante dos siglos; justo el mismo que anima a la nineT, una naked que además aporta otras soluciones poco habituales en la firma bávara. Honda, por su parte, ha preferido rememorar aquella primera superbike japonesa de cuatro cilindros en línea y apellido CB, para convertirla en una espectacular naked de más de un litro de capacidad y aspecto claramente inspirado en la primera «siete y medio tetra» de 1969.
Tanto la alemana como la japonesa invitan a ser contempladas desde mucho antes de que nos subamos a ellas. Mientras lo haces, parece como si no pasara el tiempo, te fijas en cada uno de sus múltiples detalles, las soluciones empleadas para resolver este u otro punto de acabado… ¡Y yo diciendo que ya eres un piloto maduro! Con comportamientos como estos me retrotraigo a los años en los que quedaba embobado mirando aquella preciosidad que era la primera XJ650 importadas por Semsa-Yamaha. Lo más parecido hasta el momento que me había impactado era una Benelli 654 que aparcaba al lado de mi casa. Apenas tenía 14 años y quedaban muy pocas fechas para que apareciese otro aparato de altos vuelos: la BMW K100 con motor cuatro en línea tumbado.
Al final se me está cayendo un poco todo el entramado con el que he comenzado la prueba. Somos adultos, al menos en apariencia y no solo por edad, pero en cambio seguimos incurriendo en los mismos comportamientos cuando nos sorprende una nueva creación motociclista. En definitiva, no es más que una curiosa y peculiar paradoja. Imagino que ya sabes muy bien lo que quiero decir, lo que representa ser un «piloto maduro», con ideas claras de lo que supone la moto en tu vida, lo que te reporta y aportas tú también a ella al tiempo. Motos como la nineT o la CB1100EX te hacen pensar en todo lo vivido, pero también en lo que está por venir. Es tiempo de descubrirlo.
Alemana de sangre caliente
BMW decidió fabricar la R nineT para conmemorar los 90 años de la primera bóxer producida en serie. Aquella R32 de 1923 supuso el pistoletazo inicial a una larguísima saga de motos con denominador común: un motor inconfundible. Hoy, en pleno siglo XXI, la nueva nineT encierra lo mejor de los años dorados de la moto alemana junto con esa chispa de actualidad aportada por una horquilla telescópica invertida, frenos de anclaje radial asistidos por ABS o las propias medidas de neumáticos que hoy emplean la gran mayoría de motos de alta cilindrada.
Respecto a la Honda, esta BMW aporta ese toque descarado que significa combinar su motor centenaricon una serie de soluciones ciertamente vanguardistas en la parte ciclo. El resultado es el que ves en las fotos que, dicho sea de paso, va un paso más allá de lo que la estética te pueda indicar. Así, la R nineT sugiere una conducción relajada de boulevard en boulevard, de casa al bar para tomar el aperitivo con los amigos y ver las carreras en la tele… Pero no tienes más que jugar un poco con el acelerador para darte cuenta que a esta alemana le gusta más la «marcha» de lo que aparenta. El motor se siente muy vivo y dispuesto a empujar desde apenas el ralentí, con un sonido que enamora desde el mismo momento en el que lo arrancas entre las cuatro paredes de tu garaje. La «culpa», o al menos gran parte de ella, la tienen los dos escapes superpuestos firmados por Akrapovic, lo que unido a un desarrollo más corto del que emplea, por ejemplo, la R 1200 R, nos da como resultado una preciosa naked de aspecto neoretro y tacto más latino que centroeuropeo.
Desde los primeros kilómetros que haces a sus mandos, la R nineT muestra cierta «alegría contenida» aderezada con una posición a los mandos peculiar; nada queda forzado, pero los pies se colocan un tanto retrasados y pelín altos, mientras que las manos descansan sobre un manillar de media altura y más bien plano. El asiento casi sigue las líneas del depósito, por lo que la sensación de moto clásica se multiplica. Llegas bien al suelo y muy bajito tienes que ser para encontrarte con dificultades en cada semáforo. La conexión entre gas, embrague y cambio es muy directa, con el típico recorrido de palanca que nos recuerda cómo funciona el engranaje de las 6 velocidades en un bóxer… empleando todo el recorrido de la palanca tanto para subir como para bajar marchas. Deliciosa sensación. En carretera abierta la mínima protección ofrecida por el cuadro de instrumentos es suficiente para mantener cruceros legales sin pestañear. El «problema» es conseguirlo, porque el motor siempre nos está pidiendo más y más. Los 102 CV conseguidos en nuestro banco parecen cundirle por encima de lo esperado, especialmente con espacio libre por delante. En realidad, no aporta mucho más que la conocida R 1200 R, pero lo comentado en relación a la transmisión junto con el sonido de la pareja de «Akra» y el tacto seco de la suspensión trasera, nos retrotrae a tiempos en los que las deportivas debían mostrar un carácter duro, agrio y hasta dañino para tu columna. Así, la R nineT prefiere jugar sobre firmes en buen estado, donde los frenos ayudan a disfrutar cada vez que buscas apurar una frenada y las suspensiones responden con la firmeza suficiente para seguir sonriendo en cada ángulo. Esta BMW cambia rápidamente de dirección sin grandes esfuerzos y aunque prescinde de control de tracción, tampoco tu ritmo debería ser tan alto como para exigirlo. Simplemente déjate llevar y ella te devolverá tu pilotaje suave y predictivo con una respuesta directa e inmediata. Interesante acumulación de sensaciones...
>Cambio de tercio
Del carácter sport y en cierto modo descarado de la BMW al más tranquilo, relajado y placentero de la Honda. Los japoneses supieron captar a la perfección la esencia de la moto deportiva allá por los años 60 y 70, y es precisamente en ese punto en el que se ha quedado esta CB1100EX. Las grandes aletas cromada contrastan con las minimalistas de la BMW, intermitentes y ópticas incluidas, mientras que a excepción del ABS, los frenos también mantienen ese carácter clásico con anclajes estándar. Hasta el cromado del cerco de las llantas o de los espejos retrovisores se desmarcan respecto a los mismos elementos de la alemana, adornados con una bella y elegante pintura negra más, digamos, «de hoy».
Y es que Honda ha ido tan lejos con esta CB como quería. No ha calcado el original, pero «casi». Respecto a la primera versión aparecida hace ya dos años, llama la atención el desdoblamiento del escape, antes con una única salida y ahora con dos, más apropiada bajo mi punto de vista. Las llantas de aluminio anteriores le daban un acertado toque burgués, pero para clásicas y «ad hoc» nada mejor que las de radios de esta preciosa CB1100EX. Suma y sigue, ya que una mayor capacidad del depósito de combustible, junto con el nuevo cuadro de instrumentos más completo con información digital, reporta cierto contraste justo donde lo necesitas. Ya sabes, información es poder; y si es veraz, lo tendremos todo.
Los primeros kilómetros a los mandos de la Honda son un tanto desconcertantes, especialmente si te acabas de bajar de la BMW, claramente más agresiva en tacto de motor y posición a los mandos. Además, la diferencia de kilos entre ambas tampoco pasa desapercibida, especialmente cuando necesitas mantener el equilibrio circulando por tu ciudad. No es difícil, simplemente distinto. La finura del cuatro en línea es otra de esas sensaciones que no es excluyente respecto al funcionamiento del bóxer. ¿A quién prefieres, a papá o a mamá? De todos modos, he de decir que la anchura de los cuatro cilindros no rivaliza con la estrechez de un bicilíndrico como el de la BMW: al ser opuesto no hay ventaja ninguna en este punto.
En general, la Honda es algo más lenta de reacciones, ya sea por las diferencias de peso que las separan o incluso por la medida de sus llantas y neumáticos. La CB requiere su tiempo si la quieres cambiar de un lado a otro, pero en realidad con la amplia palanca que ejerces con su ancho manillar tampoco es una acción que implique destreza o incluso una dosis extra de fuerza. Podría decirse que mientras la BMW busca el momento para esparcirse, la Honda prefiere que te concentres en no jugar con su cambio, sino dejar engranada la cuarta para fijarte en el río que tienes unos metros más abajo o aquella montaña con nieves perpetuas en su cima. Luego, cuando llega el momento de parar y tomarse un respiro para hidratarse y seguir haciendo kilómetros, comprobamos que la japonesa queda mejor aparcada que la alemana. Su caballete central de origen da más confianza, además de aportarte las típicas facilidades a la hora de realizar las mínimas tareas de mantenimiento… Al reemprender la marcha, comprobamos que nuestro trasero está más y mejor acomodado en el «sofá» de la CB, mientras que los kilómetros pesarán más en la zona baja de la espalda del piloto que disfruta a los mandos de la R nineT.
Tu carácter, su carácter
Después de todo, ¿qué es tu moto sino la prolongación de tu carácter? Si eres de «culo inquieto», la BMW encaja mejor en tus planes del día a día. Se atreve a mezclar soluciones de ayer y hoy con un resultado, cuando menos, peculiar donde el negro lo domina todo. Sin embargo, Honda prefiere a pilotos más relajados, aquellos que disfrutan con el silbido de un cuatro en línea de vibraciones nulas, sincronía entre cámaras de combustión y par constante. Poco o nada encontrarás si lo estiras demasiado; de hecho, está limitado entre la tercera y la sexta velocidad mediante leves precortes de encendido.
Asiento duro o blando, suspensiones convencionales o invertidas, único amortiguador o pareja de ellos, un silenciador por cada costado o los dos juntos superpuestos… Diferentes caracteres para un mismo fin: demostrar tu madurez como motorista
Conclusión
No solo ambas interpretan el concepto de moto clásica a su manera, sino también el carácter en marcha es peculiar en cada una de ellas. Mientras la BMW aporta ese toque deportivo tan apreciado entre los clientes de la firma bávara, la Honda prefiere disfrutar cada minuto a sus mandos en carretera abierta, con kilómetros por delante de firme en buen estado y libre de estrés, aprovechando la suavidad del tetracilíndrico bien apoltronado en su «sofá» y agarrado a un manillar alto para que ruedes cómodo y erguido… Lo agradable de la horquilla, razonablemente blanda, contrasta con el corto recorrido de la pareja de amortiguadores traseros, mientras que la R nineT prefiere mostrar cierta aspereza, otrora sinónimo de moto deportiva de pro. También acompaña ese carácter minimalista donde el asiento cobra especial protagonismo en la zaga, pero no el portamatrículas, pequeño como pocos en el que a su vez encontramos una óptica de reducidísimas dimensiones, intermitentes incluidos. ¡Qué contraste con las grandes aletas y carcasas de intermitentes cromadas de la CB! Además, las medidas de sus llantas se acercan más a la original CB750 que la BMW, cuyo referente es… ella misma. ¿Clásica o neoretro? ¿Más deportiva o prefieres máximo confort y suavidad? Tú mismo sabrás con qué carácter te identificas más.