Es inevitable que la melodía de la famosa serie televisiva de los 60 no suene en mi cabeza al abrir este reportaje: ta ni ninoni ni noni, ninoniii...
La familia Monster de Ducati se merecía una representación de estas características, especialmente por su nombre, pero también por su éxito y tradición. Nuestra particular familia, la de motos, está compuesta por la Monster 696, la 796 y la 1100 EVO. Ha sido, por cierto, la llegada de ésta última la que las ha vuelto a poner en el punto de mira. Y representa ahora mismo el máximo exponente de esta saga, que ha sido durante las últimas décadas el estandarte de Ducati.
De hecho en 2010 la Monster 696, en su tres configuraciones (base, plus y ABS), vendió 1.136 unidades y 342 la Monster 796, también en la suma de sus versiones. Si recopilamos todas estas unidades de los dos modelos, fue la moto de gran cilindrada más vendida de nuestro país. Así que las Monster son muy populares.
Hay una cosa que las tres tienen en común, su facilidad de conducción. Desde sus inicios las Monster han sido una puerta de entrada para muchos al mundo de las «motos grandes». Aunque también ha habido modelos muy radicales y potentes como las S4R «de agua».
Sus compactas dimensiones y los asientos cercanos al suelo hacen que se muestren como ideales para muchas mujeres, hombres de menos talla y principiantes. Y además tienen mucho carácter, así que esa combinación les asegura el éxito. Entre las tres hay ciertas diferencias.
Como es de esperar la 696 es la más asequible y la más baja de asiento, con 785 mm medidos en nuestro centro técnico. Esto quiere decir que todo el mundo llega con los pies al suelo y es muy fácil controlarla en parado.
La hermana intermedia ubica su asiento a 805 mm verificados, de modo que sigue siendo muy fácil apoyar ambos pies en el suelo y sentir el control. Mientras que la mayor eleva esa altura hasta los 810 mm, una cifra todavía razonable para que sea «apta para todos los públicos». Desde la aparición de la 796 todas han utilizado el manillar 20 mm más elevado, que otorga al piloto una postura más natural que los modelos anteriores, aunque todavía necesitas un rato para acostumbrarte del todo.
También se ha elevado, en las últimas versiones de todas ellas, la forma de la parte delantera del asiento y así se reduce la tendencia a desplazarse hacia el depósito. En marcha transmiten un tacto y unas sensaciones parecidas, si bien cada una está mejor adaptada a un medio.
En peso no hay mucha diferencia entre ellas, algo que dice mucho de la 1100 EVO, ya que entre ésta (190 kg en lleno verificados) y la 696 solo hay 7 kg de diferencia. Esto hace que su manejo a baja velocidad y en la acera sea muy parecido. Aunque hay otros factores que en marcha marcan diferencias, como el neumático trasero de 160 mm de la 696, que le da una agilidad muy superior a la de sus hermanas, ambas con 180.
Incluso en las rotondas se aprecia la rapidez de reacciones de la pequeña, a cambio y al ser más baja, roza antes en conducción deportiva. Salvando esta diferencia, la 696 y la 796 tienen un comportamiento similar, ya que comparten multitud de elementos de la parte ciclo. Ambas son divertidas, ágiles, estables y tienen una buena potencia de frenada.
La 1100 EVO tiene una horquilla Marzocchi más firme y con regulación en tres vías, que le da un comportamiento más deportivo que el de sus hermanas. También cuenta con bombas de freno y embrague radiales, de modo que hay más potencia al apretar la maneta derecha, aunque no supera la suavidad de las pequeñas en cuanto al embrague se refiere.
Las tres Monster siguen fieles a la mecánica tradicional de Ducati, el bicilíndrico en V a 90º, refrigerado por aire y con distribución desmodrómica.
La pequeña cubica, como su nombre indica, 696 cc y rinde en nuestro banco 72 CV. Tiene un funcionamiento suave y una respuesta bastante lineal una vez superadas las 2.000 rpm. Si la comparamos con las otras dos, le falta un poco de pegada en aperturas totales del acelerador, pero los 10 CV que le lleva la 796 no son tan notables en la práctica.
Al tener menor cilindrada es capaz de cortar encendido 1.000 rpm más tarde. La mediana llega hasta los 803 cc y 83 CV reales, pero lo bueno es que aunque tiene más potencia no pierde la buena entrega y linealidad de funcionamiento de la 796, además aquí ya hay estárter automático. La grande se va a los 1.078 cc y 91 CV verifi cados, además dispone de control de tracción de cuatro posiciones.
A cambio pierde un poco en cuanto a suavidad de funcionamiento y hay que llevarla por encima de 3.000 rpm para que sea suave. Su sonido es más grave y la aceleración un poco mejor. Es lo que tiene ser la mayor de las Monster. Las opciones dentro de la gama son variadas e interesantes.
La 696 está disponible en versión base, en versión plus (365 € más cara), que incorpora cúpula y tapa monoplaza, y se le puede añadir ABS.
La 796 está disponible con y sin ABS. En ambos casos se pueden pedir limitadas de fábrica para el carné A2 sin sobreprecio.
La 1100 EVO incluye de serie el Safety Pack (ABS y DTC). Para todas ellas hay kits de carrocería del programa Monster ART: colores y decoraciones históricas y Racing.