Como has podido leer, esta nueva Ducati Scrambler Flat Track Pro nace de un proyecto iniciado hace aproximadamente un año en Estados Unidos con el piloto australiano Troy Bayliss en el American Flat Track Grand National. Como es lógico, el modelo comercial no coincide en demasiados aspectos técnicos con la moto de carreras que ha participado en el citado campeonato y comparte base con sus hermanas de «ochocientos», pero si es cierto que en el diseño de su carrocería y en la decoración se dan algunas coincidencias.
La Ducati Scrambler Flat Track Pro incorpora tapas laterales y careta delantera que emulan ser placas portanúmeros. Además de unas aletas muy pequeñas (la trasera ni se ve) y de un asiento que aparenta ser monoplaza, se caracteriza por montar un silenciador con salida doble y un manillar bajo como los de la Ducati Scrambler Full Throttle. Por otro lado, el depósito de gasolina no ofrece la posibilidad de cambiar las tapas laterales, como sí se puede hacer en sus hermanas (salvo en la «pequeña» Ducati Scrambler Sixty2) y luego incluye las carcasas de los retrovisores y la tapa del vaso del líquido del freno delantero realizadas en aluminio mecanizado.
Una moto fácil de usar
La Ducati Scrambler Flat Track Pro es tan fácil de conducir como sus hermanas y es apta para un gran número de usuarios, siempre que puedan desembolsar los 11.190 euros que cuesta. Es cierto que es un poco alta en líneas generales debido a los 150 mm de recorrido de las suspensiones de ambos ejes, pero tampoco resulta muy complicado llegar con los dos pies al suelo debido a un asiento con unos laterales de formas suaves. La accesibilidad es buena, con una parte trasera muy limpia y sin obstáculos, que no genera problemas al pasar nuestras piernas por encima. Una vez a los mandos, la posición de conducción es natural y nada forzada. También es espaciosa y da cabida a pilotos de distintas tallas sin problemas, con un asiento es generoso en cuanto a tamaño y mullido. Además, es ligera para tratarse de una moto de algo más de 800 cc, pues supera por poco los 190 kg con el depósito lleno.
Aunque su manillar es más bajo y estrecho que el de las Ducati Scrambler Icon y Ducati Scrambler Urban Enduro, la sensación de control es muy grande y la dirección se mueve sin apenas esfuerzo en cualquier circunstancia, bien en maniobras a baja velocidad o al tener que balancearla de un lado a otro entre curvas. Además, es mejor ciudadana que sus citadas hermanas al entrar mejor por espacios angostos. Fuera de la ciudad y sin abusar de trayectos largos por vías rápidas debido a la reducida protección que nos brinda, sorprende por su facilidad de conducción y por su calidad de rodadura. Ante nosotros no hay apenas moto y solo vemos el manillar y la pequeña instrumentación.
La Ducati Scrambler Flat Track Pro tiene buena parte ciclo
Las suspensiones no son de gama alta y ofrecen muy pocas posibilidades de regulación, pero están bien puestas a punto y son absorbentes debido a los considerables recorridos que proporcionan. Al mismo tiempo y gracias a unos «pegajosos» Pirelli MT60 con pequeños tacos, esta Ducati Scrambler Flat Track Pro transmite mucha confianza en apoyos fuertes. Además, se cambia de un lado a otro con mucha rapidez, siendo la agilidad uno de sus aspectos más brillantes. Por estos motivos, se cataloga como una trail urbana, adaptándose bien a distintos tipos de asfalto y permitiendo excursiones por pistas a ritmos sosegados y sin olvidarnos de que su altura libre es contenida.
La frenada está confiada en gran medida a un gran disco delantero de 330 mm y sorprende por su potencia y por no mostrar querencia a retorcer la dirección hacia el lado del citado disco. A pesar de haber desarrollado una moto ligera y simple, no se ha descuidado la robustez de la parte delantera que caracteriza a todas las Ducati. Por su lado, el ABS desconectable trabaja bien y es difícil que entre en acción, porque gracias al buen agarre de los neumáticos, no es fácil llegar a bloquear las ruedas.
Su motor deriva del de la Ducati Monster 796
El V2 a 90º con 803 cc y refrigeración por aire, posee las mismas cotas de las extintas Ducati Monster 800 y 796, pero está actualizado en profundidad interna y externamente. Si ya en la 796 era un motor muy logrado y que funcionaba con corrección. El embrague con sistema APTC se acciona de manera muy suave y la caja de cambios posee un accionamiento correcto, con poco recorrido de palanca. Con respecto a la «796», la relación del cambio está un poco más cerrada, con un desarrollo máximo más corto, lo que nos permite acelerar con alegría cuando lo deseamos o evitar operaciones de cambio al realizar una conducción sosegada. Empuja de manera muy constante desde apenas alcanzadas las 2.000 rpm hasta superar las 8.000 rpm, sin mostrar la más mínima inflexión, transmitiéndonos calidad y fuerza en todo su rango de utilización. Con 73 CV verificados a 8.100 rpm, la Ducati Flat Track Pro es una moto alegre, con una buena respuesta a medio régimen.