La oferta de motos polivalentes que rondan los 800 cc es cada vez más variada. La llegada en 2011 de la Honda Crossrunner y de la Triumph Tiger 800 no ha hecho más que confirmar esta tendencia. En cilindradas próximas a los 800 cc las marcas han encontrado un equilibrio entre rendimiento, utilidad y precio, algo que encaja a la perfección con la situación del mercado actual.
De este modo, el pasado mes de junio decidimos reunir a las mencionadas y nuevas Cossrunner y Tiger, con la Yamaha FZ8 Fazer, tres motos que aunque aparentemente cuenten con distintos planteamientos, en la práctica son perfectamente comparables en lo que a utilidad se refi ere y también son muy buenas compañeras de viaje. Además, tienen objetivos muy similares y están dirigidas a un mismo tipo de cliente.
Las tres brillan por su polivalencia. Son buenas y rápidas ruteras, tienen un lado deportivo interesante y, además, tratan bien al pasajero. No es por tanto de extrañar que su cilindrada esté muy de moda, aunque en esta prueba haya tres confi guraciones diferentes de motor.
Tras varias jornadas de pruebas, utilizándolas por ciudad y por todo tipo de carreteras, al final la balanza estuvo tremendamente igualada, aunque la Honda y la Yamaha habían tomado cierta ventaja al ser motos netamente asfálticas (la Tiger, aunque es la variante más asfáltica del modelo, todavía tiene algo de trail).
Tras una interesante deliberación, al final la Honda tomo algo de ventaja en nuestra tabla de puntuaciones, a pesar de tener un precio un tanto elevado. Su diseño vanguardista y su tacto exquisito, entre otros, han conseguido que sea nuestra favorita. Aunque eso sí, las otras dos le han seguido muy de cerca.
Nos encontramos ante una moto muy interesante y equilibrada. Se puede decir que hace todo bien. Es buena en ciudad, cómoda en carretera, aceptable para viajar y al mismo tiempo es muy fácil de conducir para tratarse de una moto grande. Además, cuenta con un diseño muy vanguardista y serio al mismo tiempo, de esos que no pasan desapercibidos. Su base es la misma que utiliza la VFR800, por lo que no hace falta recordar que tiene un tacto de esos que se dice de «mantequilla» y un funcionamiento muy brillante.