Con la Brutale 800 MV Agusta ofrece a sus clientes una moto más «profesional» que la 675. Es decir, cuenta con prestaciones superiores a la moto de la que deriva, y con la que comparte la inmensa mayoría de sus componentes. Sin embargo, esto no significa que la sustituya en absoluto. Sencillamente implica un escalón superior, un paso intermedio perfectamente localizado entre la moto de acceso a la marca, la mencionada Brutale 675, y la tope de gama, la Brutale 1090, cuyas prestaciones, y precio, ya son «palabras mayores».
Es fácil destacar los puntos más interesantes de la nueva Brutale 800, y eso a pesar de que la prueba dinámica del nuevo modelo, acontecida en los alrededores de la ciudad gala de Cannes, estuvo completamente pasada por agua. Una pena porque la ruta elegida para la ocasión merecía la pena. También por ello, hay algunos aspectos de los que no pudimos tomar mucha conciencia. Sea como fuere, empecemos.
La Brutale 800 se percibe tremendamente ligera, ágil, e intuitiva. Un peso declarado de tan sólo 167 kg lo atestigua. Pero sobre todo, es una moto realmente fácil de conducir y ergonómicamente muy bien parida. Es cómoda, pero siempre transmitiendo sensación de rigidez y deportividad, y el paso de los kilómetros no pasa factura. La firmeza de sus suspensiones alcanza un gran equilibrio gracias a la nueva horquilla regulable, que supera claramente a la montada en la 675, de tarados más suaves y acordes para iniciados. A la vez, apunta el ápice de la curva con precisión de deportiva, y la estabilidad que despliega es de las superiores entre las naked de corte streetfigther. Esto, más que haberlo probado, lo intuimos, partiendo de la experiencia a lomos de la Brutale 675, una moto de alabar en este sentido. Su precioso bastidor tubular de acero y acertada geometría, son sin duda algunos puntos fuertes de la atractiva moto italiana.
El sonido del tricilíndrico es cautivador al abrir gas, y su rumorosidad mecánica a bajas vueltas no parece ser un inconveniente en el día a día. Si lo son, sensiblemente, algunos detalles. Por ejemplo, el selector del cambio es algo ruidoso e impreciso entre primera y segunda velocidad, y cuesta a veces encontrar el punto muerto. También el embrague es algo duro. La instalación de un octavo disco de embrague, necesario para soportar las nuevas exigencias del motor, repercute en el tacto del mismo. No obstante es dosificable y progresivo, con lo que no podemos realmente situarlo como un punto negativo. Si que parece algo exagerado el consumo de combustible, sobre todo si piensas en esta escultural naked como moto de uso cotidiano, que por características bien podría serlo. Así, y a falta de comprobarlo cuando tengamos la moto en España, en la ruta realizada, y siempre bajo la lluvia, superó sensiblemente los 8 litros a los 100 km recorridos. Esto hace presagiar un consumo alto con una climatología favorable y ganas de rodar con alegría. Aunque insisto, hay que comprobarlo.
Si hay algo que caracteriza MV Agusta, es, por un lado, su pasión por el diseño, y por otro, el poderío de sus propulsores. Visualmente la Brutale 800 impresiona, con sus componentes mecánicos dominando la imagen. Minimalista y depurada, motor, bastidor y escape están completamente a la vista, y el silencioso con tres salidas redunda en su aspecto inigualable, deportivo y elegante a un tiempo. Sus llamativas combinaciones cromáticas tampoco se dejan al azar, e incluso hay una versión especial «Italia» que llegará en enero de 2013. Perfecta para los incondicionales transalpinos de la marca, a pesar del supuesto encarecimiento con respecto a la Brutale 800 EAS, con cambio automático (10.995 €), y los 10.595 € de la estándar, que ya están disponible. Precios todos ellos sin duda ajustados, entre otras cosas gracias a la reducción del impuesto de matriculación al homologarse con menos emisiones contaminantes, y que denotan el interés de la marca por popularizarse y posicionarse con fuerza en el mercado.
Más allá incluso del aspecto, la nueva Brutale destaca por su nuevo propulsor. En comparación con el 675 experimenta un aumento de la carrera, que pasa de 45,9 mm a 54,3 mm. Eso, unido a una gestión electrónica reprogramada implica un considerable aumento de potencia en toda la curva, que culmina con una cifra máxima de 15 CV (110 CV declarados frente a 125 CV). Esta además se entrega de manera bastante lineal a partir de las 4.000 rpm, y la Brutale 800 te obsequia con una fuerza y una «patada» a partir de medio régimen desconocida en su hermana menor. Y realmente excitante si lo que buscas es potencia a raudales para levantar rueda a la salida de los virajes. Sin embargo, por debajo de del régimen mencionado, el tacto de motor es algo irregular. Y eso pese a equipar el último sistema MVICS (Motor & Vehicle Integrated Control System) desarrollado por la marca, que incorpora tres mapas de potencia y 8 niveles de control de tracción, además de un «quick shifter» para el cambio (este componente es opcional según modelos). Así, con pequeños altibajos y una respuesta del acelerador inconstante, repercute básicamente en la facilidad de conducción cuando nos movemos a baja velocidad, como por ejemplo en ambientes urbanos. Tampoco es muy fácil ajustar el control de tracción a través del cuadro de instrumentos digital de dígitos más bien poco legibles. Algo mejorable no solo en esta Brutale, sino en toda la saga.
El día amaneció gris, lluvioso, y así continuó toda la jornada como ya hemos comentado. Por tanto, la mayoría de las apreciaciones que hemos relatado están condicionadas y a la espera de tener la moto de pruebas en nuestras manos. Así y todo, están en parte también basadas en los cientos de kilómetros recorridos sobre la Brutale 675. A partir de aquí, podemos destacar el excelente comportamiento de los Pirelli diablo Rosso II que monta de origen. De ellos ya conocíamos su buen comportamiento sobre suelo seco, y desde luego no deja de lado un gran comportamiento sobre mojado, sorprendiéndonos gratamente por las viradas carreteras de la Costa Azul francesa.