No será este año, ni el que viene, pero algún día el vehículo ideal -y habitual- para moverse por ciudad será un scooter con motor eléctrico, igual que hoy lo son los scooter con motor de gasolina. Podremos cargarlos en nuestro aparcamiento (donde el proveedor de electricidad puede y debe ponernos enchufes y eso ya es así hoy) o eventualmente en algún punto de recarga en la calle (ya existen también hoy pero son pocos), podremos recorrer con ellos sin problemas entre 50 y 100 kilómetros antes de necesitar un enchufe, y al mismo ritmo al que lo hacemos hoy con los 125 que copan las listas de superventas.
Nos moveremos en silencio casi absoluto, nos olvidaremos de los talleres porque lo único que se gastará serán los neumáticos y los frenos (adiós revisiones) y todas aquellas personas que actualmente han elegido uno de esos scooter o motos 125 para moverse, sin más, habrán encontrado su vehículo ideal. Incluso los aficionados que no queramos gastar nuestras motos de mayor cilindrada en el uso diario (la conducción ciudadana castiga mucho) tendremos en estas motos o scooter eléctricos de potencia moderada una solución perfecta para nuestra movilidad. Las motos eléctricas más potentes también llegarán, claro, pero tardarán más y no veo ni a medio plazo que ofrezcan autonomía para un uso parecido al que damos a nuestras motos actuales.
Aunque este escenario como decía más arriba no es «de hoy» como normal general, hay excepciones: el scooter Vectrix llegó hace ya bastante tiempo al mercado y es el mejor ejemplo de que «es posible», y poco a poco nos llegan vehículos con una marca seria o conocida detrás y que van dando muestras de por dónde van las posibilidades. Honda o Yamaha presentaron el año pasado unos cicloscooter eléctricos de rueda pequeña capaces de moverse por centros urbanos o zonas peatonales, y el SYM Symmetry que traemos a nuestras páginas sigue exactamente esa línea: es un pequeño scooter con ruedas de 10 pulgadas, que pesa sólo 56 kg y cuya batería, alojada en la plataforma, puede ser extraída para cargarla en casa (pesa unos 9 kg) aunque es perfectamente posible hacerlo montada también.
El motor que lo mueve está alojado directamente en el buje de la rueda trasera, así que no hay una transmisión que pueda hacer ruidos, ensuciar o necesitar mantenimiento. De tipo «sin escobillas» tiene mucho rendimiento (convierte más del 80 por ciento de la energía eléctrica que consume en empuje) aunque no es muy potente (algo más de un caballo). Con los 15Ah de capacidad de la batería y ese motor, la autonomía teórica ronda los 50 km.
Después de usarlo unos días, la buena noticia es que la autonomía es bastante realista: con cualquier eléctrico la diferencia en la suavidad de pilotaje o exigencia de prestaciones cambia de forma radical la duración de la batería, y aquí parece realista poder hacer más de 30 kilómetros antes de necesitar recargar. La mala noticia es que las prestaciones del motor son tan limitadas en la práctica que rara vez no irás gas a fondo: en llano alcanza la velocidad máxima legal para un ciclomotor (45 km/h) con alguna dificultad, y cuesta abajo llega a superarla (puedes ver los 60 km/h incluso), pero cuesta arriba se nota que va justo y si no eres un peso ligero puede que te cueste alcanzar los 30 km/h, demasiado lento para el tráfico real si no hay un gran atasco. Los frenos, de tambor, no tienen problemas en parar al ligero (y no muy rápido) Symmetry, y la geometría y rigidez del bastidor tampoco ofrecen problemas, de hecho con ruedas de 10 pulgadas su agilidad es tremenda para moverse por sitios increíblemente estrechos.
El cuadro ofrece información suficiente, bajo el asiento hay un hecho bastante capaz y el suelo plano permite llevar allí algún objeto pesado o bolsa. La tecnología tiene todavía un precio alto, 2.565 euros con IVA. Si sólo lo necesitas para moverte por el centro urbano y vives o recorres zonas peatonales, es una opción interesante, pero si necesitas más polivalencia echarás de menos algo más de potencia.