Entre las superbike es habitual encontrar versiones especiales, pero no es así en el segmento de supersport. Ahora Triumph lo ha hecho, creando la versión R de su Daytona 675. Y la verdad sea dicha, si piensas darle a tu montura cierto uso en circuito merece y mucho la pena pagar los 1.500 euros que cuesta de más, pues su comportamiento ha mejorado ostensiblemente con la incorporación de nuevos componentes de gran calidad.
Un lujo
Comienzas a rodar, y apenas recorridas un par de vueltas al Autódromo de Portimao, percibes ese agradable tacto que sólo unas suspensiones de calidad son capaces de proporcionar. Los cartuchos Öhlins de la horquilla, que por sí solos ya cuestan en la industria auxiliar lo que el sobreprecio de toda la moto, te hacen pisar con gran seguridad y confianza. Hasta el último tramo de su recorrido puedes sentir la suspensión, mejorando a cada paso por meta tus registros gracias a la confianza que dan en los apoyos.
Además, otra de las grandes ventajas de rodar con unas suspensiones como estas, es que casi cada click que modifiques en sus reglajes se traduce en su comportamiento, y así puedes adaptarla con más facilidad y precisión a tus necesidades y a las características de cada pista. Los muelles de la horquilla, de 9,5 kg, son fácilmente intercambiables igualmente.
Del amortiguador Öhlins TTX 36 podemos decir prácticamente lo mismo. Supera claramente las prestaciones del utilizado en la versión estándar y mantiene un comportamiento muy estable incluso tras muchos kilómetros seguidos al circuito. El único «pero», por poner alguno, es que la regulación de la precarga del muelle (éste es de 11 kg originalmente), se realiza a rosca con una llave de medio punto. El porqué de utilizar este sistema tradicional es meramente económico.
De hecho, si piensas enfocar tu moto a un uso exclusivo de circuito y quieres ganar en facilidad de manejo, el fabricante sueco te proporciona un pequeño kit con un pomo para regular la precarga manualmente, ganando así comodidad de uso y rapidez. En conjunto, estas nuevas suspensiones aumentan claramente el rendimiento de una parte ciclo y de una moto que ya de por sí estaba entre lo mejorcito de su categoría por prestaciones y comportamiento.
Frenada perfecta
Otra de las novedades de la Daytona R es su sistema de frenada. Consta de una bomba radial Brembo de 18 mm de caudal, de la que salen dos latiguillos metálicos en configuración de carreras a sendas pinzas radiales monobloque, ambas firmadas por el mismo fabricante italiano. El comportamiento del mismo ciertamente no podría ser mejor. La bomba es una delicia en términos de tacto y progresividad, actuando con más contundencia a medida que presionas la maneta, sin brusquedades. Además no da la más mínima muestra de fatiga tras un uso intensivo. Y en cuanto a su potencia de frenada, es claramente superior a la versión estándar, que ya de por sí no es nada mala, y es para creerse la mejoría declarada por Triumph de un 10 por cientoen este sentido.
Cambio semiautomático
Gracias al nuevo «quickshifter» puedes empalmar velocidades más rápidamente, con el acelerador roscado a fondo y sin necesidad de accionar el embrague. El sistema funciona correctamente y a partir de 2.500 rpm. En las primeras marchas el accionamiento de la palanca es un poco duro, para luego suavizarse bastante. Si quieres utilizar el cambio invertido (la primera para arriba), tienes que cambiarlo entero, pues no es posible sustituyendo sólo alguno de los soportes del pedal.
Detalles mejorables
¿Qué nos habría gustado encontrar en la Daytona 675 R para encontrarnos la supersport perfecta para comenzar a correr? Pues un amortiguador de dirección regulable, porque se mantiene el estándar y no es suficientemente bueno en todas las partes del circuito, ni para todos los circuitos; y algunos caballos más que la desmarcasen de la versión básica, alcanzados quizá a través de una gestión electrónica más avanzada. Sea como fuere, el resultado obtenido es excelente, y sin duda su exclusividad va unida en esta ocasión a una mejora real de su comportamiento.