Yamaha XT660Z Tenere

Prueba a fondo de la nueva Yamaha Tenere. Fue hace 25 años cuando Yamaha presentó la primera Tènèrè, una trotamundos sinónimo de aventurera, desarrollada con el objetivo de recorrer el mundo por las carreteras más tortuosas o por las pistas más desconocidas. Hoy, Yamaha recupera esa denominación de Yamaha Tenere para bautizar a una moderna trotamundos ligera.

Víctor Gancedo / Fotos: Jaime de Diego (Acción) y Paloma Soria (Estudio)

Yamaha XT660Z Tenere
Yamaha XT660Z Tenere

Aunque pueda parecer extraño para los más jóvenes, las grandes motos de trail monocilíndricas fueron una referencia a finales de los '80 y principios de los '90 del siglo pasado. Prácticamente todos los que ya montábamos en moto grande entonces pasamos por ese escalón obligado. Yamaha, Honda, Kawasaki, Suzuki e incluso algunos marcas europeas como Gilera y KTM disponían en sus catálogos de monocilíndricas de «seiscientos» e incluso mayores. Aunque no demasiado rápidas, eran motos muy polivalentes y con ellas viajábamos a todas partes, aunque el destino soñado para la mayoría de sus propietarios era el norte de África. De ahí que Yamaha eligiera la denominación Tenere (que significa «desierto» en la lengua de los Tuareg) para uno de sus modelos más populares hace cerca de 25 años.

Aquella Yamaha XT 600 Tènèrè de 1983 propulsada por un motor de "aire" de cerca de 600 cc fue protagonista de multitud de viajes aventura, así como de numerosos rallies y carreras africanas. Fiel a su espíritu, se mantuvo durante casi una década sin demasiados cambios, hasta que ya entrados los '90 y tras un par de temporadas descatalogada, fue sustituida por la Yamaha XTZ 660 Tenere , ésta ya con un motor dotado de refrigeración líquida y una culata de cinco válvulas, tan de moda en algunas Yamaha de entonces. Pero poco a poco, la llama de esta Tènèrè se fue apagando hasta que desapareció de los catálogos de la marca, aunque , por otro lado, Yamaha siempre ha mantenido y evolucionado a la XT básica, un modelo más simple de planteamientos y de carácter y orientación principalmente urbano.

Pero el verano pasado saltó la noticia de que Yamaha quería avivar de nuevo la llama aquel modelo aventurero. Aprovechando el motor de «agua» de la Yamaha XT 660 R presentada en 2004, Yamaha desarrolló el año pasado un nuevo modelo que nos mostró en los salones de otoño y que pudimos probar por primera vez en Marruecos a principios del mes de abril. 25 años después, Yamaha había elegido el mismo escenario que había utilizado para poner en escena a la primera Tènèrè. Sin duda, fue una presentación que mi compañero Sergio recordará como una de las más entrañables.

Moderna africana

Han pasado poco más de dos meses y la nueva Yamaha Tenere ya está en nuestras tiendas y, por supuesto, también ha pasado por nuestro garaje. La última XT660Z llega en un momento en el que prácticamente se ha quedado sola en su segmento. Tan sólo la BMW F 650 GS Dakar le puede restar cierto protagonismo, aunque el aspecto novedoso de esta Yamaha inclina la balanza claramente hacia su lado. La última de la saga Tènèrè llega en un momento en el que los precios acaban de bajar considerablemente y la cantidad que Yamaha ha fijado para ella hacen que sea aún más atractiva. Para posicionarla mejor, los 6.799 euros que cuesta suponen una ventaja de cerca de 800 euros con respecto a la Dakar fabricada en Alemania, aspecto a considerar si tenemos en cuenta que esta Tènèrè es más moderna y su radio de acción es mayor. El basculante de aluminio, el diseño de su carrocería y su enorme depósito de 22 litros, contribuyen a crear un conjunto realmente atractivo. Además, Yamaha ha creado una extensa gama de accesorios opcionales (maletas y baúl de aluminio, caballete central, cubremanos, protectores varios, silenciadores Akrapovic, etc.) para hacerla aún más completa y facilitarnos el transporte de equipaje.

En su primer paso por nuestra redacción, nos ha demostrado que es una moto simple en cuanto a planteamientos, pero al mismo tiempo tal como viene de serie es suficientemente completa. Aunqe quizá, los cubremanos opcionales bien podían estar incluidos en su primer equipamiento, teniendo en cuenta que estos elementos son muy importantes a la hora de circular por nuestras pistas.

El motor de la Yamaha Tenere es un conocido para muchos de nosotros. Realizado por Minarelli en Italia, además de propulsar a las XT 660 y MT-03 de la misma marca, también lo utiliza Aprilia en sus Pegaso y Derbi en sus Mulhacén, lo que nos habla muy positivamente de este gran monocilíndrico. No se encuentra entre los más potentes de su clase y su rumorosidad mecánica es un poco alta, pero responde con prontitud desde prácticamente el régimen de ralentí y sin cocear en exceso. Con 45 CV verificados, sus registros en aceleración o recuperación son discretos, pero una vez lanzado, te transportan con la suficiente alegría como para no dar lugar al aburrimiento. Su funcionamiento no nos transmite apenas vibraciones y en el rápido accionamiento y en la precisión de su caja de cambios encontramos dos de sus mejores virtudes.

Por donde quieras

La ventaja de la Yamaha Tenere es que te permite elegir entre multitud de posibles rutas, aunque lo suyo son las pistas de tierra y las carreteras de tercer orden. De todos modos, sorprende por su elevado confort de marcha en autopista y todo tipo de carreteras (buena protección, grandísima autonomía y suavidad de funcionamiento para tratarse de una monocilíndrica) , aunque en este ambiente no conviene forzar en exceso. El largo recorrido de las suspensiones y sus tarados confortables no invitan a una conducción excesivamente agresiva sobre asfalto. Su altura y dimensiones generosas también le confieren un carácter bonachón que concuerda mejor con largos paseos a ritmos sosegados, aunque, eso sí, en la constancia podemos encontrar otro de sus puntos fuertes. La Yamaha XT660Z Tenere nos demuestra que parando poco «se hace camino al andar» y a su ritmo puede llegar a cansar a otras motos en principio más ruteras y con la ventaja de que puede dejar el asfalto a un lado y adentrarse en terrenos menos explorados.