BMW K 1600 GTL Exclusive. Prueba

Al igual que el «Orient Express» se convirtió en la máxima expresión del lujo en el transporte ferroviario, la nueva versión «Exclusive» del buque insignia de BMW en el segmento del gran turismo, ha logrado tomar su batuta en las dos ruedas.

Pepe Burgaleta. Colabora: Víctor Gancedo. Fotos: Jaime de Diego

BMW K 1600 GTL Exclusive. Prueba
BMW K 1600 GTL Exclusive. Prueba

BMW ha sido siempre una firma comprometida con los aficionados a las motos de gran turismo. De hecho, es el líder de este segmento desde tiempos inmemoriales, a pesar de la fuerte competencia japonesa y europea, que ha aumentado de manera constante. La llegada de la gama «K» de seis cilindros en línea, que ha sustituido a las tetracilíndricas, ha supuesto un paso adelante, y un ataque frontal a las únicas motos que disputaban a la marca bávara el cénit del lujo y el equipamiento, las Honda Gold Wing.

Genes

Las K 1600 son, en cualquier caso, motos europeas, y esto se comprueba inmediatamente, casi sin tener que arrancar. Respecto a la seis cilindros japonesa, tienen una posición más elevada, una mayor altura general que las dota de un dinamismo superior, y un motor más potente, con un grupo termodinámico derivado del resto de la serie «K». La diferenciación en función del equipamiento de las K 1600 en las versiones GT y GTL, acababa por marcar distinciones, ya que, al final, equipamiento y comodidad, también equivalen a peso y precio.
Ahora, BMW ha decidido lanzar una versión muy equipada de la GTL, que ha bautizado como Executive, una moto a la que no se puede decir que le falte nada, aunque siempre podrás encontrar en el catálogo de la marca algo más que ponerle, pero que está claro que tiene prácticamente de todo. Tanto, que esta batería de accesorios hace que su precio pase de 24.800 a 31.800 euros, convirtiéndola en uno de los modelos más caros del mercado, y también de los más equipados.

Única

Esta Exclusive se diferencia enseguida de cualquier otra GTL, su color blanco metalizado y los apoyabrazos del asiento trasero, lo consiguen al primer vistazo. Pero más allá de lo que se ve, incluyendo esas piezas cromadas o pulidas, las diferencias se encuentran en lo que está escondido por la carrocería, y especialmente en lo que tiene que ver con la tecnología. Este modelo dispone de todos los paquetes electrónicos de la marca, de manera que incluye gestión programable del motor con control de tracción, suspensiones electrónicas, sensor de presión de los neumáticos, control de velocidad, ayuda al arranque en cuestas, o equipo de audio. Todo esto se controla por un ordenador cuyas funciones se han mejorado en una versión «PRO». A esto se añade el faro autoadaptable de xenón, faros suplementarios de LED, segunda luz de freno, iluminación del suelo, calefacción de ambos asientos, bloqueo centralizado, bolsas interiores para las maletas o alarma.

Hay también un detalle que la identifica, que es la ausencia de llave tradicional, que ha sido sustituida por una electrónica que funciona por proximidad. Cuando te acercas, el sistema detecta la presencia de la llave y permite que se activen todos los componentes, desde la liberación de los bloqueos, el contacto de la moto mediante un botón, la apertura del tapón de gasolina, o la de las maletas y el baúl trasero.

Más que conducir

Ir en la Exclusive por la carretera acaba siendo toda una experiencia debido a la cantidad de «gadgets» con los que puedes jugar. Las piñas de instrumentos están repletas de botones sobre los que actuar, y cada acción que se efectúa sobre ellos tiene reflejo en la gran pantalla digital en color que domina el cuadro de instrumentos, que también dispone de relojes clásicos para la velocidad y el régimen. De hecho, tampoco vendría mal que además de la aguja, se hubiese añadido un velocímetro digital como ya equipa el nuevo modelo bóxer. Otro detalle que echarán de menos los que usen la moto por la noche es que las piñas no tienen iluminación, y con tal cantidad de botones, no hay manera de acertar con el que quieres accionar a no ser que esperes a adelantar a otro vehículo que los ilumine durante un rato.

Los 366 kg que hemos medido con el depósito lleno son unos cuantos, es cierto, pero a esta versión especial le ocurre lo mismo que a sus hermanas, una vez que se pone en marcha, parece que la magia hace desaparecer los kilos. Desde muy baja velocidad se maneja con facilidad, ayudada por la baja posición del asiento, que te permite tener los pies bien plantados en el suelo en las maniobras, y por el ancho manillar, que está muy cerca de ti. Según aumenta la velocidad, las cosas mejoran aún más. Es cierto que el embrague es un poco sonoro en su comienzo, pero tiene que trabajar con un motor que tiene mucho par desde la arrancada.

Adaptable

Otra ventaja de la GTL es la facilidad para que la adaptes a lo que vayas a hacer, porque tan solo pulsando botones y moviendo la rueda que hay en la piña izquierda consigues regular la altura dependiendo de la carga, la dureza de las suspensiones de acuerdo al terreno o la velocidad, o el carácter del motor. Su capacidad de carga es tremenda, creo que nunca he llevado de viaje tanto equipaje como cuando fui a Jerez con ella.

Evidentemente son las carreteras amplias su hábitat habitual, en la que la protección de su gran cúpula, la ausencia casi total de vibraciones y la posibilidad de entretenerte con todo lo que equipa esta moto, hace que los kilómetros pasen enseguida. Pero lo mejor de estas K, es precisamente lo bien que se comportan cuando decides abandonar la autopista y trazar curvas, aquí resulta sorprendente y brillante, con agilidad, precisión, y una sensación de seguridad que te permite hacer cosas inimaginables para una moto de su peso y su tamaño. Los Metzeler con los que ha sido diseñada tienen parte de la responsabilidad de este comportamiento. La amplitud con la que cuenta el pasajero se complementa con un hábitat independiente para él, que disfruta de su propia calefacción en el asiento, salidas del sistema de audio, y ahora hasta reposabrazos plegables. Cuando Sergio se subió detrás para hacer una prueba como ocupante en la moto me comentó: «Me ha pasado lo que no me había ocurrido nunca en una moto, me he subido, y lo primero que he hecho es ir a buscar el cinturón de seguridad para abrochármelo». La Exclusive va un paso más allá que sus hermanas en este aspecto, pese a que obviamente, no tenga cinturones.

Probablemente no hay una moto mejor para conducir de noche, porque la luz adaptativa te permite tener siempre un buen haz iluminando la trayectoria, incluyendo situaciones como la frenada o en plena curva. Eso sí, no te dejes engañar, a pesar de la tremenda comodidad, de la ausencia de vibraciones, de la total protección frente al viento con la pantalla elevada, o de la música que escuches, no se trata de un sueño.

Conclusión

Sobre el papel hay una elevada diferencia de precio entre esta versión Exclusive y la versión estándar de la K 1600 GTL, pero también es cierto que se pueden contar con los dedos de una mano los usuarios de este modelo que se compran la moto monda y lironda. Casi todos la equipan con uno o varios paquetes, además de ir con el tiempo añadiendo equipamiento. En este sentido, esta versión, además de diferenciarse exteriormente de las demás, te ofrece todo el equipamiento por menos dinero. No pienses en el precio básico de una GTL, contempla lo que realmente te ibas a gastar, y verás que la diferencia remite. Más allá del equipamiento, la disparidad de peso es de poco más de 10 kilos, y su manejo prácticamente igual que el de cualquier GTL, una moto con una comodidad al máximo nivel, y con un comportamiento dinámico que sorprende por su facilidad y por sus aptitudes. Los seis cilindros permiten una ausencia casi total de vibraciones; y sus 1.649 cc, una potencia máxima más que suficiente, y par desde el momento en que la arrancas. No se puede pedir más.