En el segmento de las 125 no sólo hay scooter y deportivas de carenado, también hay hueco para motos de manillar ancho, fibras reducidas a la mínima expresión y que dejan a la vista todo lo que hay. Éste es el planteamiento que inició Derbi con su impactante Mulhacén y que ahora continúan las dos motos que hoy enfrentamos.
La más novedosa de todas es la KTM Duke, que nada más llegar ha instaurado un nuevo techo en el segmento del carné A1-B en lo que a calidad de fabricación y de funcionamiento se refiere, así como en prestaciones, ya que es de las pocas que apura hasta los 15 CV que fija la ley como máximo. Una referencia que, si bien no es cara para lo que ofrece, puede que en estos tiempos sí que se salga del radio de alcance de algunos bolsillos. Por eso, la hemos enfrentado a otra integrante del segmento naked 125 de imagen tan impactante o más que la de la KTM, gracias un imponente chasis y basculante tubulares, pero con un interesantísimo precio que se queda por debajo de la barrera de los 3.000 euros, la nueva Motorhispania KN1.
¿Merece la pena?
Buena pregunta. Si a lo que te refieres es a si los 800 euros de diferencia están justificados, te diré que sí. Como te decía antes, el nivel de calidad es bastante superior en el caso de la austriaca. En ella todos los mandos son de accionamiento suave, ofrece una postura muy bien estudiada, tiene en cuenta al pasajero poniendo en sus manos unas buenas asas (los estribos son muy mejorables en su sistema de plegado), y luego funciona de miedo.
Vamos, que es un conjunto que apenas presenta fisuras y solo algunos detalles podrían mejorar, el primero de todos, los neumáticos, los más anchos de la categoría, pero no tan buenos como los Continental que monta la Motorhispania.
En contraste, el contenido precio de la KN1 se deja notar tanto a simple vista repasando sus componentes y acabados como, aunque de una forma menos acusada, en marcha. Por prestaciones, está en la línea de las mejores 125, ya que comparte motor con deportivas como la Rieju RS3 o la Yamaha YZF-R125.
Sin embargo tiene en su postura, más indicada para tallas grandes que la KTM, algunos detalles claramente mejorables como la forma del depósito,cuyos ángulos se clavan en tus muslos. Luego tiene aspectos que sorprenden, como el buen freno delantero, más potente incluso que el de KTM, y una horquilla que combina bien con el chasis (el amortiguador, tumbadísimo, es demasiado blando).
Se nota más ligera que la KTM y gira más, pero en ciudad le perjudica la excesiva anchura del manillar (83 mm, ¡como uno de mx!). Ambas son algo rápidas de dirección, lo que se traduce en agilidad callejeando. De autonomía andan parecidas, algo mayor para la KTM debido a la más eficiente inyección.
Detalle a detalle
Los detalles ensucian en parte el conjunto, novedoso y atractivo, de la MH, que luego en marcha funciona correctamente aunque con peculiaridades como la de su manillar. En este sentido, la KTM es más natural, y son los detalles los que contribuyen a que su relación calidadprecio sea sensacional.