Kalex Moto2 Marc VDS. Prueba

No todos los días se tiene la suerte de probar la campeona del mundo, pero esta vez hemos podido rodar con la Kalex de Moto2 con la que Tito Rabat ha conseguido el título, una moto que roza la perfección

Sergio Romero. FOTOS: Juan Sanz/Pedro Lamazares

Kalex Moto2 Marc VDS. Prueba
Kalex Moto2 Marc VDS. Prueba

Campeones del Mundo hay muy pocos y es que para ganar en cualquiera de las tres categorías tienen que darse varias condiciones: tener una moto rápida, un equipo que funcione muy bien y un piloto excepcional. En el caso de Tito Rabat y el Marc VDS Racing Team se han cumplido todas ellas y han podido conseguir el ansiado objetivo, ganando además la guerra en casa contra Mika Kallio, el otro integrante de la escuadra belga.

El hecho de sobresalir en la igualada categoría de Moto2, donde todos utilizan el mismo motor, no es nada fácil y en sus cuatro años de existencia hemos visto diferencias mínimas entre los 20 primeros y muchos pilotos con opciones de ganar cada domingo. En esa difícil jungla que es esta categoría Tito ha conseguido 11 poles y 7 victorias, por tres de su compañero, además de récord de puntos y otros cuantos más. Para celebrar esta brillante temporada Michael Bartholemy, el jefe de equipo, había preparado una jornada de fiesta para su equipo en el Circuito de Almería, «la casa de Tito», y aprovechando la ocasión tuvimos la suerte de probar en exclusiva la Kalex campeona del mundo de Moto2.

Tu moto

La Kalex de Marc VDS Racing Team es una de las motos de carreras mejor acabadas que he visto, ya que cada detalle está cuidado como si se tratase de una moto de producción. El equipo, como casi todo el mundo en esta última época de Moto2, ha confiado en Kalex para hacer su moto desde 2012 y ahora han llegado a tener todo lo necesario para ganar con ella. Echándole un vistazo ya te imaginas cómo va a ir, dado que tiene un aspecto inmejorable. Tito es un piloto relativamente alto, así que después de sufrir con las pequeñas Moto3 de KTM subirme en esta Moto2 ha sido todo un alivio. Pero lo mejor fue que en solo tres vueltas fui más rápido en el técnico trazado de Almería de lo que lo había ido nunca antes con ninguna otra moto. Es como si la hubiesen hecho para mí, por lo fácil, precisa y divertida que es, aunque es verdad que en general las Moto2 transmiten esa sensación, por la combinación de un motor de serie no muy potente con un chasis verdaderamente de carreras. Este, un doble viga de aluminio mecanizado, permite la regulación del lanzamiento en /- 2º y la altura del eje del basculante en 4 mm, además de la altura de la moto y la posición del piloto.

Con todas estas variables el equipo tiene que trabajar para encontrar la puesta a punto para que el piloto se sienta cómodo y también la que permita sacarle el máximo partido a los slick Dunlop de Moto2, de los que hay que obtener la mayor tracción posible, ya que el delantero agarra mucho. Alex Baumgaertel, el dueño Kalex, nos contó que la moto de Tito tiene una geometría de dirección más conservadora que otras Kalex y que carga bastante peso en el tren trasero, así se obtiene más agarre a costa de perder algo de agilidad. Una sensación que se nota cuando te aplicas sobre la moto, es muy neutra y estable, pero si quieres meterla en la curva rápido tienes que hacer más esfuerzo que con otras Moto2 que he probado. El propio Tito dijo que su moto es más eficaz en curvas rápidas pero que pierde algo de terreno en la lentas con respecto a las Suter. A cambio te da una confianza absoluta una vez te has apoyado en ella y estás en medio de la curva. Aunque es cierto que cuando estás muy inclinado y todavía no has abierto el acelerador puedes notar algo de «chatter», pero que no afecta apenas.

En la frenada también es muy efectiva y puedes tirar de la maneta muy tarde sin que se levante el tren trasero o pierdas la trazada. El Dunlop delantero tiene tanto agarre que en unas pocas vueltas es muy difícil encontrar sus límites, así que siempre te parece que podías haber apurado un poco más con la moto inclinada. El tacto del equipo Brembo, con las pinzas monobloque mecanizadas, es exquisito y no tan radical como en otras motos de carreras, así que frenas con esa mezcla de potencia y dulzura, que solo puedes encontrar en motos de carreras con material tope de gama. Lo mismo sucede con las suspensiones, con lo mejor de Öhlins en ambos trenes y el amortiguador de dirección. Pero tienes que adaptarte a los reglajes del piloto, que están configurados para su peso y estilo de conducción, de manera que siempre encuentras algo extraño.

Para hacerlas funcionar a la perfección tienes que entrar y pasar por curva igual de rápido que su piloto y eso ya os digo que no es nada fácil... Aun así la horquilla aguanta muy bien y te informa de la más mínima irregularidad cuando estás entrando en la curva, de modo que cada vez te tiras con más confianza. A cambio, con estos reglajes, la horquilla es un poco rápida de reacciones, así que si cortas en una zona rápida o sueltas muy pronto los frenos se mueve bastante, pero es algo que no sucede en la conducción de Rabat.

En otro mundo

El Circuito de Almería es el patio de casa de Tito, ya que cada mañana entrena allí durante una hora, así que si hay alguien que conoce a la perfección las complejas trazadas de esta pista es él. De hecho fue una de las condiciones que le puso al equipo en su fichaje, tener una Moto2 para entrenar en el circuito almeriense. Esto hace que tenga allí un estilo único y que haga prácticamente todo en tercera, algo que ni siquiera su antiguo compañero de equipo, Mika Kallio hacía. Alex Márquez, su nuevo compañero, me contó que Mika tenía que poner segunda en algunas curvas ya que no era capaz de sacarle el jugo en tercera como hace Tito.

Habiendo estado presente en esta charla y en la que tuvo Alex con Nagoya, su ingeniero, decidí copiar el patrón de Tito, más cómodo porque no tienes que reducir tanto y el motor sale con suavidad. Si no tienes un paso de curva brutal como el suyo, me sacaba unos 5º de inclinación en muchos sitios, el motor sale un poco bajo de vueltas y resulta muy dócil. Pero al final es más práctico, ya que tiene el embrague antibloqueo tarado con algo más de retención que otras Moto2, así que hay que dosificar un poco con la maneta cuando bajas a segunda. Tito no derrapa tanto metiendo la moto en curva como sus rivales, aunque como vimos con su telemétrica, Andrea, hace unas trazadas «más en pico» que Mika, que redondea más el viraje manteniendo una velocidad más alta, aunque hace mas metros. El caso es que él está encantado con su moto y al preguntarle por algún punto débil de esta me dijo que no tenía ninguno...

Cuando subes el motor un poco más de vueltas sientes cómo el Dunlop trasero comienza a deslizar suavemente, pero de una manera mucho más controlable que una Superbike. En cuanto levantas la moto y acabas de abrir el acelerador a tope, estira bastante bien hasta el corte de encendido, y como en todas las motos de carreras las luces del pequeño cuadro 2D te avisan para que cambies antes. El agudo sonido del escape y lo rápido que empalmas marchas con el cambio semiautomático hacen que disfrutes de lo lindo cada vez que tienes un tramo recto delante de ti. Sin duda esta Kalex es una de las motos más completas y homogéneas que he probado, pero el mérito lo tiene Tito y su equipo técnico que han conseguido tener una puesta a punto equilibrada, de modo que no tienen que hacer grandes cambios en cada circuito y que mantienen el agarre de los neumáticos a buen nivel hasta el final de carrera.

Parte del secreto de este éxito reside, como nos contó Michael Bartholemy, que lleva 24 años como jefe de equipo en diversos campeonatos, en que Tito está siempre concentrado al 100 por cien y pensando en las carreras en cada momento, además del trabajo que han hecho en el equipo para quitarle presión los domingos. Cada día estoy más convencido que una Moto2 es la moto perfecta para tener en el garaje y si es la de Tito mejor...