Kawasaki es de los pocos que apuesta en Europa por el segmento de lAs motos deportivas para principiantes y la Ninja 250R ha sido su estandarte, desde su aparición en 2008. Cuatro años después, la marca le ha dado un importante giro al modelo, aumentando su cilindrada y cambiando totalmente su estética. Para ellos éste es un modelo indicado para los jóvenes que empiezan y quieren tener en su garaje una moto deportiva pero que sea accesible económicamente al mismo tiempo. Las 14.000 unidades de la 250 que se han vendido hasta ahora en nuestro continente son una muestra de su buena acogida, repartida principalmente entre España, Italia y Francia. Ahora le toca el turno a la nueva Ninja 300, así que vamos a tomar un primer contacto con ella.
Que las apariencias engañan es algo patente en esta Ninja 300R y es que desde el primer momento que la ves te parece una moto mucho más grande, una ZX-6R o una ZX-10R, de las que por cierto hereda parte de su agresiva línea. También tiene genes de la ZZR1400, que se manifiestan en las «agallas» de su carenado y en el diseño de las llantas. Con esta imagen de moto deportiva de gran cilindrada ya tiene ganado el corazón de muchos. Encima de ella la sensación es otra, ya que en lugar de una deportiva exigente es una moto de postura agradable, con la que es fácil llegar al suelo, y que se percibe muy ligera. Los de Akashi declaran 172 kg en lleno, un poquito más que la 250, pero una cifra que sigue siendo baja y «apta para todos los públicos». El chasis tiene una mayor anchura entre sus tubos principales y un refuerzo, con lo que se ha ganado rigidez en la estructura tipo diamante, que ahora además monta el motor sobre anclajes de goma. Esto permite reducir las vibraciones y así se sustituyen los estribos con gomas por unos de aluminio, más deportivos y con un mejor «look». En las suspensiones se han variado sólo los reglajes internos en busca de una mayor comodidad en marcha.
Rodando con la nueva Ninja se aprecia pronto que su conjunto trabaja en una buena sintonía y el chasis se mostró tan ágil como estable en todas las carreteras por las que circulamos, que fueron muchas. La horquilla se nota más suave y absorbe todo, aunque también se hunde un poco frenando, pero obtiene una buena nota al final del día. El amortiguador, en cambio, sigue mostrándose un poco seco en tramos con muchos baches, pero para el uso al que probablemente se destine esta moto esto no será un gran contratiempo. Los frenos no han cambiado con respecto a la 250, de modo que el único disco delantero sigue sin transmitir una sensación de frenada contundente. A cambio el trasero le apoya muy bien. Habrá además un versión con ABS, que no hemos podido probar, pero que con un moderno y ligero sistema promete ser muy segura. Otro detalle en el que se ha dado un salto importante es en la adopción de un cuadro de mandos más moderno y en el que podemos encontrar incluso indicador de nivel de combustible, dentro de la pantalla digital. Esta escala tarda en bajar por su bajo consumo, lo que unido a los 17 litros de capacidad le dan una gran autonomía a la «Kawa».
El bicilíndrico en línea ha ganado, como explicamos en el recuadro de técnica, cilindrada hasta llegar a los 296 cc. Con ello no solo se consiguen 6 CV más, si no que ha aumentado el par en toda la gama. Es un motor «pequeño» pero ahora no hay que revolucionarlo tanto para sacarle partido. Si por la ciudad vas a «punta de gas» puedes cambiar a 5.000 rpm y la moto funciona a la perfección.
Además, la finura de funcionamiento está muy conseguida y las vibraciones pasan inadvertidas, incluso a buen ritmo en autopista. Si lo que quieres es sacar su máximo rendimiento tienes que superar las 8.000 rpm, desde ahí hasta el corte a 13.000 empuja con muchas ganas, teniendo en cuenta su cilindrada. Pero lo mejor es que transmite sensaciones incluso sin ir realmente a su límite, de modo que a 100 km/h en una carretera nacional un joven motorista pensará que va endiabladamente rápido. La baja protección de la cúpula, el sonido del motor y la sensación de firmeza hacen que tu cerebro registre esa sensación de velocidad enseguida. Si buscas ir rápido de verdad también puedes hacerlo, y es que la Ninja 300 es capaz de rondar los 180 km/h de marcador, como pudimos ver en las autopistas alemanas. Allí la ordenada circulación te permite ir rápido sin los problemas que sugieren nuestros políticos. Otra gran ayuda viene de su nuevo embrague antibloqueo, que se convierte en un aliado a la hora de apurar las frenadas y que gracias a sus sistema de rampas, que le permite montar muelles más blandos consigue un tacto muy suave en la maneta. El cambio también es agradable y aunque hay actuar bastante sobre él no cuesta ningún trabajo hacerlo.
La nueva Ninja ha dado un gran salto adelante, tanto por sus mayores prestaciones, como por su acertada estética. A finales de octubre llegará a las tiendas y cumplirá con el futuro carné A2 europeo ¿A qué esperas para tener una deportiva de verdad?